Todo mal




Tristeza y vergüenza. Esos son los términos que definen lo sucedido ayer en la definición por el campeonato. El fútbol chileno tocó fondo hace rato, pero lamentablemente siempre es capaz de exhibir algo más de sus miserias. Lo ocurrido en Valparaíso y ojo, también en La Florida al final del partido, es una consecuencia de cómo se han hecho durante años las cosas en el balompie de nuestro país. El problema es que nadie hace nada.

Las autoridades deportivas y nacionales siguen haciendo declaraciones inútiles para las cámaras y los micrófonos. Plantean reuniones, querellas y reflexiones que más parecen una burla para los verdaderos hinchas que desesperados escuchan puras excusas y frases cliché. A las terribles imágenes de lo sucedido en Valparaíso quienes deben dar respuesta ofrecen blandas reacciones que no sirven de nada. Hace 20 años que se escuchan las mismas frases y los problemas son cada vez peores.

La pregunta que debe hacerse es quién está haciendo su trabajo. ¿La inteligencia de Carabineros NO anticipándose a hechos que fueron anunciados hace días por delincuentes en redes sociales? ¿Estadio Seguro? ¿La dirigencia de los clubes otorgando las medidas mínimas de seguridad para sus hinchas que pagan las entradas? ¿La de la Anfp, que programa dos partidos a la misma hora para asegurar equidad deportiva y cuando no se juega uno decide que igual comience el otro? ¿Los jugadores que pueden asegurar que no tienen relaciones con barras bravas? Hay muchos responsables, pero obviamente las autoridades políticas y policiales son los que más explicaciones deben dar.

¿Si saben cúales son los dirigentes involucrados por qué no los van a buscar? ¿Cuesta tanto identificar a los líderes de estos grupos de delincuentes? ¿De verdad no saben quiénes son? Si estas preguntas tienen respuesta negativa, entonces esas autoridades están haciendo muy mal su trabajo. Y si  no, son muy responsables de tolerar todo esto durante tantos años.

El fútbol chileno se está muriendo y la expresión de esa agonía se refleja en los estadios todos los fines de semana, evidenciado en actos violentos como el de ayer o en la ausencia del público en otros. La dirigencia y su triste espectáculo enfocado en los dineros por el canal del fútbol son otra muestra de esta letanía. Los delitos reconocidos, los que están por conocerse, el sistema de campeonato, el nulo interés por escuchar al hincha y las ridículas medidas de seguridad. Todo está mal y nadie hace algo realmente en serio. Colo Colo fue campeón sin jugar, legítimo, es cierto, en el más triste y vergonzoso final de torneo de la historia del fútbol chileno.

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