Watchmen: la reivindicación en los premios de la mejor serie de HBO en 2019

Su creador, Damon Lindelof, anunció que no habrá nuevas temporadas. Fotos: HBO

Luego de ser ninguneada por los Globos de Oro, la producción que reinterpreta la obra de Alan Moore y Dave Gibbons arrasó en las nominaciones de los Emmy. En tiempos de Black Lives Matter, su brillante relato de superhéroes, racismo y supremacismo blanco parece haber encantado a la Academia y corre como favorita para triunfar en la ceremonia de septiembre.


Sorpresa. Justicia. Reivindicación. En esos términos puede haberse movido la reacción esta mañana de quienes han alucinado con Watchmen y quedaron consternados cuando los Globos de Oro, en otra de sus cuestionables decisiones en televisión, le dieron un total de 0 nominaciones en su edición de comienzos de año.

Con las 26 candidaturas que alcanzó hoy en los Emmy, cualquier sabor agrio generado por las preferencias de la prensa extranjera en Hollywood debería haber desaparecido casi por completo (algo igualmente difícil pensando que a la categoría de miniserie, que terminó ganando Chernobyl, optaron por Catch-22 de Hulu y The loudest voice de Showtime en vez de la serie de Damon Lindelof).

Parte de múltiples listados de críticos que la situaron entre lo mejor de 2019, la producción de HBO terminó encontrando el reconocimiento que merecía medio año después de haber emitido su último capítulo, en diciembre. Desde entonces, parece no haber parado de crecer en su impacto, como si el paso de los meses hubiera ayudado a que hoy terminara coronada como el título con más nominaciones de los premios de la Academia.

Sigue resonando, quizás más fuerte que nunca, cómo Lindelof observó uno de los más violentos ataques racistas de la historia de Estados Unidos y lo integró a la trama de la obra de Alan Moore y Dave Gibbons, reinterpretándola, rindiéndole honores y generando algo completamente nuevo e inesperado. En vez de la amenaza de la Guerra Fría, elaboró a partir de la masacre de Tulsa en 1921 una historia donde el racismo y el supremacismo blanco laten en los nueve episodios, a través de una heroína que no existía en la novela gráfica, Sister Night, su linaje y el enfrentamiento con un enemigo de ultraderecha.

En el EE.UU. de Trump eso ya golpeaba duro el año pasado, como un acercamiento audaz y feroz al momento y la historia de un país, pero a la luz del Black Lives Matter luce como una de las lecturas indispensables que ha ofrecido la ficción contemporánea. Tan audaz que incluso más de alguno durante estos meses se preguntó si en vez de jugarle a favor en las votaciones de los Emmy, terminaría intimidando a quienes escogen a los nominados.

Esa fue una de las barreras que superó Watchmen para terminar convertida en la serie de la que todos hablan hoy, pero también hay una segunda, presente incluso a pesar que es una ficción que tiene mucho que decir por sobre su material de origen: al final del día está basada en un cómic –probablemente el más elogiado–, una fuente de inspiración hasta hace no tanto considerada menor para la televisión más prestigiosa y el motivo por el que salvo un par de casos recientes (Pantera Negra, Joker) los premios generalmente le han resultado esquivos a las adaptaciones en cine y series.

Además de las críticas colmadas de elogios, a su favor puede haber pesado tener en el rol de Sister Night a una descomunal Regina King, favorita indiscutida de los Emmy, con dos galardones en los últimos años (American crime, Seven seconds), además del Oscar por el drama If Beale Street could talk.

O a un excelente Jeremy Irons como un retirado y desencantado superhéroe extraído de la obra original, que lo tendrá palmo a palmo frente a Mark Ruffalo (I know this much is true), Hugh Jackman (Bad education) y la revelación Paul Mescal (Normal people).

Nada de todas formas anticipaba una jornada tan redonda para Watchmen, que ha sido una permanente sorpresa desde su debut en octubre pasado, cuando comenzó a revelar que no se trataba de una serie con varios ciclos en torno al mundo de Moore y Gibbons sino que una arriesgada adaptación que se condensaba en solo una temporada. Nueve episodios que bordean la perfección.

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