Lennon y la historia de un desgarrador himno navideño contra la guerra

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Yoko Ono y John Lennon en los años de War is over.

El mismo año de "Imagine", tras un inesperado éxito de ventas como solista, el ex beatle encontró la fórmula que daría vida a "Happy Xmas (war is over)", un himno de protesta disfrazado de villancico.


Los datos están a la vista. Entre 1968 y 1971, John Lennon comenzó a infiltrar en sus canciones ciertos mensajes políticos alusivos a la pacificación y el rechazo a la guerra, principalmente la de Vietnam que acabaría en 1975.

Hábil agente contracultural al frente de The Beatles —hay que oír "Happiness is a warm gun" o "Revolution"—, y sobre todo en solitario —de "Imagine" a "Power to the people"—, a la altura de sus atuendos de blanco inmaculado el músico volcó el fondo de ciertas composiciones a las formas de la canción de protesta.

Para la construcción de "Happy Xmas (war is over)" —uno de los temas más emblemáticos de John Lennon fuera de su banda matriz—, hay dos antecedentes directos.

El primero data del 16 de diciembre de 1969. Según cuenta Philip Norman en la biografía John Lennon (Anagrama, 2009), ese día "apareció un enorme panel blanco entre los neones de la hiperactiva Times Square de Nueva York y, simultáneamente, otros idénticos en el centro de Londres, París, Los Ángeles, Roma, Atenas, Berlín, Montreal, Toronto, Tokio y Port of Spain, en la isla de Trinidad. El mensaje que desplegaban en letras negras sencillas decía: 'LA GUERRA HA TERMINADO si tú lo quieres. Feliz Navidad, John y Yoko'".

War is over (if you want it)

Mientras Richard Nixon figuraba como presidente de Estados Unidos, la pareja que todavía no se mudaba al edificio Dakota había gastado varios miles de dólares en anuncios abiertamente políticos con un poderoso mensaje contra la guerra de Vietnam y a favor de la paz mundial.

Dos años después vendría el siguiente precedente, cuando Lennon lanzaba "Imagine", editado como sencillo el 11 de octubre de 1971.

Tras el inesperado éxito de ventas —sus trabajos como solista hasta entonces habían sido sonoros fracasos comerciales—, el músico creyó haber encontrado la fórmula para alcanzar al gran público.

Según confesó en una entrevista con Rolling Stone, el secreto consistía en "vestir un mensaje político con un poco de miel".

Ese mes, con ambas ideas en mente, el inglés encontraría en la tranquilidad de un hotel neoyorkino la melodía de un nuevo éxito.

Carátula

Un caballo inglés y un coro de niños

Para componer "Happy Xmas (war is over)", Lennon había escuchado atentamente al cantor francés Hugues Aufray, conocido por traducir a ese idioma las canciones de Bob Dylan.

De él tomó prestada la melodía de "Skewball", una canción que cuenta la historia de un caballo de carreras británico del siglo XVIII que "siempre bebió vino".

Acompañado de Yoko Ono, hastiado de los villancicos y ad portas de una nueva navidad, el músico escribió un tema de protesta con el envoltorio de una canción navideña buscando replicar el éxito de "Imagine".

Para la misión reclutó al productor Phil Spector, buscando registrar la nueva idea en dos sesiones.

Conocido sobre todo por su técnica de orquestación, el "muro de sonido", Spector convocó a cuatro músicos solo para tocar las guitarras acústicas: Hugh McCracken —que venía de grabar el Ram de Paul McCartney—, Chris Osbourne, Stuart Scharf y Teddy Irwin.

Con Yoko Ono y May Pang en voces, Nicky Hopkins en piano y metalófono, y el mítico baterista Jim Keltner (Traveling Wilburys, Bob Dylan, George Harrison) a cargo de las percusiones y las campanas de trineo, "Happy Xmas (war is over)" fue grabada en un estudio de ensueño como el Record Plant de Nueva York los días 28 y 29 de octubre de 1971.

El ingrediente especial del tema, o la miel en la analogía de Lennon, es un coro de treinta niños —The Harlem Community Choir— que transformó a "Happy Xmas (war is over)" en una pieza emotiva desde el comienzo —cuando John y Yoko le desean feliz navidad a sus hijos Kyoko y Julian— hasta el final, donde el maremagnum de las voces infantiles se funde con las cuerdas y los aplausos de los músicos creando un lacrimógeno éxito instantáneo.

Pero todavía hay más. Para el video —que cierra con un aforismo de Ghandi que reza: "Ojo por ojo y el mundo acabará ciego"—, John y Yoko muestran sin mucho tacto las terribles secuelas de la guerra.

Las imágenes son incómodas por lo reveladoras: niños mutilados, heridos, huérfanos, temerosos, agonizantes, muertos. Son víctimas y victimarios. Desfilan soldados mientras vehículos blindados disparan o una imagen muestra la lotería de las minas antipersonales, todo entre animitas, adultos estallando en llantos sordos, niños con fusiles, camiones con prisioneros encapuchados, niños desnutridos o acostados entre desperdicios.

Todo es rápido en el registro. Todo es terrible. Todo sucede mientras Lennon canta: “And so happy Xmas/ for black and for white/ for yellow and red ones/ let’s stop all the fight”. Y la melodía navideña se vuelve un potente cañón que dispara un grito tan universal como urgente. Simplemente desgarrador.

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