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Test Drive: Honda Fit 1.5

<p>Al Honda Fit se le ama o se le odia, no hay términos medios con él. Es uno de aquellos autos extremadamente racionales inserto en un mundo demasiado emocional. Eso hace que tenga éxito en mercados como EE.UU. y Japón, donde prima la inteligencia a la hora de la compra, y que fracase en lugares [&hellip;]</p>

Al Honda Fit se le ama o se le odia, no hay términos medios con él. Es uno de aquellos autos extremadamente racionales inserto en un mundo demasiado emocional. Eso hace que tenga éxito en mercados como EE.UU. y Japón, donde prima la inteligencia a la hora de la compra, y que fracase en lugares como Chile, donde el look y la parafernalia suele pesar más que la funcionalidad y el uso.

Seguramente así será ahora con esta tercera generación. Pese a que mejoró su diseño exterior, luciendo más deportivo y estilizado, mantiene sus características volumétricas que suelen espantar a los clientes más jóvenes.

El Fit se construye ahora en México sobre la nueva plataforma compacta de la marca. Gracias a ella crece casi 10 centímetros en el largo (3.998 mm), tres de ellos entre los ejes (2.530 mm). A pesar de esto, sigue siendo uno de los pocos hatch del segmento B que está por debajo de los cuatro metros. Lo más relevante, es que a pesar de ser pequeño, es un gigante por dentro. Es el sello de este auto desde que fue presentado mundialmente en 2002.

El Fit debe ser el hatch compacto con mejor habitabilidad de Chile, incluso con más espacio que varios competidores del segmento superior. Hay mucho lugar tanto para la cabeza como para las piernas, por lo que tres adultos caben con holgura en las plazas posteriores.

Si la habitabilidad es uno de los sellos de este auto, el otro es la funcionalidad extrema. Las puertas traseras abren en 90o, y como todos los asientos son individuales, la cabina se puede configurar en hasta 16 opciones distintas. Los icónicos asientos traseros que se levantan como una butaca de cine (y que la marca denomina "magic seats") siguen presentes aquí, lo que permite cargar bultos grandes, incluso bicicletas, por detrás del conductor.

La guinda de la torta son los 363 litros de capacidad de carga, mucho para el segmento, lo que mejora al abatir los asientos dejando siempre un maletero de piso plano.

Por dentro hay una mejora evidente en la percepción de calidad, que en el Fit anterior era bien pobre. Como este auto sale de la misma planta que fabrica para Estados Unidos, se mejoraron las terminaciones y se incluyeron algunos plásticos blandos en las zonas de tacto.

Hay también una nueva pantalla de cinco pulgadas que sirve para visualizar las funciones del auto y la cámara de retroceso, pero no es táctil, inexplicable considerando el precio del auto, el pedigrí tecnológico de la marca, y que el sistema "Hands Free Link" es uno de los menos intuitos y más complejos de manipular del mercado. Un pantalla touch sin duda hubiera marcado diferencias.

El diseño interior es sencillo y minimalista, al estilo Honda, mientras que la posición de manejo sigue siendo alta, consiguiendo una visibilidad espectacular.

En términos de equipamiento está lejos de su competencia. Incluso diríamos que tiene poco para su precio. En seguridad sólo ofrece dos airbags, ni hablar de control de estabilidad, o luces automáticas o sensores de proximidad, pese a que compensa esto con la cámara de retroceso. No hay techo de vidrio ni tapiz de cuero, y tanto las llantas como la pantalla vienen solo en la versión automática, pese a que la mecánica está bien por encima de los 11 millones de pesos.

Andar sobresaliente

La mala relación precio/equipamiento se compensa con un nuevo motor 1.5 litros iVTEC, ahora con inyección directa, que eroga 130 caballos y 166 Nm de par, y que en nuestra versión se asocia a una caja automática variable continua.

Por culpa de la CVT pierde la agilidad de salida que tenía la antigua caja automática de cinco marchas, pero compensa con consumos extraordinarios. El auto homologa 13.8 km/litro en ciudad, 17 en ciclo mixto y 19.6 km/l en carretera, aunque en nuestro recorrido habitual por los tacos capitalinos nos dio algo menos de 13, con un mixto de 15.6 km/litro, que sigue siendo muy bueno.

El andar es de lo mejor del segmento, con una suspensión que copia y afirma, dándole seguridad conductiva a un auto muy liviano, mientras que mantiene su característica agilidad en zonas estrechas gracias a una nueva dirección eléctrica, que si bien se siente algo artificial en velocidad, facilita la cosas cuando se anda lento.

En definitiva, un mejor Fit en todo sentido, con la misma versatilidad de siempre, gran economía de combustible, y la tradicional deuda de Honda en materia de equipamiento.

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