Al principio, el alcohol engrasa el hígado. Esta grasa hace que el hígado se inflame. En respuesta, intenta curarse a sí mismo, produciendo tejido cicatricial. Si esto continúa sin control, todo el hígado puede convertirse en una red de cicatrices con pequeñas islas de hígado “bueno” en el medio: cirrosis.
Ashwin Dhanda* (The Conversation)
17 ene 2024 05:50 PM