Martín Lasarte: “A Alexis se le tiene que ver la sonrisa; si no, mala cosa”

Martín Lasarte, el día de su presentación con la Roja.

Desde su encierro en Juan Pinto Durán, el nuevo seleccionador de Chile atiende a eldeportivo. Los detalles de su nombramiento, de un trabajo a contrarreloj y de la Roja que veremos.


Martín Lasarte (59 años) ya está en Chile. Sus primeras horas como seleccionador las pasa encerrado en cuarentena en Pinto Durán. Pero con el overol puesto. Quedan 25 días para su estreno en Eliminatorias:”Trabajo no va a faltar”. Desde su confinamiento, el preparador uruguayo atiende por Zoom a eldeportivo.

En noviembre le dice no a la U por problemas personales. Ahora le dice sí a la Roja. ¿Ya superó los problemas personales?

Lo de la U, hace cuatro meses, coincidió casi exactamente con la aparición de algunas dificultades que me hicieron decir que no. Y desde ese momento hasta ahora, gracias a Dios, he ido solucionando las situaciones. Los tiempos son distintos. Por eso pude aceptar.

¿El que hubiera otros nombres antes que usted le dolió o le hizo dudar?

No, para nada. Estar en una lista ya es un honor. Da igual ser octavo, séptimo, primero, quinto. Yo he dirigido equipos y he salido campeón. Y yo sabía que no era la primera opción. Pero después de que la tengo, la aprovecho. No tengo ese prurito o esa cosa de... no, de verdad que no la tengo.

¿Se ofreció usted o lo llamaron?

No, yo para nada. Yo estaba en Chile por otros motivos, totalmente desconectado. De hecho, pensaba que ya había un entrenador nombrado. De manera casual, alguien me contactó y me dijo “mirá, estás en una lista, lástima que estés en Uruguay”. Y dije, “no, estoy en Chile”, por un aspecto equis. Y ahí se empezó a mover todo.

¿Tuvo que pasar examen para convencer?

Yo trabajé aquí cuatro años y me fue relativamente bien. Campeón con la U, un gran trabajo en Católica, sacamos jugadores... Lo que sí hicimos fue mantener una charla, larga, para conocernos. Con Francis Cagigao, aunque ya nos conocíamos de cuando jugábamos en contra. Y le gustaron algunas cosas que planteé, nuevas pautas a plasmar. Y otras que estaban buenas, de tiempo atrás, que había que tratar de mantener reciclándolas. Dar un poquito más de frescura, que no fuera esa cosa rutinaria que hacemos... Hay cosas que el fútbol chileno arrastra como cosas positivas y hay que utilizarlas, volverlas a poner.

¿Puede concretar unas y otras?

Yo trato de no hablar por hablar. Fue una idea. Uno es el entrenador y sus circunstancias. Circunstancias que solo yo las conozco o las conoceré. Pero bueno, estoy muy ilusionado. Podemos hacer un mix interesante todavía. Con la generación dorada estando en un período de no como hace diez años, pero aún en condiciones, más el apoyo de jugadores jóvenes que se van a ir regenerando e insertando.

¿Usted ya tenía un Chile en la cabeza o se lo empezó a imaginar cuando lo llamaron?

Yo viví aquí y veo a Chile como una selección, no digo propia, pero que quiero que gane, por un sentimiento de cariño. Eso hace que la vea más que a otras. Sí, claro, inmediatamente me imaginé un equipo. Y variantes también. A problemas, lesiones, situaciones... Lógicamente, me falta el conocimiento más acabado de chicos que no los tengo tan referenciados. Vamos a aprovechar este tiempito para hacerlo.

Nunca ha dirigido una selección en su vida. ¿Le asusta?

Es como Alfaro en Ecuador, o Scaloni en Argentina, o Berizzo en Paraguay... Algunos fueron ayudantes... Eso es relativo. Alguna vez a cualquier entrenador le tocó ser seleccionador. Yo muchas veces lo pensé. A mí me gusta el día a día. Habrá que compensar eso. Pero sí, hay una diferencia. Lo que haces en una semana o diez días lo vamos a tener que hacer en tres. Pero bueno, son jugadores avezados, vamos a manejar algunas pautas de comunicación que nos permitan acelerar procesos y mantener vínculos. Mandarles pequeños cortes de partidos, cosas que han hecho muy bien, cosas que no hicieron tan bien, cosas de los rivales... tratar de ir adelantando información que nos permita dentro de lo posible llegar de la mejor manera.

¿Y la presión del hincha, el dirigente, la prensa, se la imagina mayor o menor?

Supongo que puede llegar a ser mayor. Ahora, la presión que se siente en la U, es presión. La que se siente en Nacional de Montevideo, ciudad pequeña, solo dos equipos, es presión. O la que se siente en Al-Ahly de Egipto, que mucha gente no tiene ni idea, una ciudad donde 20 o 25 millones de personas son hinchas del club, y no puedes ir a ningún sitio, ganes o pierdas. Y así un equipo tras otro. El tema de la presión, no voy a decir que resuelto, pero sí lo tengo incorporado. Yo sé de lo que va.

La llegada al jugador sí puede ser más fácil. Si tiene un problema, no lo convoca y ya está. No tiene que soportarlo un año.

Sí, o lo convoco y lo hablo. Yo soy de aunar energías, no de separarlas. Si esa situación se da, vamos a sentarnos aquí y charlar. ¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que te molesta? No estamos en condiciones de dejar afuera a nadie. En una primera instancia de elección, el espectro debe ser amplio. Chile, más que nunca, los necesita a todos. Estoy convencido, nos vamos a clasificar. Nos va a costar, pero todavía estamos en condiciones de poder dar un do de pecho importante y llegar al Mundial.

¿La leyenda de difícil que soporta este camarín le intimida?

Yo fui futbolista. 17 años. Jugué en Europa, jugué en Nacional, jugué Libertadores, por no descender, por ser campeón. No es nada nuevo que yo no haya vivido. Los tiempos han cambiado, eso sí. Pero vuelvo a repetir. acá lo importante es charlar, con todos, dejar las pautas claras. Esto no es una escuela militar. Esto es una selección, que merece un determinado trato, una disciplina, un respeto, pero tampoco significa decir todos los días “buenos días, entrenador”. No, no. Esto es como una familia. Pero la familia también tiene una organización. Y esa organización hay que respetarla. A la primera que hay que respetar es a la camiseta que vamos a defender. Porque esa sí es pesada, significa millones de chilenos atrás. Entonces, bueno, si dejamos la pautas claras de principio... Después tendremos un problema más o menos, es inevitable, pero dentro de un parámetro que pueda primar el orden.

¿Quién manda, usted o los jugadores?

Tendría que ser el entrenador, ¿no?

A sus antecesores les ha costado. Si usted dice ‘vamos a jugar con dos extremos’ y los referentes le dicen, ‘mire, no, nosotros jugamos mejor así’, ¿qué pasa?

No, a ver, esto no es blanco o negro. Tenemos muy poco tiempo de trabajo, sobre todo en los primeros partidos. Entonces, que tengamos alguna charla con los referentes y planteemos las ideas que tenemos... queremos sacar de cada uno el mejor resultado. Entonces, es decirle, “fulano, tú te sientes cómodo jugando aquí? ¿Te parece que podrías hacer esta tarea que necesitamos?” “Profe, encantado” o “profe, me queda un poco largo ese recorrido a estas alturas”. Entonces, buscaremos la manera. Esto es como cuando armas una barrera y hay uno que tiene miedo. Hay que sacarlo y poner a otro. El entrenador elige y pone las ideas, pero pueden aparecer circunstancias, toques. Que el entrenador diga vamos a jugar de una manera y el jugador diga otra, eso no. Pero hay detalles que si entiendo van en beneficio del equipo, los vamos a hacer.

¿Cómo intepretó que al llegar le dieran ya una lista de jugadores elaborada?

No tengo ninguna lista elaborada. Me dieron una relación de cuarenta y tantos... Y me di cuenta que había jugadores que me parecen importantes y no estaban. Es relativo. Ahora estamos filtrando. Hablo del medio local. La lista del exterior la tengo acá y ni he empezado.

¿Se pueden decir los nombres?

Decir los nombres es no decir otros. El día que los citemos los van a saber.

¿Trabajar con Cagigao encima lo ve como ayuda o como invasión?

Francis es muy intenso. Está siempre encima de cosas. Es lo mismo que conocí en Europa con los secretarios deportivos. Todos los días con elementos, un aporte, siempre dando pautas e información. Lo agradecemos. No lo veo como invasión. Además, me trajo él. Sería raro. La invasión sería si mañana armo un equipo y me dice, “no, mirá, ese no va a jugar y juega otro”.

“Maneja bien los camarines, es muy cercano, pero también tiene mano dura cuando corresponde. Es un gran motivador. Algo muy importante para la situación en la que estamos”. ¿Le acomoda esa definición que hizo de usted Milad?

Hubiera pensado que la había dicho un futbolista. No sabía que la dijo Milad. Me siento identidicado con esa definición.

¿Qué añadiría bueno o malo a su retrato?

Lo defectos no los voy a decir, no tengo ganas de estar mostrando mi lado oscuro. Pienso que en el fútbol hay muchos clichés y que hay cosas buenas que nadie se pone a indagar exactamente si son tan buenas. El libro del fútbol no termina en la página uno. Y el fútbol tiene dos canchas, una en el piso y otra por arriba. El fútbol no solamente son sistemas de juego. Son 11 voluntades que quieren ganar y hay que juntar.

¿A qué va a jugar su Chile?

No me voy a hacer preso de decir algo para que después no sea como yo digo. Y ahí cometo un gafe. Lo que sí voy a decir, por un tema de tiempo fundamentalmente, es que nos vamos a basar en algunas cosas que ya hizo el profe Rueda. Nos parece atinado. No tenemos tiempo para que lleguen cuatro días antes y les hagamos hacer algo totalmente distinto, como esos collages pegados que al primer golpe de viento se rompen. Vamos a afirmarnos en cosas que son muy buenas y a tratar de dar otras pautas. Por ejemplo, dadas las circunstancias y de las cualidades de los deportistas, hoy Chile no puede presionar 60 minutos como hacía hace diez años. Pero sí lo puede hacer en el inicio de los partidos, cinco o diez minutos de presión alta. Y de repente recuperar un rato de tiempo y volver a presionar. Eso, perfectamente.

Dice que se va a basar en algunas cosas de Rueda. ¿Sabe que ni gustó ni resultó?

No, no. Primero, yo no soy discípulo de Rueda ni voy a pretender ser un imitador de Rueda. Yo dije, alguuunas cosas que el profe Rueda hizo las vamos a repetir. Nosotros vamos a ser diferentes.

Usted fue de los que rebajó los elogios que se llevó Bielsa por ascender al Leeds. ¿Sabe que en la Roja su sombra, y la de Sampaoli, la va a tener encima y de verdad?

Cuando llegué a la U, alguien me preguntó si iba a jugar igual que Sampaoli. Dije que no y ganamos tres títulos. Y jugando bien, aunque no como Sampaoli. El problema es que para el chileno solamente hay una manera en el fútbol. Pero el fútbol es mucho más amplio. Klopp juega distinto y es maravilloso. Guardiola es otra historia. Mourinho otra. Simeone otra. Y están en el top más alto. No entiendo esto de parece que hay solo una manera. Y después hay otra realidad, tiene que ser una manera que me haga ganar. Si es solo generar una ilusión óptica, poco. Yo alabo a los equipos que presentando un aspecto visual agradable y seductor, además levantan copas o consiguen objetivos. Esto es fútbol de alta competencia. Cuando se habla del fútbol valiente de un equipo, de lo audaz que ha sido, y con su propuesta perdió 3-0... Entonces, ¿cuál es la apuesta?, ¿se suicidó? Estamos en condiciones de hacer cosas parecidas. No iguales, porque son con la impronta de otro entrenador. Y sí diferentes porque las situaciones son hoy distintas diez años después.

¿La presión del recambio la siente encima?

No. Primero, no me gusta la palabra recambio, aunque entiendo que se use. Yo lo veo como regeneración. Van a convivir dos generaciones. Y los veteranos tienen la obligación de transmitir a los jóvenes sus vivencias. La Selección tiene una exposición muy fuerte y hay que estar preparado para eso.

En la U, tuvo problemas de espalda que no le dejaban ni entrenar. ¿Ya está bien?

Sí, todo. Me operé y entrené enseguida.

El que no sale de una lesión y vuelve a otra es su regalón Claudio Bravo. ¿Le preocupa?

No es regalón mío... Lo tuve en la Real Sociedad dos años y mantuvimos una buena relación. Pero no tengo una particular relación, ni hablo con él a menudo. De hecho, no he hablado todavía. La idea era esperar esta semana para hacer algunos contactos. Pero sí, es una pena. Claudio trae aparejado algunas cositas ahí y esperemos que llegue en la mejor condición. Tenemos acá a Roberto Navajas, que trabajo con él dos años, y tienen un nivel de conocimiento muy importante y eso nos puede ayudar muchísimo.

Que Alexis no juegue y eso le genere tristeza es un problema mayor, ¿no?

Es un problema. Alexis es como Griezmann, tienen que estar contentos. Se les tiene que ver la sonrisa. Si no están contentos, con sonrisa, mala cosa. Tengo conocidos en el Inter y dicen que Alexis está en el aire, que se sale, muy bien. No le están dando oportunidad, está Lautaro, Lukaku, difícil. Pero bueno, que esté sano, físicamente bien y, si compite, fantástico. Veremos cómo lo recibimos. Alexis es de esos jugadores que cuando trasunta alegría, cuando lo ves feliz, dices hoy la va a romper. Vamos a tratar de que se sienta así.

¿Vidal será el jefe de su selección?

Vidal es el motor. Un jugador que trabaja, defiende, colabora, llega al gol, define en juego aéreo, define las pelotas al segundo palo. Es fantástico.

Medel, ¿defensa o centrocampista?

Cualquiera de las dos. Cuando a Gary lo colocaron de central, les sorprendió a todos. Y terminó siendo un central atinado, adecuado. Pero también tiene cualidades de mediocentro defensivo. Es agresivo, competitivo, corta camino, permite y libera de repente que el equipo vaya al ataque con algún jugador más porque cubre mucho espacio. Pero primero tiene que estar sano.

¿Se ilusiona con Palacios y Saavedra, como los técnicos y capitanes que los vieron como los mejores del torneo?

Yo quizás no los he visto tanto. Estoy en una etapa donde tengo que observar. A unos los he visto menos. A Unión, cómo jugaba el otro Palacios, el uruguayo, lo he visto mucho. Y por eso vi al Palacios chileno. Lo que sí he visto es que hay mucha gente joven en condiciones de dar una mano.

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