Brayan Cortés: "Claudio Bravo me manda consejos por Instagram"

Brayan Cortés
Brayan Cortes, en una de las canchas del Estadio Monumental. Foto: Rudy Muñoz

Con 24 años, el iquiqueño convenció a Mario Salas para adueñarse del pórtico albo. Habitual en la Selección, el meta, un confeso devoto de la Virgen del Carmen, recuerda a sus mentores y comparte sus sueños.



Después de un comienzo difícil en Colo Colo, Brayan Cortés (Iquique, 11 de marzo de 1995) hoy es el dueño exclusivo del arco del Cacique y mira el futuro con optimismo. Cada vez más empoderado y a gusto, el portero conversa de todos los temas con La Tercera. Desde su fanatismo por el chumbeque con manjar hasta sus creencias.

¿Qué extraña de Iquique?

Tengo a toda la familia allá, los amigos... Eso se extraña, pero acá uno viene a jugar y a hacerlo lo mejor posible.

¿Cómo fue su 2018 en Colo Colo?

El año pasado fue un poquito más difícil, porque no jugaba. Este año se ha dado mejor y he aprovechado el momento.

¿Qué tan cerca estuvo de irse?

El año pasado estuve bien cerca, tenía hartas ganas de irme en ese momento, pero obviamente pasan cosas que te paran y el destino te deja acá. Se dio que justo Orión lamentablemente se lesionó, asumí como titular y se dieron las cosas de la mejor manera en ese momento.

¿Alguien le aconsejó quedarse?

Fue una decisión, primero que todo, familiar y después tenía que tomar una decisión yo. Recibía consejos de otros lados y todos me decían que me quedara, que me diera cuenta del club en el que estoy. En ese momento, quería jugar. Venía de Iquique, jugando campeonatos internacionales, y quería seguir con el ritmo. El ánimo baja, pero había que tener tranquilidad y paciencia y demostrar cuando tocara.

¿Qué tanto afectó al grupo la salida de Orión?

No me atrevería a decir si afectó mucho, porque no me fijo tanto en esas cosas. Pero obviamente es lamentable que se vaya un jugador en esa forma. Así, tan rápida. No pude hablar con él, pero afecta que se vaya. No es grato para nadie y siendo él un referente para el equipo.

¿Quién es Mario Salas para usted?

El profe Mario me da siempre confianza; en momentos en que hemos estado mal y bien, al igual que el cuerpo técnico, y eso te da más facilidades de jugar. Uno se siente más cómodo y el estilo de juego que tenemos me acomoda.

¿Cómo tomó los insultos a Salas y las reacciones posteriores?

Cuando estoy jugando no me fijo mucho en la gente, pero uno después se entera. Estamos todos tranquilos, el profe está tranquilo; tenemos la convicción y la confianza de que vamos a salir adelante.

Volviendo a sus inicios, ¿por qué decide ser arquero?

A los 5 años empecé a jugar y me gustó el arco. De repente, jugaba de delantero, pero siempre terminaba volviendo al arco, porque me gustaba estar en el piso, atajar, volar… Y le tomé el gusto porque mi papá era arquero. A los 14 años me fui a probar y quedé en Iquique. A los 15, firmé, hice Sub 15, Sub 16 y, a los 17, ya estaba en el primer equipo. Salimos campeones Sub 17 y después me llamaron a la Sub 20, con el profe Mario Salas, y ahí me empezó a llegar todo muy rápido.

¿Tenía algún referente?

Tenía varios. Ahora, más grande, me gustan Claudio Bravo, un referente para mí, y Ter Stegen, por la forma que ellos tienen de jugar, de leer los partidos y por su agilidad.

¿Tuvo algún maestro?

Sí. Hubo uno que en mis inicios me dijo "anda a probarte a Iquique, tienes condiciones". Y a pesar de que era gordo, me hizo en un mes, todos los días, ir a la playa, al estadio; subir y bajar escaleras... Se llamaba Raúl Piña, que estuvo un tiempo en las selecciones femeninas de Canadá, y él me sacó de la cama a jugar. Y yo ya era grande. Después, Javier di Gregorio me consolidó y fue una base súper importante para mí.

¿Cómo se convive con la fama?

Me gusta que me reconozcan, que se identifiquen con mi juego. Me gusta compartir con la gente, me doy el tiempo de sacarme fotos y eso me ha cambiado mucho en la Selección y en Colo Colo. Me reconocen y no me complica. Ojalá siga.

¿Por qué no lo citaron a la Selección en esta fecha FIFA?

No recibí ningún llamado de nadie. No me complica anímicamente. Lo tomo como un desafío de que tengo que subir el nivel. Hemos andado muy bien en los últimos partidos, tenemos que mantenerlo y se van a dar las cosas solas. Yo creo que depende más de uno para estar ahí.

En la anterior nominación se reencontró con Claudio Bravo.

Siempre me ha ayudado. Hasta el día de hoy, me manda consejos por Instagram, no por WhatsApp. Después de cada partido por Colo Colo, me escribe. Me dice que me atreva a achicar: "Antes de recibir el balón, mira hacia al otro lado adonde va a tirar, gana segundos". Siempre me ha dado consejos muy buenos y siempre se lo he agradecido. Porque para mí, aparte de ser un referente, es una gran persona.

¿Cómo toman los jugadores más jóvenes el conflicto entre Claudio Bravo y Arturo Vidal?

Nosotros, que somos más nuevos, no nos metemos en ese tema. Obviamente son gente grande, que se hablaron, y el tema va a quedar ahí, porque adentro de la cancha somos todos uno, somos todos hermanos.

¿Cómo es el ambiente en la Roja?

Bueno. Se ve un muy buen grupo. A los más nuevos los integran bien y hacen que uno se adapte al equipo lo más rápido posible.

¿Y le tocó cantar en su bautizo?

En las Clasificatorias canté Su florcita, de Agrupación Marilyn. Pero canté hasta por ahí nomás, porque me bajaron rápido de la silla.

¿Qué opinión tiene de Reinaldo Rueda?

Confiamos en él. Por ahí no se han dado los resultados correspondientes, pero tenemos la confianza de que Chile va a salir adelante y, con los jugadores que tenemos, se puede hacer algo más; se pueden lograr muchas cosas. Solamente hay que estar convencidos en el sacrificio y en el trabajo.

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Foto: Rudy Muñoz.[/caption]

¿El Superclásico fue consagratorio para usted?

Para mí era un partido importante, porque no había ganado un clásico. Había empatado antes, y ganar un clásico es un gusto muy bueno. Es un partido diferente, da lo mismo que uno de los equipos ande mal en ese momento, porque se van a jugar la vida. Es una situación que no se va a olvidar nunca, más con el gol de Esteban. Fue un día mágico, que disfruté a concho. Traté de estar concentrado, de que fuera un partido correcto para nosotros, porque lo merecíamos y era el momento de despegar.

¿Cómo enfrentan esta semana?

Esta semana se viene súper buena para nosotros; súper intensa. Estamos pensando en Huachipato a full, pero después viene Católica. Todos sabemos que es un equipo fuerte, que se conoce muy bien. Va a ser un partido muy difícil y apretado para los dos.

¿Se refleja en la cancha que la UC tenga tanta ventaja numérica?

No somos tontos. Sabemos cómo juega Católica y que por ahí se escapó, pero nada está dicho. Yo creo que tenemos lo nuestro y vamos a hacer todo lo posible para alcanzarlos. Queremos sumar para poder acercarnos lo más posible.

En sus publicaciones usted siempre agradece a Dios.

Soy muy creyente, pero no de leer la Biblia. Soy de creer en Dios y en la Virgen del Carmen, que siempre voy a visitar. Cuando voy a Iquique, sí o sí voy. Por ejemplo, hoy mismo (ayer) iré al Santuario de Los Andes.

Y justamente la U construyó una gruta para la Virgen del Carmen.

No me fijé. Pero está bien. Yo soy muy creyente de la Virgen del Carmen, mi familia entera va a verla.

¿Cómo lo ayuda la Virgen?

Psicológicamente me siento más seguro. Cada vez que le pido algo es por sentirme más seguro.

Usted es un especialista en hacer el escorpión a lo Higuita.

Me gusta hacerlo y divertirme en el entrenamiento. El escorpión lo hice en Iquique, en la Selección y en Colo Colo. Pero donde más se hizo viral fue en la Selección, en Copa América. Lo sé hacer, pero no me atrevo a hacerlo en un partido. Quizás ganando 3-0 lo haría.

¿Y si el rival se enoja?

O sea, depende del momento. Todavía no se me ha dado el partido, pero no descarto hacerlo en algún momento. Me gusta.

Usted se casó joven. ¿Es una tranquilidad para su futuro?

Estaba decidido, ya tenemos dos hijos de cinco y tres años y yo lo quería hacer. Lo planeamos, fue una sorpresa. Fui a pedirle la mano a mi suegro. Recién había llegado a Colo Colo y nos casamos en Iquique.

¿Cuál es su mayor sueño?

Aparte de jugar en Europa, después, retirándome, me imagino invirtiendo en canchas, viviendo del ambiente del fútbol. No me gustaría ser entrenador, pero sí preparador de arqueros. Me imagino tranquilo, disfrutando con la familia.

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