SEÑOR DIRECTOR:
Fue príncipe, fue rey y mendigo, enloqueció bajo la tormenta, lo encerraron en un castillo, pintó hasta la demencia, fue galán sin duda y también patriarca insoportable, fue Freud, Lear, Van Gogh y padre con Alzheimer, varias veces aclaró que la vida es sueño y los sueños, sueños son, entretuvo convertido en alcalde corrupto, algo borracho atravesó la noche de los volantines y se hizo pasar por sobreviviente con una máscara freudiana en un correcto inglés en una plaza de Filadelfia. Fue de esos actores que no necesitan máscara para convertirse en todos. Fue sueño de públicos. Cantó La Pérgola de las Flores con la que casi dio la vuelta al mundo. La dirigió. Fue popular y respetado en escenarios, televisión y cine. Parecía que sería centenario y cumplirá mil años en la fiel memoria de los espectadores.
Héctor Noguera se instaló a ser recuerdo vital de esos que nunca mueren porque actuar es el único oficio donde lo que se hace, función tras función, es resucitar. Le dicen Tito. Le dirán “señor” Tito Noguera y a pocos les vendrá tan bien la planta de príncipe por muy loco o prisionero que esté el personaje. No está en vivo pero sí en inmortal. Preguntan por él y está en la memoria de todos. Es nuestro.
Marco Antonio de la Parra
Director Artístico Teatro Finis Terrae
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