Ryan Reynolds, el protagonista de la recién estrenada Deadpool, se suma a la larga lista de estrellas de Hollywood que se declaran amantes de las motocicletas (Ver otros actores fans de las dos ruedas). El actor que apareció en el comercial de Hyundai durante el Super Bowl, colecciona motos desde su adolescencia y es común verlo transportándose en alguno de sus varios modelos.

El fanatismo de Reynolds se inició durante la adolescencia cuando, gracias a sus primeros ahorros, logró comprar una Honda CB750 de 1976. &"Un amigo me enseñó a andar en moto cuando era niño. He estado sobre ellas desde siempre&".

&"Soy dueño aproximadamente de ocho motocicletas, incluyendo un par de antiguas Triumph, una BMW R60/Sidecar de 1962 y una edición especial de una Egli Vincent Godet. Digo &"aproximadamente&" porque compré una vieja BMW sin frenos cuando rodé la película Safe House. Grabamos en Sudáfrica y estoy aún esperando poder hacer los trámites para pasarla por la aduana, ¡después de dos años! Entonces, debería tenerla pronto en mi garaje&", sostuvo en una entrevista al sitio de motos Piperburn.

El actor señaló que andar en moto es una manera de meditar. &"Yendo al trabajo en la mañana veo gente en sus autos hablando por celular, afeitándose, incluso tomando tazones de cereal. Cuando yo ando en mi moto, lo único que hago es respirar, oír el sonido del motor y pasar cambios. Solo yo y mi moto -sin multiplicidad de tareas, sin mensajear- y eso despeja mi mente como ninguna otra cosa&".

Sin embargo, no todo ha sido alegría para el también protagonista de Linterna Verde, pues cuando intentaba completar su máxima travesía: recorrer Australia en una Triumph Sprint, chocó y debió volverse a Norteamérica con la frustración de una misión incompleta y sin una de sus motocicletas favoritas.

A pesar de la mala experiencia, el canadiense dice sin titubear que &"a menos que granice o nieve, mi trasero estará siempre sobre la moto&". Una pasión es una pasión, dicen.