Reformas y emprendimiento: decline and small




"Decline and Small" titulaba hace unos años la revista The Economist para abordar los problemas de desaceleración económica y dificultad que estaban viviendo los emprendedores para crecer en varios países europeos, como consecuencia de los efectos de las reformas, principalmente en el mercado laboral.

Las políticas públicas que buscan promover el emprendimiento en todas sus etapas, deben siempre procurar fomentar el crecimiento y desarrollo de las empresas. Por el contrario, cuando las políticas públicas desincentivan el crecimiento de las empresas, hipotecan las creación de empleos, la mejora en la productividad de la economía y la recaudación fiscal.

Para no tropezar dos veces con la misma piedra, como nos relataba el artículo de la revista inglesa, bastaría con hacer un esfuerzo serio de revisar la experiencia de países europeos que realizaron hace más de dos décadas atrás reformas (laborales y tributarias) con características similares a las planteadas en Chile. Es el caso de países como España, Grecia, Francia y Portugal las reformas tuvieron consecuencias impensadas para los legisladores de la época sobre el crecimiento, productividad y empleo de la economía.

Los economistas Garicano, LeLarge y Van Reenen de London School of Economist (LSE) (2012), investigaron las causas de este fenómeno en Francia, donde se había llevado a cabo, dentro de varias otras iniciativas, una reforma laboral que segmentó discrecionalmente las diferencias entre las obligaciones y mayores costos laborales para empresas pequeñas con menos de 50 trabajadores versus las grandes empresas. El resultado de esta reforma laboral fue una concentración excesiva de las empresas con menos de 50 trabajadores. Esto se originó porque emprendedores, pudiendo crecer, no lo hicieron por los mayores costos regulatorios asociados. La productividad de las pequeñas y medianas empresas en Francia era menos de la mitad de las empresas grandes e inhibir el desarrollo de los emprendedores terminó generando pérdidas en la productividad y capacidad de crear empleos de su economía.

Una situación similar ocurrió en el caso de Portugal, donde otro grupo de economistas de The Carnegie Mellon (2012) estudiaron los efectos de las reformas. Braguinsky, Branstetter y Regateiro concluyeron que en el período 1987-2007, las mayores regulaciones a las grandes empresas en materia tributaria y laboral respecto de las empresas pequeñas y medianas, redujo a la mitad la probabilidad que las empresas portuguesas pudieran crecer.

Pero no fue así en el caso de Alemania, país que avanzó con una reforma laboral que flexibilizó el mercado laboral en la dirección opuesta al resto de sus vecinos. Y por esto no es casualidad encontrar que en la economía alemana una mayor productividad y además, una proporción de empresas grandes y medianas que es tres veces superior a la que encontramos en países como Francia, Portugal y Grecia. A diferencia de sus vecinos, despejaron la cancha para que sus emprendedores pudieran crecer y desarrollarse.

Coincido con quienes señalan que "siempre es tiempo para hacer reformas". Los emprendedores sólo piden que sean "buenas reformas". Como nos demuestran estos estudios, la experiencia de separar la economía entre grandes y chicos es sólo un ejercicio de pizarrón. Son ambos grupos los que quieren, a pesar de la desaceleración, contribuir a generar más y mejores empleos, riqueza para Chile y permitir con mayor igualdad de oportunidades, avanzar juntos al desarrollo.

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