Mastodon: este riff se canta así
¿Resaca o guinda de la torta? Opción dos: la presentación del lunes por la noche de Mastodon en el teatro La Cúpula del parque O'Higgins, resultó el remate perfecto de la primera versión del festival de rock afilado Santiago Gets Louder, celebrado el domingo en el ex aeropuerto de Cerrillos. La banda de metal progresivo estadounidense que ha estado más cerca de acceder al sitial de Metallica en los últimos años, no solo ofreció un concierto, sino una experiencia de retroalimentación con el público que colmó la sala. La gente estuvo a la altura de la reputación del público chileno metalero, con fama de entregado y rabioso. No solo brincaron y vitorearon, sino que las intrincadas secciones instrumentales fueron coreadas. ¿Se puede cantar un riff? Con Mastodon cómo no.
Aunque el audio tardó media hora en optimizarse, desde la partida la banda de los guitarristas Brent Hinds y Bill Kelliher, el bajista Troy Sanders y el batero Brann Dailor, activó la energía de la asistencia, vigorizando el generoso despliegue técnico. El cascarrabias Hinds es un músico impresionante, que ataca su instrumento con los recursos propios de la ejecución del banjo, dotando al sonido de una rúbrica única, seguido fielmente por Kelliher en el diseño de enrevesadas escalas y múltiples secciones. Troy Sanders no solo acompaña florituras y quiebres, sino que se apropia del escenario bajo las lecciones de la vieja escuela del rock duro. Teatral, se agita y envalentona a la audiencia. Y el sello preciso queda en manos de Brann Dailor, indiscutidamente uno de los mejores bateristas de la última década, el mejor del mundo según Dave Grohl. Tambores, bombos y platillos sufren de agitación permanente, con incesantes redobles y cambios de cifras. Aparte: es el único que canta con toque melódico, mientras Hinds y Sanders se inclinan por el gruñido gutural.
No excluyeron ninguno de sus seis álbumes. El brutal Remission (2002) fue citado en Mother puncher, pura clase del metal más duro con ambiciones progresivas. De Leviathan (2004), su mejor obra, seleccionaron Blood and thunder, Iron tusk, Megalodon y Aqua dementia. De Blood mountain (2006) rindieron Crystal skull, como Oblivion hizo lo propio con el ambicioso Crack the Skye (2009). De The hunter (2011) extrajeron Black tongue y Blasteroid, y de Once more 'round the sun (2014) High road, Ember city, y Chimes at midnight, entre otras.
Varias veces la masa asistente convergió en un torbellino de cuerpos girando como un dínamo alimentado por los decibeles y los cambios de ritmo que hacían aún más intensos giros y empujones. Fue la reacción lógica al combustible en escena. La noche ardía.
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