Lo Nuevo: Polígono
Afuera de una construcción había un caballete hecho a partir del reciclaje de los típicos fierros que se usan para hacer las estructuras de hormigón. Esa imagen fue el comienzo de la nueva línea de muebles que Losgogo acaban de lanzar.


Entonces compraron mucho fierro, varas para soldar y trabajaron duro por tres semanas, para presentar Polígono. Pero el camino recorrido para llegar a este resultado es un proceso que esta dupla de hermanos ha aplicado en cada una de sus creaciones, que siempre es único, distinto y una característica esencial de su sello.
“Tenemos una idea, la trabajamos en el computador, pero la empezamos a construir antes de que esté resuelta. En la medida en que la vamos haciendo, vamos resolviendo los problemas. Por eso quizás es que hacemos cosas un poco diferentes”, dicen.
Tomás y Nicolás Aracena funcionan bajo la lógica del autoencargo, siempre ha sido así. “Son cosas que nosotros necesitamos o se nos ocurren y vamos haciendo”, cuentan. Así también fue en sus inicios, cuando hicieron una mesa para su taller que le gustó a un amigo y se las compró. Lo mismo les pasaba desde chicos, querían una tabla de surf y la construían.
En el caso de Polígono fue ese banco de la construcción lo que desencadenó todo. “El primer mueble que hicimos fue una mesa. Luego empezamos a hacer el resto y la misma mesa fue la que nos dio muchas soluciones que pudimos aplicar en los demás, como el cruce de materiales, los triángulos que van estructurando, las diagonales, etcétera”, señalan.
En paralelo a estos muebles habían hecho una línea de espejos donde también se incluía de manera fuerte la geometría, cosa que aparecía en los muebles porque se hacen con segmentos rectos de fierro, que “no se dobla, entonces nos limitaba u obligaba más bien a estas formas geométricas que se ven”, dicen.
Todo lo hacen ellos, no hay maestros ni ayudantes pues no quieren perderse de ningún detalle. Y lo mismo pasa con la forma en que los comercializan, ya que solo venden a través de su página web. “Nos interesa compartir con la gente que compra nuestros productos. Queremos mostrarle cómo hacemos las cosas y cómo les estamos dando valor agregado”.
Ese valor es el que tiene que ver con sus procesos. “Los hemos ido trabajando mucho y creemos que lo podemos aplicar, desde un llavero hasta una obra de arquitectura, eso es lo que nos interesa”, dice Tomás. Y han hecho desde zapatos, billeteras, delantales de trabajo, tablas de surf, hasta muebles. Sobre el futuro, agregan que dependerá de sus inquietudes y de lo que vaya surgiendo en esta fórmula del autoencargo, pero sí está claro que les gustaría ir aumentando la escala. “Tenemos la intención de hacer arquitectura y para eso tenemos un proyecto a muy pequeña escala, que será financiado por nosotros, y a la vez también con los muebles ir proyectando nuestra línea de diseño a otros más grandes. Pero no estamos preocupados de lo que vamos a hacer, lo que queremos es hacer cosas nuevas”, sentencia Nicolás.
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