Arquitectura de pies a cabeza
A cargo del arquitecto Cristián Alfredo Wittig, este proyecto es fiel a una premisa clara: construir una casa que fuera intermediara entre la ciudad y el espacio íntimo. Emplazada en un terreno con pendientes muy acentuadas, la obra aprovechó las características que podían leerse como obstáculos. En la cima del cerro Apoquindo, con ustedes una casa que respira y exhala arquitectura.
Basándose en la imagen de los antiguos pucarás -edificaciones que servían como defensa en la guerra, en las que los incas subían escaleras y llegaban a una especie de plano donde tenían dominio de todo lo que sucedía-, el arquitecto PUC Cristián Alfredo Wittig proyectó está casa ubicada en la cima del cerro Apoquindo, en Santiago. Su idea se erigió años antes de su construcción, cuando él junto al dueño de casa -amigos desde la infancia- conversaban días enteros imaginando la casa de sus sueños. Era una promesa que se habían hecho: si Cristián estudiaba arquitectura, sin duda alguna desarrollaría el proyecto. Y así se hizo.
“Cuando estaba en la escuela, Alejandro Aravena, profesor mío y que posteriormente se convertiría en una especie de mentor, siempre decía que hay que hacer la diferencia entre lo que es buena construcción y arquitectura. Nosotros tenemos muchas buenas construcciones que de hecho funcionan bien. Pero otra cosa muy distinta es arquitectura, que tiene que ver con la construcción de ideas espaciales que funcionen. Tener claro que esos espacios reunidos con una cierta intención son mucho más que el mero funcionamiento. Esta casa creo que persiguió muchísimo esta idea. Funciona bien con el medio y logró construir la idea de arquitectura que había detrás”, explica Wittig.
Y comenzó la obra
La petición principal de los dueños de casa era la construcción de un patio muy íntimo y cálido, que los protegiera de la cercanía con la ciudad. Y que de algún modo este fuera una plataforma que hiciera las veces de mirador. El arquitecto así lo corrobora: “Tenían un requisito especial, querían construir un gran acceso de la casa, hacer un espacio importante que recibiera a los invitados. A raíz de esto nació mi idea de realizar un programa donde existiera un cierto contrafuerte con el resto de la casa, con el objetivo de construir el acceso desde la ciudad a la casa, y al mismo tiempo hacer esta transición al gran patio”.
Fue así como se definieron tres grandes terrazas, el acceso principal donde están los autos, luego la parte donde se posiciona el plano noble de la casa y atrás el patio y la piscina. Cristián nos detalla además que dada la forma del terreno, la idea era construir el programa en forma de L, en donde la intersección de los dos volúmenes conformaran el gran acceso que mencionamos. Por otra parte, hay ciertas características elementales que hacen de la casa una construcción eficiente en términos de calefacción y ventilación. Dicen los dueños que nunca han tenido que encender una estufa. Una obra bien pensada, configurada desde su génesis para que la arquitectura ejecute un excelente vivir.
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