¿Quién contamina más?

Por medio de diversas fuentes se ha estimado que Chile contamina, del total mundial, un 0,2%; China, un 24%; EE.UU., 21%, y la UE, 12%, entre otros (Agencia Holandesa de Evaluación Medioambiental 2007). En este escenario, el 45% del CO lo libera el 15% más desarrollado de la población mundial. Los países de bajos ingresos, en conjunto, tienen una tercera parte de la población del planeta, pero liberan solo el 7% de las emisiones. Ahora bien, si estas cifras se dividen por la cantidad de habitantes de cada país, la situación queda (en lt de CO/persona): EE.UU., 20,6; UK, 9,8; China, 3,8; Chile, 3,9, y Nigeria, 0,9. Así, el caso de Chile es preocupante, pues igualamos a los chinos que han sido muy criticados, ¿cuál es el indicador válido entonces?
Existe otra manera de apreciar quién contamina más. Según un artículo publicado el 24-12-2014 en Tendencias del diario La Tercera, 79 compañías transnacionales emiten el 11% del total mundial del CO; más preciso aun: 20 compañías aportan el 7,7% de este gas que nos complica (por lejos más que Chile entero).
Casi todas estas industrias son propiedad de países avanzados, algunos con el distintivo de ser países preocupados por el ambiente, por el planeta y de todo lo verde, pero el pequeño detalle es que estas compañías tienen sus plantas en países de bajos recursos en general (contaminando en donde se contamina poco).
Tema complicado. Sus rubros en general son la extracción o producción de petróleo, gas, hierro, electricidad, cemento, minería y energía en general. Todas son empresas muy eficientes por cierto, que dan trabajo directo e indirecto a millones de habitantes, obviamente muy bienvenidas en los países subdesarrollados.
Revisando todas las aristas, se podría argumentar desde una infinidad de aspectos también. El tema es decidir por dónde reducir el CO. ¿Debe ser una política a nivel país aplicada a China o EE.UU.?, ¿o al comportamiento individual de los habitantes de ciertos países como Chile?, ¿o al de las industrias transnacionales supercontaminantes?
En principio lo más efectivo sería enfocarse en esta tercera vía; aunque sus aportes a los países en donde están emplazadas son importantes y muy convenientes, estas debieran modificar sus procesos productivos o de generación energética para eliminar o reducir las emisiones de CO y, por otra parte, fiscalizar que no se instalen en países con regulaciones medioambientales débiles. Esto es mucho más eficiente y rápido que tratar de convencer a todo un país que contamina poco o reducir sus emisiones mediante costosas implementaciones.
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