“Non, je ne regrette rien”: Edith Piaf y la historia de su último gran himno

Edith Piaf wsp
“Non, je ne regrette rien”: Edith Piaf y la historia de su último gran hit

Compuesta por la dupla de Charles Dumont y Michael Vaucarrie, el tema fue el último éxito que tuvo la francesa antes de fallecer, el 10 de octubre de 1963, hace 60 años. En Culto revisamos la historia de una canción inmortal.


La pregunta sonó dura, pero a Charles Dumont, no le molestó. “¿Realmente escribiste esa canción? ¿Tú?”. El joven compositor respondió afirmativamente. Con talento para detectar una canción en potencia, Edith Piaf le agregó: “Esa canción conquistará el mundo”.

Así lo recordó el mismo Dumont -ya un veterano músico- en charla con The Independent en octubre de 2010. Para él, la fecha del 24 de octubre de 1960 se le hizo inolvidable y seguro que lo conmemora más que su cumpleaños. Ese día, junto a Michel Vaucairre, visitó a Edith Piaf para ofrecerle una canción.

La estrella francesa, por entonces de 44 años se hallaba retirada. Con problemas financieros y de salud, el año anterior se había desplomado en escena, lo cual la obligó a pasar por tratamientos médicos. Si se podía mantener dificultosamente en pie, se debía a la morfina.

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Pero Charles Dumont y Michael Vaucarrie tenían algo entre manos. La dupla compuso un par de canciones y aspiraban a que Piaf las grabara. Trabajosamente, lograron una cita con la cantante en su casa de Boulevard Lannes en París, cerca de los Bosque de Boulogne. Ahí la estrella vivía alejada del mundo, recordando sus amores fallidos, accidentes y problemas con las drogas y el alcohol.

A tanto llegó su desconexión que decidió cancelar el encuentro. Así, cuando Dumont y Vaucarrie llegaron al lugar la asistente se deshizo en disculpas con los compositores. “Estaba muy enojado”, dijo Dumont en la citada entrevista. Y estaba volteando la espalda para irse cuando, de pronto la voz de Piaf surgió desde fondo de la casa. Ahora accedía. Pero tendrían que esperar por ella.

Como buena estrella, se hizo esperar una hora, mientras los impacientes Dumont y Vaucarrie mataban el tiempo intercambiando nerviosas palabras y cigarrillos que se deshacían en la urgencia y la impaciencia. Hasta que Piaf bajó por las escaleras y les lanzó un desafío: “Escucharé solo una canción. Solo una”, recordó Dumont, en conversación con el medio británico.

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Dumont se puso tras el piano de la casa. Con el estrés y frustración de la negativa inicial y la extensa espera, aporreó las teclas del instrumento, descargándose. Y cantó con furia la canción que decidieron mostrarle. “Sabía que me iba a rechazar de nuevo. Toqué, y canté Non, je ne regrette rien, muy, muy fuerte”.

Al terminar, se produjo un silencio. Dumont y Vaucarrie se miraron expectantes. Y ahí habló el gorrión de París. Soltó suavemente una frase, como si dejara caer un susurro: “Tócala de nuevo’”.

En charla con The Daily Express del 30 de junio de 2007, Dumont recordó: “Cuando comencé a tocar el piano, la actitud de Piaf cambió inmediatamente. Me hizo tocarlo una y otra vez, tal vez 5 o 6 veces. Dijo que era magnífico, maravilloso. Que fue hecho para ella.”

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Así, Non, je ne regrette rien fue el último aire de la carrera de Piaf, quien la interpretó en 1961 en el marco de una serie de show para hizo para salir del agujero económico. El Olympia Music Hall de París la recibió gloriosa, como la diva que fue.

El título en francés significa “No, no me arrepiento de nada”, y es en parte una canción donde revisa una vida hecha a su manera. “No, no me arrepiento de nada / Ni el bien que me hicieron / ¡Ni maldad, todo eso es lo mismo para mí!”. No pudo ser una canción más adecuada. Piaf falleció el 10 de octubre de 1963 producto de un cáncer hepático, a sus muy vividos 47 años.

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