Don Carlos es el restaurante de carnes premium a la parrilla con sello argentino y más de 35 años de tradición, reconocido además porque ahí encuentras una muy buena carta de vinos y estupenda atención.

De hecho, te pueden atender garzones que llevan décadas atendiendo en el mismo lugar.

Y en tiempos de pandemia se remodeló, con espacios más amplios y luminosos, para que puedas sentarse en su terraza a probar los platos clásicos de la carta de Don Carlos.

Como la maravillosa provoleta a la parrilla ($ 6.500), deliciosa con ese toque doradito, que queda perfecta con el pan que ahora también se hace en el lugar, o las empanaditas ($ 4.500), fritas con pebre.

Es decir, aun puedes probar los cortes premium de carne, con la calidad de siempre, pero también opciones que te permiten probar una versión de parrilla distinta y muy sabrosa, como pescados y vegetales.

Ojo, que aún no están todas en la carta, por lo que debes preguntarle al garzón por los pescados, como el salmón a la parrilla o la opción del día.

Don Carlos: un clásico actualizado

En esta versión 2.0 de Don Carlos puedes pedir de entrada el tártaro de salmón ($ 7.500), o los camarones ($ 9.300), de buen calibre, hechos a la mantequilla rosada.

Luego, tentarte con esas carnes que son su sello, como el bife chorizo angosto ($ 14.900), a punto jugoso y sabroso, que puedes acompañar de papas hilo ($3.900), la tentación del lugar, una buena fuente de estas papitas finitas crujientes.

Además del ojo de bife ($ 14.900), de 300 gamos, con espinacas a la crema ($ 6.500), o vegetales grillados ($6.300), como berenjenas, zapallo italiano, pimiento tojo, tomate, champiñones, zanahoria, brócoli y ají verde.

Otros platos típicos de Don Carlos que hay que probar sí o sí son el matambrito ($ 7.500), carne finita de cerdo con verdeo; y la entraña ($21.900), imposible más jugosa.

De postre pide el panqueque celestino ($ 4.200), tibio, con una bolita de helada de vainilla, o el crême brûlée ($ 4.200). ¡Deliciosos!.