Rodrigo Álvarez (UDI): “Tengo claro que la Constitución que va a salir no será la que hubiera escrito solo en mi escritorio”

Rodrigo Álvarez (UDI), candidato constituyente por el distrito 28 en la Lista Vamos por Chile.

"La centroderecha no obtuvo el tercio y es aún más necesario conversar y buscar acuerdos (...) creo que lo peor era atrincherarse en los tercios", afirma el constituyente electo por Magallanes, quien aboga por los acuerdos al interior de la convención. Dice que promoverá un Estado más descentralizado, con mayor participación de las personas. Y admite: "La inadecuada conducción política del gobierno en muchas materias, y particularmente en el tema del retiro (del 10%), provocó un efecto muy marcado en nuestras votaciones".


Durante los cinco años que estudió Derecho en la Universidad Católica de Chile, Rodrigo Álvarez, recién electo constituyente UDI por Magallanes, fue compañero de quien obtuvo la mayor votación para integrar la convención: el abogado Daniel Stingo (independiente en la Lista Apruebo Dignidad).

Por eso, Álvarez dice que conversará con él luego de que el constituyente por Maipú generara polémica con sus dichos que apuntaban a excluir a la derecha.

“Los discursos desde la victoria o desde la rabia o la pena de la derrota a veces tienen excesos. He visto transversalmente muchas elecciones en que hay gente que cree que las victorias o las derrotas son permanentes y definitivas, y eso nunca es así en política. Entonces, me parece un discurso excesivo y profundamente equivocado”, dice quien fue diputado por ocho años por Punta Arenas. “Decirle no a la derecha no es decirles no a unos cuantos líderes o a un gobierno, es decirles no a muchos millones de chilenos que habitualmente se representan por los sectores de derecha. Por lo tanto, no es excluir a 37 constituyentes, es excluir la voz de millones de chilenos que tienen derecho a participar”, agrega.

Y es que el expresidente de la Cámara de Diputados tomará la bandera de los acuerdos en un escenario que “sería ridículo no reconocer que la centroizquierda tiene una mayor representación, pero no hay nadie que pueda atribuirse un tercio”.

¿Cómo fue volver a la política y hacer campaña después de tantos años fuera?

Yo llevaba nueve años alejado de toda actividad política, así que fue un cambio profundo. Lo resumiría en tres cosas. Primero, mucha alegría de encontrarse con mucha gente que no veía hace mucho tiempo. Segundo, fue muy distinta la campaña, la campaña más extraña en la historia de Chile entre pandemia, suspensiones y cuarentenas. Y tercero, me sorprenden, y creo que es una de las cosas que más tenemos que trabajar para el futuro del Chile, los niveles de tensión y agresividad. Para mí, es tremendamente importante buscar razonabilidad, con sensatez, con buena fe, entender a los demás y buscar acuerdos.

Una de las principales consecuencias que tuvo la elección de mayo es que la derecha no obtuvo el tercio de los constituyentes. ¿Cómo se negocia sin ese tercio?

Primero, creo que la gran expresión de mayo es la multiplicidad de voces. La centroderecha no obtuvo el tercio y es aún más necesario conversar y buscar acuerdos, pero, personalmente, yo lo vi así desde siempre. Mi lema de campaña era “Pongámonos de acuerdo”, porque creo que lo peor era atrincherarse en los tercios.

Pero algunos en su sector piensan que sí se debe tomar una postura más defensiva, mientras otros plantean “correr el cerco” para consensuar con otras fuerzas.

La defensa de tus principios e ideas es absolutamente natural y al menos así lo hice en los 14 años en que sí estuve dedicado a la actividad pública. Yo tampoco creo que haya un solo grupo que pueda adjudicarse a la inmensa mayoría. Evidentemente, hay ideas y sectores que están más representados en la convención, pero espero que todos tengamos una actitud de buena fe, de buscar acuerdos.

Si bien se destaca que la derecha no alcanzó el tercio, la verdad es que ningún sector por sí solo obtuvo ese tercio...

A eso me refiero con que la única lección clara es la multiplicidad de voces. Yo también he visto que hay personas que pretenden adjudicarse el 70% de la convención y eso es falso. Sería ridículo no reconocer que la centroizquierda tiene una mayor representación, pero no hay nadie que pueda atribuirse un tercio y nada que pueda anteponerse a la mayoría. Esta es una Constitución que tiene que representar eso: múltiples visiones y construir consensos mínimos que permitan sentirnos todos representados en una Carta Fundamental.

¿Y cuáles son esos consensos mínimos?

Más allá del marco que te da el propio proceso constitucional de ser una república democrática, aceptar los tratados internacionales, hay que estar muy atento a lo que nos dijo la ciudadanía. Uno de los grandes temas es cómo se organiza el Estado de Chile, y tiene que ser mucho más descentralizado, con mucho más poder de las comunas, a nivel de las personas y con más participación. He escuchado constituyentes que piensan muy distinto a mí en otras materias, hablar de iniciativas de ley de las personas o hablar de plebiscitos vinculantes, y yo estoy totalmente de acuerdo con eso. En otros grandes temas, tenemos que entender que los chilenos nos han pedido, sobre todo en pensiones, en vivienda, en salud, en educación y en seguridad, que haya una mejor respuesta del Estado.

“El fracaso del proyecto sería agregar inseguridad e inestabilidad al país”

¿En qué pie queda el Congreso con la convención de por medio? ¿Debiera limitar su propio trabajo a algunas áreas específicas?

Hay que pensar que esta convención va a trabajar con dos congresos, con el actual y con el próximo, y con dos presidentes, con el actual y con quien sea elegido para el próximo período presidencial. Y la única forma de trabajar correctamente es con una clara delimitación de las funciones. Nosotros tenemos una sola gran tarea: escribir una Constitución. No somos un órgano colegislador ni órgano político, tampoco somos un órgano que active las políticas públicas. El poder nuestro -¡y vaya que es importante!- es escribir una Constitución.

El trabajo se va a iniciar con campañas parlamentarias y presidenciales, y se puede crispar el debate....

Absolutamente. Y ojalá en eso tengamos mucho cuidado de no confundir los dos debates. Ya tenemos suficiente trabajo en redactar una nueva Constitución que sea razonable y que represente a un amplio sector del país por las próximas cuatro décadas, como para, más encima, pretender tener un rol en ser parlamentario o en elecciones presidenciales.

¿Qué podría perjudicar este proceso para que, en definitiva, no se llegue a acuerdo o el plebiscito de salida rechace la propuesta?

Ese escenario sólo lo puede producir la irracionalidad o la insensatez o, en un momento dado, el extremar posiciones a niveles tales que hagan imposible sentirse representados por una Constitución. Yo tengo claro que la Constitución que va a salir no va a ser la que hubiera escrito solo en mi escritorio. Lo que necesitamos es una Constitución que represente a un número suficientemente grande de chilenos como para sentirse legitimados en ella y encontrar un camino para Chile en ella. El fracaso del proyecto sería agregar inseguridad e inestabilidad al país. Y espero que tengamos la sabiduría y la prudencia para evitar eso.

Varios candidatos plantearon que una razón del mal resultado electoral de la derecha fue el debate en el TC por el tercer 10% en medio de la campaña. El TC, además, ha sido muy cuestionado en los últimos años. ¿Por qué Ud. plantea que debe existir una institución de esas características?

Yo creo que el mal resultado de la derecha es un tema que hay que construir en el tiempo, pero más que por el TC, creo que la inadecuada conducción política del gobierno en muchas materias, y particularmente en el tema del retiro, provocó un efecto muy marcado en nuestras votaciones. Ahora, la existencia de un órgano que verifica la constitucionalidad es propia de los sistemas naturales de contrapesos políticos y jurídicos que tiene que haber en una democracia. ¿Es necesario tener un órgano que resuelva temas de constitucionalidad? Para mí, es imprescindible. Sin perjuicio de ello, hay temas que revisar. Uno es su mecanismo de designación, otro es el momento en que puede conocer ciertas materias y otro es su número de integrantes.

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