LT Board

En tiempos de polarización política y fake news: ¿cómo proteger la verdad?

Esa fue la pregunta del diálogo organizado por la Universidad Andrés Bello y La Tercera en el marco de la renovación de su proyecto conjunto LT Board, y que tuvo como protagonistas al Premio Nacional de Periodismo Ascanio Cavallo, a la periodista de CNN Mónica Rincón, al director de La Tercera, José Luis Santa María, y al director del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Raúl Figueroa. Todos ellos reflexionaron sobre el rol de los medios, la crisis del periodismo y cómo devolverle a la prensa su rol como fiscalizador social.

Raúl Figueroa, Ascanio Cavallo, José Luis Santa María y Mónica Rincón protagonizaron el diálogo organizado por La Tercera y la UNAB. Todas las fotos: Mario Téllez.

Una alianza entre una universidad que está constantemente generando conocimiento y un medio de comunicación que pone a disposición sus distintas plataformas para expandirlo. Así es LT Board, el proyecto colaborativo que desde junio del año pasado desarrollan la Universidad Andrés Bello en conjunto con La Tercera, Pulso y Duna, y que acaba de renovar su compromiso de seguir entregando contenidos con rigurosidad y calidad en tiempos en que cada vez se hace más difícil para las audiencias distinguir entre lo verdadero y lo tergiversado.

La reflexión sobre qué es la “verdad informativa” en tiempos de fakes news y noticias manipuladas, en medio de un escenario especialmente polarizado a propósito de las elecciones, fue el punto de partida para este nuevo período de LT Board. Con un panel de conversación compuesto por el Premio Nacional de Periodismo, actual analista político y exdirector del diario La Época Ascanio Cavallo, la destacada periodista y conductora de CNN Chile Mónica Rincón y el director de La Tercera, José Luis Santa María.

El diálogo fue moderado por el director del Instituto UNAB de Políticas Públicas y exministro de Educación Raúl Figueroa, y comenzó con un diagnóstico inicial compartido por todos los panelistas: el periodismo está en crisis y es urgente encontrar la manera de sacarlo a flote.

"Las redes sociales han impactado de manera devastadora a los medios de comunicación” aseguró el director de La Tercera, José Luis Santa María.

Una crisis que, como dijo José Luis Santa María a modo de autocrítica, “los medios no vimos venir”. Como resultado, la prensa ha perdido el monopolio a la hora de curar las noticias que importan a la ciudadanía, dando paso a que las redes sociales y su verborrea informativa –que muchas veces amplifica una “verdad” sin hacer el correcto chequeo de los hechos– “impacten de manera devastadora a los medios de comunicación”.

En un país como Chile, donde según el último informe del Reuters Institute el 60% de las personas se informan a través de redes sociales, ¿cómo fue perdiendo terreno la autoridad de los medios informativos?

Las razones son varias, analizaron los panelistas. La consecuencia, una sola: cuando el periodismo no puede realizar su rol fiscalizador la convivencia social se ve amenazada. “La desaparición de las redacciones periodísticas es muy grave para la mantención de la democracia”, advirtió José Luis Santa María.

Un periodismo desacreditado y desconectado

Para el Premio Nacional de Periodismo Ascanio Cavallo, todo parte en un punto clave: “La verdad ha desaparecido de su pedestal”, aseguró, dando paso, en muchos casos, a convicciones formadas a partir de algoritmos de redes sociales que nos llevan a reafirmar nuestras creencias al mostrarnos sólo a quienes piensan como nosotros.

Agrega además que, este fenómeno, que se suma a la ya conocida característica de las RR.SS. de amplificar a ritmo vertiginoso información no chequeada, manipulada o tendenciosa –ahora con una escalofriante verosimilitud gracias a las herramientas de inteligencia artificial– da como resultado la proliferación de noticias falsas o erróneas, aunque a Cavallo no le gusta ocupar ninguno de esos dos términos, porque “nadie miente por error. Aquí son decisiones deliberadas”, advirtió.

Desde el trabajo diario en los medios, Mónica Rincón también hizo un mea culpa: “Hemos perdido conexión y ha aumentado nuestra ceguera”, dijo. Las causas son múltiples, pero tanto ella como el director de La Tercera José Luis Santa María coinciden en un punto: la falta de financiamiento de los medios ha llevado a una precarización de los equipos y recursos periodísticos, lo que dificulta su rol fiscalizador.

¿Qué pasa cuando espacios tradicionalmente destinados a la entretención han ido girando su línea editorial hacia la inclusión de noticias y temas políticos?, preguntó el director del Instituto UNAB de Políticas Públicas, Raúl Figueroa.

“Ahora se usa lo de la ‘selfi-cuña’. Las fuentes nos mandan 20 videos y dicen: ‘Ahí tienes mi opinión’. Y claro, como los medios están achicados, hay menos recursos, menos cámaras, entonces se dice: ‘Qué tanto si te mandaron una selfi-cuña’. Pero cuando ocupas ese tipo de videos no puedes contrapreguntar y se va produciendo un engranaje que es muy complicado”, ejemplifica la conductora de CNN.

Por otra parte –y como planteó Raúl Figueroa durante la conversación–, espacios tradicionalmente destinados a la entretención han ido girando su línea editorial hacia la inclusión de noticias y temas políticos, lo que ha derivado en que distintos personajes prefieran dar entrevistas allí que en un formato como un noticiero, donde saben que serán fiscalizados y confrontados.

“Los entrevistados, entonces, van escogiendo formatos”, visibilizó Mónica Rincón. “Un formato matinal les acomoda más y no es ningún problema que vayan. El problema es a los programas que no van. Las fuentes, como emisoras de información, cuando no tienen contrapregunta se convierten en emisores de propaganda”, dijo, y apuntó su crítica no sólo a personajes de la política, gremios y empresarios, sino también a los mismos gobiernos.

“En un principio, en La Moneda se hacían preguntas con mucha libertad y después empezaron distintos Presidentes a decir: ‘Aceptamos tres preguntas, de tres medios distintos’. Tres preguntas sin contrapregunta”, agregó.

Ascanio Cavallo y José Luis Santa María también apuntaron como parte del problema a la formación que están recibiendo los nuevos egresados de las Escuelas de Periodismo.

“Lo que nos pasa con los periodistas no es independiente de lo que pasa en la sociedad”, apuntó el exdirector de La Época. “Hoy tenemos un problema en todas las carreras, y es el hecho de que perdemos por lo menos dos años en que nuestros estudiantes aprendan a hablar o a escribir; recibimos un resultado de la enseñanza media que es dramático”.

Por su parte, José Luis Santa María advirtió sobre la gravedad de que sean los propios estudiantes y las Facultades de Comunicaciones las que contribuyan muchas veces a desacreditar a los medios.

“A veces recibo a estudiantes de periodismo y lo primero que me dicen es que los medios de comunicación se dedican a manipular la realidad. También me enfrasco en discusiones con académicos que dicen que los medios somos quienes hacemos las fake news. En los medios de comunicación podemos cometer errores, pero ninguno que haga periodismo de verdad realiza una fake news. Sin embargo, si haces la pregunta, el 80% de la población y el 100% de los políticos te van a responder que los medios de comunicación son uno de los generadores en Chile de fake news. Y probablemente el 50% de los académicos de escuelas de periodismo te van a contestar exactamente lo mismo”.

¿Cómo enmendar el rumbo?

En un escenario actual donde los grandes grupos de poder evitan hablar con los medios y prefieren usar las redes sociales para entregar su mensaje –sin previa curatoría, ni chequeo de datos– a las audiencias, y en un contexto de crisis económica, las soluciones van no sólo por entender transversalmente la importancia crucial de los medios de comunicación en la sociedad, sino también por capitalizar esa labor.

José Luis Santa María pone como ejemplo las legislaciones en distintos países, como Canadá o Australia, que obliga a las grandes plataformas de redes sociales a repartir una parte de sus ingresos a los medios de comunicación, “como un reconocimiento del periodismo como fiscalizador del poder político y económico como fortalecedor de la democracia”.

Ese es un camino. El otro: trabajar porque la sociedad recupere la conciencia de la importancia del escrutinio del poder que realiza el periodismo. “Los medios somos sólo instrumentos para que los políticos, los gremios, las autoridades le respondan a la ciudadanía. Cuando un personaje no le responde una entrevista a La Tercera, a CNN, no le está negando una respuesta al medio, sino a la ciudadanía que se informa a través de los medios”, afirmó Mónica Rincón.

"Cuando un personaje no le responde una entrevista a La Tercera, a CNN, no le está negando una respuesta al medio, sino a la ciudadanía que se informa a través de los medios”, afirmó Mónica Rincón.

Por último, agregó la periodista, en un momento de menos recursos para investigar y chequear, las redacciones no pueden olvidarse jamás de la tríada que los mueve: jerarquizar, explicar y chequear. “Ser sólo emisores de una selfie cuña o dejar que Donald Trump informe por su propio medio de comunicación o su propia red social es peligroso, porque evita el escrutinio. Y ahí hay un debilitamiento del músculo democrático, de la libertad de expresión, que se va a lamentar cuando no la tengamos”.

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