Ricardo Lang: Diseño a dos tiempos

Ricardo Lang

Celebrar, reunirse, compartir, relacionar a las personas. Con un lenguaje abstracto, de elementos simples, pero complejos mecanismos, Lang resume su última etapa en un nuevo libro.




"¿Cómo expresar un lenguaje que proviene del acto y la forma, o que posee un carácter de autor colectivo más que individual?", se preguntaba Ricardo Lang durante la inauguración de su última muestra, Propuesta Celebrativa del Diseño, realizada en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, FADEU, de la PUC hace algunas semanas. Ocasión de la exposición y lanzamiento del libro del mismo nombre que reúne sus trabajos alrededor del tema del compartir, comer y beber, de su contexto y el espíritu que impregna un acto como este, que se funda en la observación. "Este permanente preguntarse y observar –que tiene como protagonista la presencia de la gestualidad humana, sus actos en vínculo con los objetos, el espacio y las personas– permite diseñar las condiciones para que el acto celebrativo del diseño abra la posibilidad de otorgar diseño a espacios en los que normalmente no está presente". Como explica, con este proyecto logró dar una definición consensuada sobre diseño: "Es una construcción que disminuye el insoslayable espesor que existe entre las personas; un metadiseño que ubica el oficio en todo el proceso desde la palabra que inaugura hasta el objeto final que se expone". Y esa es quizás la clave para leer la obra de este diseñador industrial, profesor de la Escuela de Diseño de la Universidad Católica de Valparaíso desde 1981, investigador y viajero que ha llevado el tema de la celebración también fuera de Chile, por ejemplo ya por 1987 a  L'Ensci-Les Ateliers, en París.

En Lang, el proceso del diseño se vuelve obra en sí, a través de dibujos coloridos, del estudio desde distintos ángulos de las piezas que concibe; de las máquinas, sistemas, que idea para celebrar. Es entretenido, crea artilugios de gran complejidad con un lenguaje tan diferente y simple. Recuerda un poco las máquinas que ideaba Leonardo, con esa mirada estrellada de artista y a la vez de ingeniero.

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Mario Ubilla, decano de la FADEU, define muy bien su trabajo como creativo, original, austero y pone el énfasis justamente en este modo particular de hacer, de pensar la disciplina. "Él propone una forma especial para cada contexto, para cada espacio y cada uno de los sentidos que tiene la celebración. Si va a ser una fiesta para muchas personas, un matrimonio, o una reunión de estudiantes en la Ciudad Abierta,  o la inauguración  de la Bienal de Diseño, a cada una le propone con especial esfuerzo una forma, una respuesta morfológica, un soporte. Para elogiar un acto diseña una situación especialmente a través de objetos con cuidadas formas. Es un trabajo que además tiene un esfuerzo por ser leve, sencillo; por ser austero, con materiales muy simples, que representan la buena economía: un listón bien cortado, un papel bien plegado o doblado, construye, despliega y da formas notables y útiles por cuanto con esa simpleza logra hacer contenedores, elementos para comida, para un buen vino. También todo se registra, cada uno de los detalles, de los objetos que diseña, en distintas vistas, desde la concepción planimétrica, pero también en perspectiva, en las tres dimensiones, y cómo se despliega, cómo se transforma a medida que se va desarrollando el acto. Y por lo tanto hay como dos tiempos: el de la construcción, montaje y celebración y el del registro. Yo creo que eso, efectivamente, también es propio de Leonardo: por medio del dibujo entender estos elementos por partes, por piezas. Eso que se registra con el buen dibujo forma parte del proceso creativo, de lo que fueron las decisiones de diseño, eso es muy propio de la manera que tenía Leonardo de representar lo que estaba pensando".

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