Las cuestionadas finanzas de Trump

Donald Trump el lunes en la Casa Blanca. FOTO: REUTERS/Carlos Barria


Se pensaba que la “sorpresa de octubre” -ese evento inesperado en la antesala de las elecciones y que modifica el curso de la contienda electoral- era el fallecimiento de la jueza liberal, Ruth Bader Ginsburg. Esto, porque desde la visión de los demócratas, permitía valorar la relevancia de una magistrada progresista en temas clave como los derechos legales de las mujeres, el aborto, las uniones homosexuales y las medidas para evitar la discriminación racial. A su vez, a Donald Trump le permitió nombrar a una jueza conservadora, que no solo inclinará la Corte Suprema 6-3 a favor de ese sector, sino que apuntalará su base más tradicional.

Pero la “sorpresa de octubre” rápidamente mutó, ya que en la tarde del domingo el diario The New York Times lanzó una bomba al revelar los expedientes financieros e impositivos de Trump, que el Presidente se había negado a dar a conocer una y otra vez. ¿Por qué es tan importante esta revelación? Porque, por ejemplo, permite saber que pese a su condición de multimillonario, Trump pagó apenas 750 dólares en impuestos en 2016, el año en que fue electo a la Casa Blanca.

Hay más cifras a las que poner atención. Del artículo del New York Times se desprende también que el mandatario no pagó impuestos federales sobre ingresos en 10 de los últimos 15 años. Esto, por supuesto, ha dado munición a los demócratas liderados por Joe Biden para criticar la ética empresarial de Trump, quien ha calificado como una “noticia falsa” lo publicado por el influyente periódico neoyorquino.

Pero hay aún más. Trump siempre se vanaglorió de haber construido su enorme fortuna gracias a su olfato en el sector inmobiliario y sus dotes de negociante puro y duro. Sin embargo, los archivos publicados por el Times muestran algo distinto. En las empresas directamente gestionadas por él, como los hoteles, ha perdido US$ 174 millones en las últimas dos décadas. También perdió US$ 315 millones por los agujeros negros en sus exclusivos campos de golf.

Todo esto ha dejado al descubierto que Trump no sería un absoluto ganador en el campo de los negocios como suele jactarse, aunque estas pérdidas le han ayudado a reducir sus impuestos, algo que muchos critican. The New York Times ha recordado que sus predecesores, Barack Obama y George W. Bush, pagaban cada uno más de US$ 100.000 al año. Trump no puede decir lo mismo. De cualquier manera, el Presidente pierde.

Aunque el efecto de todo esto podría no ser tan devastador entre los seguidores que creen ciegamente en él, sí podría girar la balanza entre los electores indecisos. Aparte, los archivos financieros muestran que Trump está sumamente endeudado (por más de US$ 421 millones), aunque durante la contienda presidencial de 2016 se autoproclamó como “el rey de la deuda”. Al mismo tiempo, por sus facturas de impuestos con medidas cuestionables, incluido un reembolso impositivo de US$ 72,9 millones que es objeto de una auditoría por parte del Servicio de Impuestos Internos, un fallo en su contra podría costarle más de US$ 100 millones.

La bomba lanzada por el Times ocurrió, además, dos días antes del primer debate presidencial previsto para hoy (22:00 hora de Chile), donde Biden tendrá la oportunidad de arrinconarlo por este tema. En todo caso, hay quienes creen que ni el tema impositivo ni la muerte de Ruth Bader Ginsburg serían la “sorpresa del octubre”. El verdadero misil, estaría por venir.

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