#CronicasLechonas: La arepa mongoliana
Las fusiones de comida son las que hacen crecer al mundo, pero ¿qué tan lejos se puede llegar? Probamos esta mezcla con mucho de colombiano y poco de chino.

Hay comidas que nos llegan por recomendaciones, otras por invitaciones, otras por tincada, pero sin duda las mejores son las que aparecen de la nada.
No es que uno ande mirando oportunidades para comer todo el día. A mi me gusta creer que es la comida la que anda buscando las oportunidades para encontrarse contigo.
Eso es precisamente lo que siento que pasó cuando el otro día, circulando por Antonio Varas con Providencia, me encontré con un anuncio que despertó todos mis sentidos. Un letrero con dos palabras que hasta ese momento nunca pensé que podían ir juntas.

Dos palabras, letras rojas, fondo amarillo y una fotografía hábilmente colocada en Photoshop con las proporciones más extrañas de la vida. Obviamente no me refiero a la Chorrillana Mongoliana de la derecha, preparación también conocida como Mongopapas, las cuales ya considero un emblema del lechonismo nacional, sino que a la particular mezcla de la izquierda: la Arepa Mongoliana.
El lugar se llama Bin Xiang y es uno de los típicos restoranes de comida china del barrio. En palabras de Bob Esponja, es la vieja confiable
La mezcla llegó en un momento clave de mi vida: este ha sido el año en el que más me he acercado a las preparaciones del sector de Venezuela y Colombia, por lo que todo lo que diga arepa ya despierta todos mis sentidos. Pero cuando le agregas la palabra mongoliana, la mezcla se vuelve algo peligroso, algo que puede terminar funcionando muy bien o muy mal.
Así que la mejor forma de averiguarlo fue ir al local, pedir dos para llevar y probarlas en casa. Me llevé una de carne y una de pollo solo por motivos científicos y para brindarles a ustedes un panorama global.
La preparación tomó unos 15 minutos, probablemente más por el lado de la arepa que por el de la carne mongoliana. Me imagino que no debe ser lo que más sale de un local más acostumbrado a los arroces, los wantanes y los chapsuis. Tomé mi bolsita y en 10 minutos ya estaba en mi casa, en este estado.

La mezcla de calor, aceite y grasas saturadas se acumulaba en el fondo de la bolsa que, a su vez, ya tenía otras bolsas adentro, unas de papel que cubrían a ambos sanguchitos especiales. La preparación claramente no está hecha para quienes estén a dieta o mantener una figura esbelta. Pero a nosotros no nos importa.
Un consejo para el local: las servilletas siempre son bienvenidas en cualquier tipo de preparación para llevar o en delivery, pero acá llegan cubriendo a las arepas, lo cual está bien para quitar un poco del aceite, pero me pasó que costaba mucho sacarlas de la arepa. De hecho, estoy seguro que más de algún pedacito de servilleta me tiene que haber quedado.
Pero bueno, ¿Qué tal las arepitas?

Algo que me llamó la atención de la preparación es que no es la misma que usan para hacer la carne mongoliana que uno se lleva para acompañarla con el arroz o el menú para dos. Tanto el pollo como la carne están salteadas junto a cebolla, champiñones y pimentón, en vez del cebollín y el ají que acompañan a la preparación clásica. Antes de que se levanten y tiren la pantalla por la ventana, quiero que por favor sepan perdonar este cambio en la receta a la que estamos acostumbrados porque en el contexto de un sandwich hace mucho más sentido.
De hecho, la mezcla de la arepa mongoliana de carne me recuerda mucho al Philly Cheese Steak, la clásica preparación de emparedado norteamericano que es de mis favoritas. Lo único que le faltó es el queso, lo cual pegaría mucho más considerando que el queso es uno de los ingredientes que definen a las arepas, pero no así a las preparaciones chinas. Algo de identidad había que considerar.
En ese sentido, la arepa de carne es mucho más sabrosa que la de pollo, al menos en su relleno.
Pero si hablamos de la masa en sí, encontré que tiene algunos problemas de consistencia. Al parecer la preparación es más gruesa que lo de costumbre, lo que hace que quede con mucha masa, sobre todo al fondo. Al final uno siente que se llene más con la masa que con el relleno, que debería ser el ingrediente principal.
Lo otro que tiene de mongoliana esta arepa es que viene con salsa de soya, la cual agrega algo más de sabor tanto a la mezcla como a la masa, con lo cual logra pasar. Algo.
Si la arepa estuviese mejor hecha, algo que obviamente podríamos haber esperado que fallara en un restaurante chino, podría recomendar de manera completa esta mezcla, pero por ahora, se siente más como un experimento que como una mezcla que saque lo mejor de dos culturas.
La arepa mongoliana prometía demasiado, como si fuera el crossover entre mis dos videojuegos favoritos, pero a veces, hay placeres que es mejor disfrutarlos por separado así que por lo pronto, no necesitaremos investigar como es que se dice arepa en chino. Pero tengo fe de que algún día alguien encuentre la forma correcta de hacerlo y se gane el mismo puesto que hoy tienen las gloriosas mongopapas.
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