La onda disco
Uno. Cambiar la piel: Tame Impala se renueva. Adiós a las flores, retiren las imágenes caleidoscópicas, abran las ventanas y dejen salir todo ese humo. Kevin Parker, cerebro y único ejecutante en los álbumes de estudio de la banda australiana, elonga, toma aire, mira la pista y encara esta nueva carrera sin curvas, a trazos directos. Currents, el tercer acto de una discografía con medallero de elogios -esta es una de las escasísimas bandas que permite soñar con el rock otra vez-, implica austeridad y sinceridad.
Dos. Dime lo que escuchas y te diré quién eres: Parker sigue explorando tranquilamente la oferta del pasado, como si asistiera a un museo y reflexionara frente a grandes cuadros. Con el debut Innerspeaker (2010) era el ala dedicada a The Beatles con bigotes lamiendo estampillas de LSD. En Lonerism (2012) avanzó hacia los salones progresivos. Se detuvo frente a Yes, y tomó nota de los sintetizadores cálidos y envolventes de Supertramp. Ahora ha dado a entender que Fleetwood Mac le dio una lección sobre el valor de la sencillez. Donde antes había un elástico redoble de batería o una recarga de efectos sónicos, el espacio lo cubre la voz, la melodía, la creación de un ambiente. También pasó por el rincón del soft rock y fotografió a 10cc con su éxito de 1975 I'm not alone y, sobre todo, de Bee Gees en su etapa disco. Este es el álbum bailable de Tame Impala. Kevin Parker roza el falsete, suaviza aún más su registro con un dejo de melancólica coquetería.
Tres. De tu ausencia: Dónde diablos están las guitarras, qué instrumentación ocupa su lugar. Respuesta: los teclados. Los riffs no han desaparecido pero su papel es secundariol. A partir de Let it happen, una verdadera declaración de principios que anticipa el drástico viraje del sonido, el mapa queda trazado en torno a la cadencia, la suavidad, el ambiente cósmico y sugerente. En adelante Parker insistirá en la idea del cambio, la transformación, los efectos del paso del tiempo a pesar de sus 29 años.
Cuatro. No eres tú, soy yo: Currents es un disco autobiográfico. El líder de Tame Impala rompió con la artista francesa Melody Prochet y hay unas cuantas canciones reflexionando el quiebre. "Pero se que seré feliz / y que tú también lo harás", canta en la hermosa balada Eventually, como en el mismo casillero el título Yes I'm changing -su mejor canción de amor a la fecha-, describe el alejamiento.
Cinco. Sexy boy: Currents explora los sentidos pensando en la cintura y la caricia. The less I know the better redacta una de las mejores líneas de bajo del catálogo de Tame Impala -pastoso, punzante, el preámbulo de la líbido-; Disciples alterna planos sonoros con 45 segundos iniciales de música bailable, estampadas como parte de una lejana transmisión radial, para luego sacudirse y brillar. 'Cause I'm a man resulta perfecta para el sexo, no caben dobles lecturas. Es impresionante la agilidad de Kevin Parker para esquivar el riesgo de la repetición. Sin perder del todo los nexos con sus primeras entregas, Currents abre una nueva veta para explorar la sicodelia desde una perspectiva más activa y sensual. Apela nuevamente a los sentidos pero esta vez tendrás que moverte, salir de la contemplación, interactuar, buscar a alguien para convertir esa música en acción amatoria.
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