Rancagua, 21 kilómetros… De puro entusiasmado y seducido por sus ademanes en el primer día de uso de los cinco que BMW Motorrad nos facilitó su R 1200 GS Exclusive, fue que tomé rumbo sur. Claro, ya estaba cerca de la capital de la Sexta Región y me pareció que apenas había rodado unos minutos con este ejemplar que forma parte de la saga reina y de mayor éxito mundial del big trail, es decir, las motos de las grandes e interminables rutas.

Sin embargo, en esta parte del planeta, acaso la moto más vendida de su segmento en varios mercados europeos es un producto más bien de nicho. Claro, dadas las características de nuestro terruño y el perfil "polvoriento" de quienes buscan una máquina de este linaje y aptitudes, una variante con ADN más asfáltico y urbano quizás no atraiga a la mayoría. Más allá de esto, fue grata la sorpresa al constatar que toda su renovada electrónica, suspensiones, diseño y equipamiento hacen perfectamente posible el aprovechamiento integral de la maxi trail más deseada por los aventureros.

Como rasgo diferenciador que nos aleja algo del off-road duro están sus hermosas y elegantes llantas de aleación en vez de los clásicos rayos que se ocupan para el suelo y parajes más agrestes. Por un lado, asoma con claro aire más refinado que su hermana decididamente off-road, pero por otro contiene y de forma contundente, toda la capacidad para llevarnos lejos y hacerles frente a diversos escenarios climáticos, gracias a sus diversos modos de conducción. Tenemos el Rain para suelos con problemas de adherencia por la estación invernal; luego, el Road, que fue el que más empleé en los soleados días que regaló la primera parte de agosto en la zona central de Chile. Adicionalmente, podemos configurar el Dynamic, con el cual la moto queda en plenitud para ser disfrutada en autopistas, viajes y saber que cuento con todo el caudal de inmenso poder emanado de los 125 caballos que eroga el clásico motor bóxer bicilíndrico de 1.200 cc o, mejor aún, el generoso par motor de 125 Nm que se expresa en el rango medio de las revoluciones. De hecho, es magnífico el modo en que trabaja también desde bajas revoluciones, agregando comodidad y sencillez de manejo, lo que de por sí nos da pereza ir tan precisos en las seis marchas de su caja mecánica. Finalmente, está el Enduro, también programable de modo sencillo desde la piña derecha, para luego fijarlo presionando la maneta del embrague un par de segundos. En esta faceta, la moto asiste con toda su electrónica inteligente los avances por terrenos más campestres.

Esta variante Exclusive de la R 1200 GS es altamente versátil en la regulación de sus alturas y suspensiones. Y quizás lo que me pintó una sonrisa inmediata fue su asiento bajo y exquisitamente ergonómico, que me dejó siempre con las plantas de mis pies tocando el suelo. Después de todo, vamos en una moto grande, pero que por su diseño, protecciones, ergonomía, peso, ajustes y puesta a punto de su motor, resulta asombrosamente sencilla de manejar, pero claro, para brazos que ya acumulan algún grado de experiencia al menos en la cilindrada media. Es decir, usuarios que por años han vivido entre los 400 y los 800 centímetros cúbicos, tardarán muy poco en comprender y asimilar la estupenda maniobrabilidad y carácter amistoso de un portento de la tecnología mundial de las dos ruedas. Y que dominarla sea una tarea sumamente asequible es parte del argumento que la instala como una de las mejores maxi trail del mundo.

Sostener algo así surge, por ejemplo, de lo bien que frena en una curva, algo recostado y notando que entré algo pasado en velocidad… O su solidaridad vía tecnología para retomar la marcha si acaso nos detuvimos en una pendiente en ascenso más que exigente.

En el epílogo, una sensación de satisfacción grande y un llamado a explorar su apartado tecnológico, ya que detrás de cada sello técnico subyace un mensaje muy simple y vital: la BMW R 1200 GS Exclusive tiene de todo para que tu viaje sea seguro y feliz.