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La historia detrás del nuevo Aston Martin de James Bond

<p>La relación de Aston Martin con James Bond es de larga data. Nació en 1954 con Casino Royale, convirtiendo al fabricante británico en la marca por excelencia del super agente 007. En la semana del estreno nacional de Spectre, la vigésimocuarta entrega de la zaga, se conoce la historia del espectacular Aston Martin DB10, creado exclusivamente [&hellip;]</p>

La relación de Aston Martin con James Bond es de larga data. Nació en 1954 con Casino Royale, convirtiendo al fabricante británico en la marca por excelencia del super agente 007.

En la semana del estreno nacional de Spectre, la vigésimocuarta entrega de la zaga, se conoce la historia del espectacular Aston Martin DB10, creado exclusivamente para este film.

Pues bien, todo comenzó cuando Marek Reichman, jefe de diseño de Aston Martin, respondió a Sam Mendes, director de la película, que el auto que buscaban, en realidad, no existía. A lo que Mendes respondió: &"Muy bien, ¿podríamos hacer uno solo para James Bond?&". Fue así como nació una edición limitada de diez espectaculares Aston Martin que solo aparecerán en el film.

Pero las exigencias al fabricante siguieron, ya que el director quería que las escenas de los vehículos fueran reales. Según Neil Layton, coordinador de especialistas, en una entrevista a Daily Mail, Mendes pidió que el DB10 &"pudiera saltar&". Reichman y el resto de encargados de crear los DB10 no daban crédito: &"¿Hablas en serio?&", le preguntaron cuando les indicó el resto de requisitos que tenía que cumplir. &"Pude escuchar algunos carraspeos&", comentó.

¿Resultado? Siete de los diez Aston Martin DB10 no superaron el rodaje, quedando totalmente destruídos. Lo que significó un gasto de 32 millones de euros, es decir, el 12% del presupuesto total de la película: 270 millones de euros. En definitiva, la entrega de James Bond más cara de la historia.

Otro dato curioso, tiene que ver con que los 10 Aston Martin de Spectre no eran iguales. Y es que mientras algunos completamente equipados con todos los gadgets propios para un super espía (como por ejemplo, un lanzallamas en el maletero), otros solo incluían los asientos y las barras antivuelco, capaces de superar situaciones extremas.

En una de ellas, el DB10 se precipita por unas escaleras 12 metros y ni siquiera tuvo que ser reparado a lo largo de las siete tomas que necesitaron para que Mendes quedara satisfecho. El deportivo hizo su trabajo sin sufrir daño alguno.

Finalmente, y aunque parezca que Daniel Craig es el que conduce el auto, lo cierto es que en el techo del auto se instaló una jaula, en la que están montados el volante, los pedales y el asiento para poder conducir desde ahí. ¿Quién? El triple campeón británico de rallyes Mark Higgins, quien señaló  &"como piloto, estoy acostumbrado a conducir rápido en diferentes superficies y con los cambios en las condiciones de adherencia, pero los adoquines de Roma cuando el sueño está mojado son particularmente resbaladizos&".

De todas maneras, Craig tuvo su propio desafío al respecto, al tener que simular que está manejando un auto cuando, en realidad, su visivilidad es prácticamente nula. Y es que las cámaras instaladas a escasos centímetros de su rostro le impedían ver la dirección que tomaba el DB10.

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