The Band's Visit, el musical que acerca a árabes e israelíes

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Escena de The Band's Visit, que ganó, entre otros, el Tony al Mejor musical.

Los roces en Medio Oriente y los sinsabores de la vida se cruzan en el montaje de Broadway que el domingo fue el gran ganador de los premios Tony, con 10 estatuillas.


Una tarde de 1996, la Orquesta de la Policía de Alejandría aterriza en Tel Aviv, Israel. El telón se abre, dejando tras de sí la desolada estación central donde los músicos esperan la salida del siguiente bus. Su líder, el coronel Tewfiq Zakaria, le pide al oficial más joven que compre los boletos, pero su acento egipcio es tan incomprensible como el del empleado de origen hebreo que intenta descifrar sus palabras detrás de la ventanilla.

"Vamos a Petah Tikvah", le dice el oficial Haled, "mañana tocaremos ahí". Y así como Shakespeare solía hacer tropezar a los personajes en sus comedias de equívocos, el confundido boletero de The Band's Visit es quien tuerce el destino de la banda, que es enviada por error a la desértica ciudad de Bet Hatikva. Hasta allí, donde no queda más que un caballo en pie, además del hastío de sus habitantes, se traslada la acción del musical dirigido por David Cromer.

Tras debutar en el Off-Broadway a fines de 2016, el domingo se convirtió en el gran ganador de la 72° entrega de los premios Tony, en EEUU.

Todo indicaba que este no sería su año: llevada al cine además en 2007, la historia de The Band's Visit, del escritor estadounidense Itamar Moses (1977) y con música de David Yazbek (1961), competía en 11 categorías del género musical contra los arrolladores éxitos de Bob Esponja, Frozen y Mean Girls. Luego de mudarse al circuito comercial, sin embargo, donde aún permanece en el Teatro Ethel Barrymore, comenzó a allanar su ruta hacia la temporada de premios, al quedarse con la máxima distinción del Círculo de Críticos de Nueva York.

Incomodidad transcultural, los sinsabores de la vida, suicido y, sobre todo, "la música y las deliciosas letras de Yazbek", según The New York Times, hicieron de The Band's Visit "el último gran fenómeno de Broadway", siguiendo incluso la senda de Hamilton.

Al escenario del Radio City Music Hall de Nueva York, el director y el resto de su equipo subieron para recibir 10 de las estatuillas por las que competía el espectáculo, incluidas las de Mejor musical, Mejor actor y actriz (para Tony Shalhoub y Katrina Lenk), Mejor dirección y Mejor libreto.

"Gracias por contar una historia acerca de cómo los israelíes y los árabes se llevan bien, en un momento en que lo necesitamos más que nunca", dijo el intérprete americano de origen israelí Ari'el Stachel, al agradecer el premio al Mejor actor secundario por el mismo montaje. "Soy parte de un elenco que nunca creyó que podría retratar sus propias razas y ahora lo estamos haciendo. Estamos recibiendo mensajes de niños de todo el mundo dándonos las gracias, y quiero que cualquiera que esté viendo esto sepa que su mayor obstáculo puede convertirse en su propósito", agregó.

En una ceremonia coprotagonizada por Harry Potter y el legado maldito, que ganó el premio a la Mejor obra, y cargada a la polémica, además, por los dichos del actor Robert De Niro sobre el presidente Donald Trump ("Que se joda"), el director de The Band's Visit se refirió en su discurso a la depresión y el suicidio: "Si estás sufriendo, por favor llama, y aquellos de nosotros que tenemos la suerte de no sufrir tan profundamente, asegurémonos de responderles", declaró David Cromer.

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