Irán cuelga a dos hombres por blasfemia y aumentan las ejecuciones en medio de los disturbios

Protesta contra las ejecuciones iraníes en Londres. Foto: BBC.

En lo que va de año, ya van 203 condenados muertos en el país de Medio Oriente.


La lista de ejecutados crece aún más en Irán, luego de que durante la mañana de este lunes dos hombres fueran colgados por haber quemado un ejemplar del Corán e insultado al profeta Mahoma, anunció este lunes agencia de información del poder judicial Mizan Online. Se trata de Sadrollah Fazeli Zare y Youssef Mehrdad, que fueron encontrados culpables de haber “insultado a Mahoma y otras blasfemias”. Ya en marzo 2021, uno de los acusados había reconocido publicar en Telegram tales insultos, en un grupo creado para “desacreditar a los islamitas”.

Mehrdad, indica la justicia, fue detenido en Ardabil, al noroeste del país. Había creado un grupo “muy seguido” en internet para “propagar el ateísmo” en Irán. Así mismo, “un video haciendo alusión a la quema de un ejemplar del Corán” fue descubierto en su teléfono celular. También en el teléfono de Fazeli Zare se encontró una “cuenta popular” que “insultaba los valores religiosos”. Fue Fazeli Zare quien habría confesado las actividades de su cuenta en 2021, aunque muchas organizaciones civiles señalan que en estos casos suele haber malos tratos o torturas por parte de las fuerzas del régimen, lo que pondría en duda la validez de los testimonios.

Ambos ajusticiados murieron en la prísion de Arak, al centro de Irán. Fueron detenidos en mayo de 2020, acusados de participan en un canal de Telegram llamado “Crítica de la superstición y la religión”, señaló la Comisión Internacional de Estados Unidos sobre la Libertad Religiosa. Durante estos tres años, los presos habrían vivido durante meses un confinamiento solitario, y no habrían podido contactarse con sus familias.

Imágenes del juicio contra Habib Farajollah Chaab en Teherán. Foto: Reuters.

Estas ejecuciones ocurrieron tan solo dos días después de que se colgara a Habib Farajollah Chaab, un disidente sueco-iraní condenado por liderar un grupo separatista al que se le acusa de atentados. A Chaab en particular se le acusó de participar en un atentado contra un desfile militar en 2018, donde murieron 25 personas.

La cancillería sueca señaló haber protestado por esta ejecución, habiendo convocado al embajador adjunto de Irán. Chaab recibió el cargo de “corrupción en la tierra”, un delito digno de la pena capital en las leyes de la república islámica.

La reciente ola de ejecuciones, incluidas las de miembros de grupos étnicos minoritarios en Irán, se produce cuando se han disminuido las protestas de meses por la muerte en septiembre de Mahsa Amini, de 22 años, después de que su arresto por parte de la policía moral del país.

Al menos cuatro personas acusadas de presuntos delitos en las manifestaciones han sido ejecutadas. Las protestas, durante las cuales 500 personas murieron y 19.000 fueron arrestadas, marcaron uno de los mayores desafíos para la teocracia iraní desde la Revolución Islámica de 1979.

Irán es uno de los países donde más ejecuciones ocurren en el mundo, habiendo llegado a los 203 en lo que va del año, según indica el grupo Derechos Humanos en Irán. Sin embargo, las ejecuciones por blasfemia como las ocurridas este lunes son inusuales, tratándose de un delito donde se suelen reducir las sentencias.

Solo China supera a Irán en la cantidad de muertos por condenas. En 2022, Irán ejecutó a 582 personas, un número en alza comparado con los 333 que murieron en 2021.

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