Políticas de estacionamiento: evidencia internacional




Las mejores prácticas en política de estacionamientos alrededor del mundo tienen por objetivo incrementar la eficiencia y sustentabilidad del sistema de transporte y mejorar la calidad de vida de las personas. Varias ciudades han decidido implementar políticas restrictivas de estacionamientos, bajo el convencimiento de que los centros metropolitanos difícilmente son capaces de lidiar con el aumento sostenido en el número de automóviles circulando, sin acciones concretas sobre el precio y la disponibilidad de estacionamientos para desincentivar el uso del automóvil. Políticas de estacionamiento bien diseñadas abarcan estacionamientos públicos y privados de forma integrada, se basan en herramientas de gestión en armonía con el entorno urbano y disminuyen costos externos del tráfico como la congestión (tanto de usuarios de automóvil como de transporte público y modos no motorizados), la contaminación y el riesgo de accidentes.

Ejemplos de buenas prácticas internacionales en política de estacionamiento abundan. En la ciudad de Zurich se ha congelado la oferta total de estacionamientos en el centro por varios años y el precio de estacionamientos fuera de la calzada aumenta a medida que el viajero se acerca al centro de la ciudad. Otro caso interesante es París, donde hubo un 9% de reducción en la oferta total de estacionamientos entre 2005 y 2007, al mismo tiempo que se convirtió un 95% de los estacionamientos gratuitos a pagados. En general, en los centros tarificados no existe evidencia clara de perjuicio para el comercio o desincentivo a la inversión. En Copenhague cientos de estacionamientos han sido removidos de las calles para hacer veredas más amplias, estacionamientos de bicicletas y ciclovías, camino que está siendo emulado por las Municipalidades de Santiago y Providencia.

En ciudades como Amsterdam y Estrasburgo el requerimiento de número de estacionamientos para proyectos inmobiliarios depende de la cobertura de transporte público que tenga el lugar. En áreas de buena cobertura (líneas de buses y trenes, alta frecuencia de servicios) se exigen pocos estacionamientos, medida que es avalada por la literatura especializada en políticas de transporte sustentable. Una idea innovadora se ha implementado en Copenhague, donde los estacionamientos de los centros comerciales céntricos pueden funcionar como estacionamientos para residentes en los horarios en que el comercio está cerrado.

En el tema específico de estacionamientos en locales o centros comerciales, en varios países como Japón, Suecia y Alemania existen descuentos o incluso la posibilidad de estacionar gratis para clientes de las tiendas, pero no se fuerza a que esta política se aplique en todos los comercios del país, por la ineficiencia y deterioro en la calidad de vida urbana que se produce al no tarificar estacionamientos en áreas congestionadas (lo usual es que las ofertas de estacionamiento gratis solo apliquen en la periferia de las ciudades). Por ejemplo en Alemania existen mecanismos formales para regular o prohibir estacionamientos en ciertos lugares, lo que se estudia caso a caso.

El uso de los fondos recaudados es muy importante para la aceptación pública de iniciar el cobro por estacionamientos o aumentar un cobro existente. Una alternativa es usar el dinero recaudado en directo beneficio de la comunidad en forma de mejores servicios públicos y equipamiento urbano. Esta estrategia ha sido implementada exitosamente en alrededor de 30 distritos en Estados Unidos. En Barcelona el dinero que se recauda por cobro de estacionamientos financia el sistema de bicicletas públicas, en Londres financia proyectos de transporte y programas de acceso gratuito al transporte público para personas discapacitadas y adultos mayores, y en Amsterdam puede incluso financiar jardines infantiles.

En resumen, tanto el nivel de cobro de estacionamiento como el uso de la recaudación resultan claves en la eficiencia y aceptabilidad de medidas que propendan a la sustentabilidad de nuestros sistemas de transporte. Prohibir el cobro de estacionamiento en lugares congestionados tiene serios costos urbanos y medioambientales, como lo muestra la literatura especializada tanto en Chile como en el extranjero y las ciudades que han optado por medidas restrictivas del uso del automóvil para fomentar formas más sustentables de movilidad como la bicicleta y el transporte público. En el caso de estacionamientos de privados en edificios comerciales o de servicios, en lugar de prohibir el cobro por el uso de estacionamientos es mejor regularlo (que se cobre por minuto) y a la vez crear alianzas público-privadas para compartir la recaudación y que parte importante de ella vaya a proyectos que beneficien a la comunidad. El estado debería mantener la potestad de que se cobre por estacionamiento de automóviles (en estacionamientos públicos o privados) si un bien superior lo justifica.

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