Muere Alan Parker, director de Expreso de Medianoche y Mississippi en Llamas

El cineasta inglés Alan Parker (1944-2020) fue nominado al Oscar por Expreso de Medianoche (1978) y Mississippi en Llamas (1998) y ganó el Gran Premio del Jurado de Cannes por Alas de Libertad (1984).

El realizador británico que falleció este viernes 31 de julio a los 76 años fue uno de los más exitosos cineastas de los años 70 y 80, con películas como Fama, Pink Floyd: The Wall, Alas de Libertad, Corazón Satánico y Evita.


Durante al menos dos décadas, todo lo que tocaba era oro. Al menos en términos de taquilla y a la hora de crear cintas con características de culto. Una de ellas fue Pink Floyd: The Wall (1982), el filme que le dio rostro y acción al álbum homónimo de la banda británica. Otra fue Expreso de medianoche (1978), la cinta basada en el caso real de Bill Hayes, el joven estadounidense que enfrentó años y años de prisión en una prisión turca al ser sorprendido con drogas en el aeropuerto. En fin, el director inglés Alan Parker fue uno de los cineastas con más olfato de público y con mayor efectividad dramática en los años 70 y 80, tal vez sólo comparable con Steven Spielberg.

De acuerdo a informaciones proporcionadas por el British Film Institute (BFI), Parker falleció este viernes 31 de julio en la mañana a los 76 años debido a una larga enfermedad. En rigor, el director hizo apenas 14 largometrajes y había dejado de filmar hace muchos años: su último trabajo, The life of David Gale, era del 2003. Lo protagonizó Kevin Spacey y no fue particularmente exitoso.

Expreso de Medianoche (1978) se basó en el caso real de Billy Hayes (Brad Davis en la foto), encarcelado por portar drogas en Turquía, y ganó el Oscar a Mejor Guión Adaptado y Mejor Música.

Nominados dos veces al Oscar a Mejor Director por la mencionada Expreso de medianoche y por Mississippi en llamas (1988), Alan Parker estuvo cinco veces en el Festival de Cannes y alcanzó su mayor distinción al obtener el Gran Premio del Jurado en 1984 por Alas de libertad, una obra sobre dos amigos que lidiaban con el trauma de la Guerra de Vietnam, protagonizada por Matthew Modine y Nicolas Cage.

The Commitments (1991), sobre una banda de blues en Irlanda, demostró una vez más la habilidad de Alan Parker para incorporar música y artes escénicas en su cine, presente en Fama (1980), Pink Floyd: The Wall (1982) y Evita (1996).

La música siempre corrió con facilidad por las venas de Parker y ahí encajó algunos de sus mejores golpes, entre ellos la mencionada Pink Floyd: The Wall (1982), Fama (1980), The commitments (1991) y el musical Evita (1996), cinta con Madonna que para ser justos tuvo más impacto mediático que crítico.

También manejaba hábilmente los resortes del drama y el thriller, y en los 80 entregó dos de sus mejores trabajos en aquel registro: Corazón satánico (1987), con Robert De Niro como un Lucifer moderno y seductor, y Mississippi en llamas (1988), uno de sus mejores logros, esta vez tocando temas como la intolerancia y el racismo, con Gene Hackman y Willem Dafoe.

Mississippi en Llamas (1988), que se centraba en un crimen de odio racial en el sur de Estados Unidos en los años 60, fue protagonizada por Gene Hackman y Willem Dafoe.

Nacido en una familia de clase obrera en Londres en 1944, Alan Parker era todo menos un intelectual. Nunca manifestó interés en el cine en el colegio y según él mismo lo contaba, ingresó a estudiar publicidad “para conocer chicas”. Su agilidad en el manejo dramático (que sus críticos tacharon no pocas veces de efectismo) y su destreza visual se forjaron en la necesidad de hacer comerciales rápidos, directos y emotivos.

Es la misma escuela publicitaria que de alguna manera formó a varios cineastas en países donde la industria fílmica era débil (en Chile también, hasta hoy) y que los hizo lograr un perfeccionismo de orfebre en sus películas, con todos los detalles de la producción al máximo cuidado. Tal vez en Alan Parker no había un sello autoral al estilo de lo que hacían los franceses de la Nueva Ola, pero nunca se echó de menos oficio y solvencia.

Esa base es la que compartió con varios de sus contemporáneos británicos y para el propio Alan Parker significóganancias económicas y también premios, con galardones por comerciales de marcas de bebidas alcohólicas como Heineken y Cinzano en los años 60 y 70. El director lo recordaba así en el libro The directors (2003) de Robert J. Emery: “Si miro hacia atrás, me doy cuenta que soy parte de una generación de cineastas que no podrían haber comenzado en otro lugar que los comerciales: en ese tiempo simplemente no teníamos industria del cine en el Reino Unido. Tipos como Ridley Scott (Alien), Tony Scott (Top Gun), Adrian Lyne (Atracción fatal), Hugh Hudson (Carros de fuego) y yo le debemos muchos a esa escuela publicitaria”.

Su manejo del oficio le dio al mismo tiempo una gran versatilidad, cambiando de género en género, casi como meta autoimpuesta ante cada nuevo proyecto. Ejemplos: su primera gran película fue Bugsy Malone (1976), una parodia de los filmes de gángsters con actores infantiles (entre ellos Jodie Foster), que fue seguida del desoladora historia carcelaria Expreso de medianoche para luego saltar al musical urbano Fama y después hacer un viraje inesperado a Shoot the moon (1982), un drama familiar con Diane Keaton y Albert Finney como esposos en proceso de separación. Y eso que aún debía ingresar al horror en Corazón satánico y a las intrigas racistas de Mississippi en llamas. Como decíamos al principio, todo o casi todo lo que tocó Alan Parker fue oro para los estudios y entretención de calidad para el público.

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