Con el corazón en la mano: Manchester City se queda con la Premier League tras una definición de infarto

Ilkay Gundogan celebra el tercer gol con Gabriel Jesús. Foto: REUTERS/Hannah Mckay

El equipo de Pep Guardiola le remontó al Aston Villa y se quedó con un título que parecía escapársele. Ilkay Gundogan, en dos ocasiones, y Rodri anotaron los goles ciudadanos, que dieron vuelta el marcador en cinco minutos. El Liverpool también ganó su partido de forma agónica, pero no le alcanzó.



Una definición llena de tensión y emoción se vivió en Inglaterra. Quizás, la más pareja de los últimos años. La jornada tuvo goles por montones y el que finalmente festejó fue el Manchester City. Cuando parecía que se les escapaba el título, los citizens remontaron sobre el final y la frustración se quedó en Anfield.

La fracción inicial no fue favorable para ninguno de los dos aspirantes al título. El Liverpool, jugando en casa, estaba abajo en el marcador a los tres minutos ante Wolverhampton. Pedro Neto, asistido por Raúl Jiménez, batió a Alisson Becker y puso la sorpresa. Esta se disiparía más tarde, cuando Sadio Mané colocó la paridad a los 24′. Mano a mano con el golero José Sá, definió al primer palo y puso el 1-1.

En paralelo, también había asombro. Lo que parecía una fiesta en el arranque, con el paso del tiempo se fue transformando en preocupación. El Etihad Stadium se aprestaba para festejar. A los 3′, el grito de festejo se multiplicó en las gradas, cuando se enteraban que los de Jurgen Klopp caían. Pero en lo futbolístico, el Manchester City no se encontraba en la cancha.

Matty Cash supera a Ederson y pone el 0-1 en el Etihad. Foto: REUTERS/Hannah Mckay

Como toda la temporada, tuvo más el balón que su rival de turno, el Aston Villa. Sin embargo, a diferencia de otras veces, la circulación era lenta y predecible. Los de Steven Gerrard estaban cómodos, ya que los ciudadanos no causaban peligro. Por el contrario, la visita mandó al fondo de las redes la única que tuvieron.

Lucas Digne arremetió por la izquierda, centró con precisión para Matty Cash, quien a la carrera cabeceó y batió a Ederson. El brasileño alcanzó a manotearla, pero no fue suficiente para evitar el tanto. Del cielo al suelo. De la euforia a la incredulidad. Con la combinación de marcadores, el título seguía quedándose en Manchester. Pero la tranquilidad se esfumaba.

Una ráfaga de Ilkay

El fútbol tiene estas cosas. Saque de fondo de Olsen, pivoteo de Ollie Watkins, control impecable de Philippe Coutinho y bola al fondo. El gol se gritó más en Liverpool que en Birmingham. Claro que allá la paridad seguía y no encontraban los espacios. El 2-0 en contra para el Manchester City significaba que con un triunfo red, eran campeones los de Jurgen Klopp.

Ilkay Gundogan celebra después de anotar el tercer gol. Foto: AP/Dave Thompson

Todo mutó en instantes. En una ráfaga de viento. Primero, Ilkay Gundogan, ingresado a los 24′ del complemento, cabeceó en área chica y encendió la llama de ilusión para los celestes. Solo 120 segundos después, el pie de Rodri desató la locura. Destrabó la tensión. Oleksandr Zinchenko envió la pelota desde la izquierda hacia el centro y el español la ubicó en la esquina. Abajo. Nada que hacer el arquero.

En ese momento, la presión viajaba a Liverpool, que seguía sin ganar. El empate entre el City y Aston Villa seguía favoreciendo a los de Anfield, pero necesitaban ganar y el gol no aparecía, mientras que los de Guardiola iban en curva ascendente. Así lo demostró, nuevamente, Gundogan. En sus dos goles apareció como los mejores centrodelanteros, pese a ser volante. Esta vez conectando un pase del extraordinario Kevin de Bruyne. La zancada larga y el balón atado al pie no pudo ser defendido dentro del área en el sector derecho y la jugada terminó siendo empujada a la altura del parante izquierdo. Con el corazón en la mano, los de Guardiola se probaron la corona.

Al mismo tiempo, Liverpool encontró la calma. Mohamed Salah, a solo cinco del cierre, cazó una serie de rebotes y puso arriba a su escuadra. Instantes más tarde, Andrew Robertson lo liquidó. Sin embargo, a esa altura, daba lo mismo. La fiesta en Manchester ya era una realidad. Solo un milagro cambiaría el escenario.

En el Etihad, el juez de la contienda añadió cuatro minutos. Un detalle, porque casi no se jugaron. Apelando a la experiencia, esa que les faltó ante el Real Madrid, en las semifinales de la Champions, los de Guardiola solo querían llegar al pitazo final. Y cuando se dio, provocó una invasión al campo. Flashback de hace diez años. Mismo marcador. Otros actores y rival. 3-2 y campeones. Como con el Kun Agüero, pero hoy con Gundogan. Para sacudirse del trago amargo de la Champions, el City demuestra que también sabe de remontadas.

Mientras que el Liverpool aún tiene la opción de cerrar con broche de oro su gran temporada, cuando el próximo sábado enfrente a los merengues, en la final de la Liga de Campeones de Europa.

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