¿Cómo mejorar la calidad de la educación parvularia?: El ejemplo de "Un Buen Comienzo"




La mejora de la calidad de la educación para la población más vulnerable es un imperativo ético y un desafío para la política educativa chilena. Esto es particularmente relevante en la educación parvularia, dado que ésta tiene impactos positivos en el desarrollo infantil que, en el largo plazo, promueven mayores oportunidades para una mejor calidad de vida, especialmente para grupos sociales de menores ingresos económicos.

En Chile contamos con el ejemplo del programa Un Buen Comienzo (UBC) de Fundación Educacional Oportunidad, que, después de ocho años de mejora continua, ha logrado impactos generalizados en el desarrollo de los niños y niñas que asisten a pre-kínder y kínder en escuelas públicas en situación de alta vulnerabilidad social.

UBC se basa en el simple supuesto de que el desarrollo de niños y niñas se apoya mediante la mejora de las prácticas de enseñanza de educadoras de párvulos y técnicos. Para esto, UBC apoya dichas  duplas de aula durante dos años continuos con cuatro cursos, tres acompañamientos mensuales, dos talleres de reflexión y cuatro visitas entre escuelas.

El programa UBC también entiende la importancia de la organización escolar y local. Por ello trabaja con los directivos escolares con dos talleres y 16 acompañamientos para estos actores, así como con un similar número de acompañamientos para sostenedores. Las familias tienen cuatro encuentros a lo largo del programa. Para fomentar el aprendizaje en red, UBC organiza seis sesiones de aprendizaje donde todos los actores—técnicos, educadoras, directivos, sostenedores y familias—participan para dar seguimiento a los avances y compartir aciertos y desafíos.

Los ejes de UBC se orientan a tres elementos concretos de la enseñanza. Por un lado, mejorar la calidad de las interacciones en el aula para desarrollar nuevos conceptos, ofrecer continuamente retroalimentación que apoye el desarrollo del lenguaje y de habilidades superiores de pensamiento, y proporcionar modelaje lingüístico para que los niños expandan su lenguaje y formas de expresión.  En segundo lugar, este trabajo se realiza en un clima de aula que apoya el desarrollo socioemocional de los niños y niñas a través de interacciones positivas. Finalmente, UBC apoya a los equipos de sala para que estas interacciones de calidad en el aula para el desarrollo del lenguaje se alarguen, al menos, por una hora diaria.

En adición a eso, el programa Un Buen Comienzo trabaja particularmente en combatir el ausentismo escolar crónico que afecta en muchos casos a la mayoría de los párvulos de los establecimientos con los que trabaja UBC. El proyecto, en un trabajo conjunto con equipos directivos, equipos de sala, apoderados y niños ha logrado subir sustancialmente la asistencia de muchos de los afectados. Bajo el lema "Hay que estar para ganar", el uso de herramientas lúdicas en sala y la creación de comités de asistencia en conjunto con los padres, directivos y docentes, se ha logrado crear conciencia de los aprendizajes que se pierden debido a la repetida inasistencia.

Los resultados de UBC son generalizadamente positivos. Estos muestran que los equipos de sala han logrado alcanzar niveles de calidad de las interacciones superiores a los umbrales establecidos por la literatura internacional, lo cual se ha verificado a través de la observación de prácticas de aula. Tales mejoras en la calidad de la enseñanza, a su vez, se han traducido en impactos en el desarrollo socioemocional, la función ejecutiva, y el desarrollo del lenguaje, la escritura emergente y la comprensión de textos de los niños beneficiarios.

Vale la pena mencionar que UBC siempre ha estado acompañado de evaluaciones rigurosas de dos tipos. Por un lado, evaluaciones externas del impacto del programa. Por otro lado, y de manera muy importante, por prácticas de evaluación y mejora continua que llevan a cabo los equipos de sala y que son acompañadas por los directivos. Este tipo de evaluación en aula ha sido clave para que educadoras y técnicos reflexiones sobre su práctica y mejore continuamente.

La próxima generación de políticas y programas de educación parvularia debe apuntar a trabajar codo a codo con educadoras y técnicos y directivos para mejorar sus prácticas cotidianas, y en UBC se tiene un programa serio e intenso que puede servir de ejemplo e inspiración.

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