En formato mini

Aunque ya es conocido y utilizado desde hace varias décadas, el formato de las miniseries ha tenido un explosivo crecimiento durante estos últimos años. Es que los usuarios de los servicios de streaming han cambiado su forma de consumir series y películas, y ya no están tan dispuestos a comprometerse con una serie que les consuma años de su vida. Conversamos con guionistas y críticos de cine y TV para entender por qué la miniserie es el formato del momento.




Cuesta creer que en pleno siglo XXI exista algo así. “Unorthodox” relata en solo cuatro capítulos la vida de Esther Shapiro, Esty, una adolescente de 17 años que pertenece a una estricta comunidad judía jasídica de Brooklyn, Nueva York. Tras casarse en un matrimonio concertado y con el único fin de tener hijos, esta joven no logra responder a las costumbres y leyes ortodoxas, de las que no se siente parte, abandona todo y huye a Berlín para encontrar su propio camino.

Después de una premisa así, no es muy difícil sumergirse en una serie. Seguir la historia de los personajes, casi crear una relación con ellos.

El problema por estos días, como en muchas otras áreas, es el tiempo. La mayoría de la gente ya no quiere dedicarle seis años de su vida a seguir una serie como "Game of Thrones", mucho menos una tan larga como "Friends". Y es que los servicios de streaming han hecho cambiar la forma en la que se consumen las series. Si antes se hacía prácticamente un ritual el estar frente al televisor esperando el estreno de un nuevo capítulo, hoy nos sentamos frente a la TV y decidimos a qué dedicarle nuestras próximas cuatro horas… Puede ser una o dos películas o, por qué no, una serie relativamente corta.

Es en este terreno fértil donde florece la creación de nuevas miniseries. Un formato que se vale de entre seis y 10 episodios para contar una historia, detallada, completa y autoconclusiva, y donde se pueden contar desde éxitos como la miniserie para televisión “It” (1990), hasta otras no tan conocidas, como “Show me a hero”, de HBO (2015), lo cierto es que este formato se ha convertido en el favorito en los últimos años, y no nos referimos solo a los espectadores, ya que guionistas, productores y actores también han mostrado una especie de predilección por esta forma de contar historias.

Un mundo pequeño

“Una miniserie permite contar una historia completa, puedes cerrar todo. Creo que eso es bien atractivo para los guionistas, eso hacen los gringos. Por ejemplo, ellos consideran miniserie algo como "Fargo", que son 10 capítulos por temporada, pero terminan la historia en esos 10 capítulos. Creo que eso sí hace que sea una serie más rápida, donde pasan cosas más definitivas”, puntualiza Diego Muñoz, guionista chileno detrás de teleseries como "Preciosas" y crítico de cine.

Es que esa sensación de cierre, de algo definitivo y que termina es lo que muchos se encuentran buscando en este tipo de formato. Hay un segmento muy definido de espectadores que está en una especie de limbo, donde no hay tiempo suficiente para ver una serie de siete temporadas, pero una película es demasiado corta para llenar sus necesidades. Así, mientras algunos devoran cual Pac-Man capítulo tras capítulo de una serie, otros buscan una historia más acotada, con un mayor valor de producción y estilo propio.

“Aquí brillan más los personajes, debido a que cuando se planea la trama central al ser más corto se vuelve mucho más fácil. Planificar seis capítulos es mucho más fácil que 12 o 24 y uno se centra en los personajes, que tengan mejores momentos, los diálogos están mucho más pulidos y hay mucho más tiempo para dedicarles a los detalles, para hilar fino. Los personajes se benefician mucho de esto, se sienten más ricos y mejor construidos”, comenta Diego Ayala, guionista chileno ("Sin filtro") que hoy se encuentra trabajando en la producción de la nueva temporada de la serie de Luis Miguel en Netflix.

Esta misma atención al guion, cuidado en la filmación y el menor tiempo que los actores necesitan para llevar a cabo un proyecto han hecho que muchas estrellas de cine se hayan volcado a las miniseries.

Hellen Mirren, Mark Ruffalo, Al Pacino, Jude Law…, la lista de celebridades que ha encontrado en las miniseries su nuevo hogar es larga y frondosa, y está llena de beneficios. Para la serie, contar con una estrella potente es, sin duda, un gran llamado a la visualización, y para el actor, es un tiempo breve ligado a una producción que, además, le dejará tiempo de hacer otros proyectos.

José Ignacio Valenzuela, guionista detrás de teleseries nacionales como “Amor a Domicilio” y “Dama y Obrero”, tiene su propia perspectiva desde que comenzó a trabajar en el proyecto de “¿Qué pasó con Sara?” para Netflix.

“Evidentemente, actores carísimos o actores que estén muy ocupados o que estén en la cresta de la ola en ese minuto no disponen de mucho tiempo para grabar producciones, sobre todo series. Por lo tanto, una serie corta, de cinco o seis capítulos, puede ser muy atractiva para un actor que interpreta un personaje importante o protagónico, porque las horas de grabación van a ser menos. Es importante mencionar que las producciones tipo miniserie no son la tónica ni la gran mayoría, precisamente porque son más caras de hacer, no es lo mismo prorratear escenografía, vestuario o un actor caro en 10 o 12 capítulos, que en cuatro o cinco, por lo tanto, siguen siendo joyitas muy selectas que los streaming y los canales hacen de vez en cuando”, asegura el "Chascas" Valenzuela.

Para todos los gustos

Aunque han tomado más vuelo en el último tiempo, las miniseries siguen siendo apuestas específicas, y no buscan reemplazar a las series largas, sino que ser un complemento, una opción diferente para quienes buscan salir de la rutina.

Los servicios de streaming han ayudado enormemente a satisfacer los gustos de distintas personas. Es que por estos días la premisa es la personalización, es la búsqueda de la individualidad, a pesar de que estemos todos pegados a la pantalla viendo el mismo contenido. Aquí la diferencia es que el algoritmo sabe lo que nos gusta y nos seguirá recomendando contenido en esta línea.

“Lo que está pasando con las personas y con los formatos más cortos es una tendencia que está viniendo hace un montón de tiempo, en donde Netflix, Amazon y diversos estudios se están dando cuenta de que la gente abandona las series en el capítulo seis, siete u ocho, y eso hace que se distraigan en otras series. Entonces, Netflix está haciendo que todas las producciones que salgan de aquí hacia adelante vayan cortando todo a ocho capítulos máximo. Antes, la gente elegía una serie para enamorarse. Ahora, al haber tantas posibilidades la gente abandona muy rápido”, destaca Ayala.

Por esta misma razón, las temáticas de las nuevas producciones pueden provenir desde libros hasta guiones originales. “En general, hoy en día el cruce entre literatura y producción audiovisual es cada vez más fuerte. De hecho, las empresas de streaming e incluso los canales de televisión, como Telemundo, tienen un pie puesto en el mundo editorial y están al pendiente de los libros que ni siquiera se han publicado para ellos comprar los derechos de adaptación audiovisual antes de que eso salga a venta, para desde ahí, entonces, hacer un lanzamiento conjunto”, comenta el "Chascas" Valenzuela.

Vengan de donde vengan, ya sea de canales de televisión o streaming, lo cierto es que el formato miniserie tiene mucho por crecer en estos días en que el tiempo de producción escasea.

Ahora, si se trata de recomendaciones, las opciones abundan, aunque todo dependerá de las preferencias de cada persona por el tipo de género e incluso el origen.

“A mí me gusta mucho ‘Fargo’, que en 10 capítulos te cuenta una historia que se cierra y que cada temporada es una historia distinta, con nuevos personajes. ‘American Crime Story’ es otra que a mí me gustó mucho. la chilena ‘Ecos del Desierto’ creo que es una de las mejores que se han hecho en ficción nacional y vale la pena buscarla para verla nuevamente”, recomienda Diego Muñoz. MT

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.