Valle Bendito
El valle de Colchagua hace años que viene creciendo y ofreciendo una variada oferta para quien decida pasar unos días degustando los mejores vinos de la zona regada por las aguas del río Tinguiririca. Aquí tres seleccionados que prometen quedar grabados en la memoria de quien ponga un pie en la zona.


El matrimonio formado por la chef Giovanna Vanni y Bruno Pesce abrió este restaurante en la localidad de Barriales, Santa Cruz, lugar donde las preparaciones evocan aromas y sabores de recetas ancestrales. Esta nueva apuesta culinaria, basada en la cocina tradicional chilena, delata la expertise alcanzada por Giovanna en cocinas de países como Estados Unidos e Italia.
Una vez en Chile comenzó a empaparse de los productos nacionales, a combinar las bondades de cada uno y de esta manera armó una carta que sorprende. “Construimos la actual carta basándonos en nuestros conocimientos, no solo con la idea de hacer preparaciones chilenas sino, además, hacer creaciones propias. Para ello estuvimos durante todo el año pasado estudiándolas, fue un trabajo lento y muy minucioso con el que llegamos a la carta que hoy estamos presentando”, ha señalado Giovanna.
En la carta destacan platos como el pebre de cochayuyo, el carpaccio de lengua de vacuno, la plateada a la cacerola con guiso de mote y callampas silvestres, además de los clásicos como la cazuela de vacuno, el pastel de choclo, las humitas y el arrollado huaso. El punto dulce está dado por los clásicos calzones rotos con helado de berries y salsa de borgoña o un buen mote con huesillos.

Viajó por todo el mundo, entrevistó a grandes personajes como Diego Armando Maradona y Julio Iglesias, galán de la televisión chilena durante los años 70. César Antonio Santis llegó al Valle de Colchagua y hoy está feliz con su emprendimiento gastronómico, una trattoria en pleno corazón de Santa Cruz. No tenía experiencia en esta área, solo llevaba la herencia familiar culinaria y el amor por la buena mesa. “Aprendí desde niño a valorar y admirar el trabajo de abuela y madre, que con anticipación preparaban para cada fin de semana insuperables recetas, que nos reunían en largos y celebrados almuerzos y sobremesa”, cuenta César Antonio Santis. Listo, suficiente. Con esto en el cuerpo se asesoró con sus amigos Coco Pacheco, Pancho Toro y Ennio Carota -dueño del Pastamore-, para abrir este restaurante en el que queda de manifiesto una oda al vino, sello impreso en el ejemplar que proviene de la viña familiar.
Remodeló una casona típica chilena que era propiedad de Carlos Cardoen y que, en tiempos pasados, sirvió como lugar de elaboración de licores. Distribuyó el espíritu italiano por cada rincón y compartió recuerdos que han marcado su carrera en uno de los salones donde cuelgan fotos con estrellas invitadas a sus programas y retratos de íconos italianos, como Mastroianni y Sophia Loren.
Para montar lo que vemos hoy viajó dos veces a Italia a buscar hornos y detalles decorativos, y lo que tiene es gracias a un esfuerzo familiar. “La carta de La Famiglia de Santis fue desarrollada por mi hija Carolina, la más talentosa heredera de los secretos culinarios familiares, e implementada en el diario quehacer por nuestro chef Pietro Salazar y su joven equipo. Juntos la revisamos periódicamente incorporándole nuevas propuestas, todas realizadas en casa y con insumos italianos y locales, solo de primera calidad”, dice Santis.
Además del vino ofrece una línea de aceite “extra virgen de oliva, blend preparado especialmente para nosotros por Joaquín Roa Melita, ambos a disposición de nuestras visitas”, concluye.
La Sara Hotel
Son cuatro habitaciones en suite con todas las comodidades y servicios para sentirse como en casa. Se ideó este concepto más boutique en una casa que se construyó en pleno campo de arándanos, a las orillas del estero de Chimbarongo. El lugar se presenta como una excelente opción para quien decida pasar unos días en el valle de Colchagua.
Imagíneselo así: una casa con sus piezas respectivas con baños en suite y los espacios comunes compartidos. Olvídese de aquella recepción física con lobby y gente tras un gran mueble. Aquí encontrará estar en conexión con el campo, rodeado del canto de los pájaros, a una distancia razonable del pueblo de Santa Cruz y de cada viña que ha elevado el destino a una parada indiscutida en nuestro país.
Madera y ladrillo son los componentes básicos de la casa, materialidades que se mezclan con una decoración que hace referencia a los recuerdos de familia y se matiza con el sonido constante del agua del estero.
w lasarahotel.com
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