Columna de Paula Escobar: Las olimpiadas del cuarto retiro
La Comisión de Constitución del Senado aprobó este martes por tres votos contra dos el cuarto retiro del 10% de los fondos de pensiones. Y ya está desatada la febril búsqueda de los 26 votos para aprobar en el Senado un proyecto que hace bastante poco casi nadie quería. No solo los candidatos presidenciales Provoste y Boric se manifestaron -hace no tanto- muy en contra, sino que muchos parlamentarios juraron que el tercer retiro era “el último”, que luego venía el “candado”.
Un candado bien feble, porque con IFE ampliado y todo, las vueltas de carnero han sido de dimensión olímpica. La senadora Carolina Goic es la única -hasta ahora- que, desde la oposición, cerró el candado definitiva y públicamente (Carlos Montes también ha dicho que no le gusta. Pero algunos senadores que compartían ese juicio luego se han declarado “en reflexión”, que es el código para la apertura del candado).
Le ha llovido de todo a la senadora: desde llamados a “reflexionar y rectificar, hasta bullying. La diputada Jiles hasta sacó a colación el cáncer que ella padeció para descalificarla. “La señora Goic, que lloró por todos los canales de televisión cuando ella tuvo la enfermedad, parece que no considera que hoy hay gente que está esperando el cuarto retiro para tratar su enfermedad o la enfermedad de sus hijos, y no son pocos los casos”, dijo.
El mundo al revés.
Porque los y las economistas (de un espectro amplio, y especialmente de la centroizquierda, el sector de Goic) han explicado con peras y manzanas los impactos dañinos que tendría esta medida: desde el aumento de la inflación, la devaluación del peso respecto del dólar, el alza de las tasas de los créditos (especialmente, los hipotecarios), la baja de los fondos más conservadores, especialmente el E, donde se ubican quienes están prontos a jubilar y que ha perdido 20% este año. Esto, además del problema con las rentas vitalicias.
El presidente del Banco Central, Mario Marcel, lo ejemplificó con claridad meridiana: “En un crédito de 2 mil UF (unos $ 60.104.720), un dividendo de $ 380.400 pesos podría pasar a $ 470.767 por alza de tasas y mayor inflación (…); si además se va reduciendo el tamaño del mercado de capital en moneda local de largo plazo, lo que va a ocurrir es que habrá menos financiamiento para crédito hipotecario y a lo mejor ya no va a haber financiamiento a 30 años, podrá irse acortando incluso por sobre los 20 años”, agregó. Algo que ya está sucediendo, pues algunos bancos han optado por dar crédito hasta 15 años plazo.
Marcel también les hizo ver a los senadores que “un retiro adicional de fondos se da en un contexto macroeconómico distinto, por lo que el ajuste de los mercados sería más amplio y acercaría al sistema financiero a un desequilibrio de magnitud inédita”.
Uno de los impactos más bombásticos de esta mala política pública será en la urgente y necesaria reforma de pensiones que el próximo gobierno debe hacer, con cinco millones de cuentas en cero. Una misiva de 120 prestigiados académicos es tajante al respecto: “Si se aprueba un cuarto retiro, se puede afectar profundamente la viabilidad de que en una próxima administración se instale un sistema solidario que asegure pensiones dignas para todas y todos”.
Los argumentos y números son muy sólidos, pero algunos parlamentarios simplemente no los quieren ver. Solo parecen retener dos cifras: que el 71% de las personas sacaría el cuarto retiro, aunque se quede en cero y que un 58% no votaría por alguien que rechazara la medida, según encuesta Data Influye.
El senador del PS Alfonso de Urresti dijo que la visión de Marcel era parcial, mientras que él legisla “para la ciudadanía que está en la calle”. Es cierto que muchas personas tienen necesidades económicas urgentes, pero con IFE ampliado y sin cuarentenas, la solución no es seguir desfondando las pensiones aún más, sobrecalentando, además, la economía. La inflación golpea sobre todo a los más vulnerables, eso es evidente. Y los senadores lo saben. O debieran saberlo. Consultado sobre el alza del dólar y su relación con el retiro de divisas y la incertidumbre de un cuarto retiro, De Urresti dijo que “el dólar tiene alza por otros aspectos... No creo que el retiro de capitales sea la razón. Está el alza del precio del cobre”, dijo el senador. Se le explicó, entonces, que era al revés: que el mayor precio hace del cobre caer el precio del dólar. “Corrijo, no es el alza del precio del cobre. Desconozco las otras razones, pero no creo que sea eso”, aseguró -olímpico- uno de los campeones del cuarto retiro.
Es que en la olimpíada electoral nada parece importar, ni las causas y menos las consecuencias. Pero estas caerán, implacables, sobre chilenas y chilenos. Y especialmente sobre quien se ponga la banda presidencial en marzo del 2022.
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