“Tarifazo” de Trump contra Brasil: los dispares dividendos que sacan Lula y Bolsonaro por la crisis
Mientras el Presidente brasileño, con su llamado a la unidad nacional, ha logrado repuntar en las encuestas, el exmandatario ha quedado aislado, según los analistas. Apelando a una amnistía, Jair Bolsonaro podría ser juzgado en septiembre.
El llamado “tarifazo” de Donald Trump contra Brasil, al parecer, ha tenido un efecto bumerán para el Presidente estadounidense, al menos en lo que respecta a la política interna brasileña. Si bien uno de los argumentos del mandatario republicano para imponer un arancel del 50% al gigante sudamericano apuntaba a la supuesta “caza de brujas” contra el expresidente Jair Bolsonaro, lo cierto es la que la medida ha terminando aumentado la popularidad de Luiz Inácio Lula da Silva, al tiempo que ha aislado al bolsonarismo.
Lula ordenó la creación de un comité interministerial la noche del domingo para debatir el arancel del 50% sobre los productos brasileños anunciado por el Trump. Según Folha de Sao Paulo, el líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) informó a sus ministros que se reunirá personalmente con líderes empresariales para tratar este tema.
El jefe del Ejecutivo recomendó “firmeza y sensatez” a los ministros de su gobierno y afirmó que, con base en este sondeo sectorial, hablará individualmente con cada grupo para desarrollar una estrategia conjunta de acción y negociación con el gobierno estadounidense, indicó el periódico paulista citando a una fuente que participó en la reunión organizada por el petista este domingo.
Ya el fin de semana, Folha había informado que Lula preparaba una ofensiva para dialogar con empresarios y exponer a Bolsonaro como padre del alza arancelaria. Para los asesores del petista, la sobretasa de la Casa Blanca refuerza el discurso de combate a los privilegios del gobierno brasileño.
“La idea es utilizar la imagen de Trump como personificación de la injusticia social y la falta de respeto a la soberanía, asociándolo con el expresidente Jair Bolsonaro y también con su ahijado político, el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, quien es considerado para la carrera presidencial de 2026”, detalló el diario brasileño.
El perfil X de Lula publicó este sábado una pieza gráfica con la bandera brasileña y la firma del mandatario. “El pueblo brasileño necesita respeto”, dice el texto, enfatizando también la soberanía y la protección de las empresas. “La justicia brasileña necesita respeto. Somos un país grande y soberano con una larga tradición diplomática con todos los países. Brasil adoptará las medidas necesarias para proteger a su pueblo y a sus empresas”, añade.
Según Valdo Cruz, comentarista de política y economía de GloboNews, esta semana el gobierno de Lula continuará con su estrategia de oposición al aumento del 50% de los aranceles a los productos brasileños vendidos a Estados Unidos, tanto política como técnicamente.
Políticamente, el gobierno intensificará su retórica en redes sociales y en las entrevistas de Lula en defensa de la soberanía nacional para debilitar al expresidente Jair Bolsonaro y a su grupo. “Por primera vez desde principios de año el gobierno lidera el debate en redes sociales con dos temas: la justicia fiscal y la unidad nacional contra el ataque de Donald Trump, en asociación con Bolsonaro, a los intereses del país y de los brasileños”, afirma.
A nivel técnico, el gobierno regulará la Ley de Reciprocidad Económica que se aplicará si se mantienen los aranceles del 50%, sostiene Cruz. Además, se celebrarán reuniones con líderes empresariales para definir una estrategia de negociación con la administración de Trump, con la creación de un comité integrado por el gobierno y el sector empresarial, tal como anunció Lula este domingo.
Mientras tanto, la prisa mostrada por los partidarios de Bolsonaro para asegurar que la presión de Trump tenga el efecto deseado -evitar la condena de Bolsonaro y sus exasesores por el intento de golpe de Estado contra Lula en enero de 2023 - está directamente relacionada con el ritmo del juicio penal.
El llamado “núcleo crucial” de la trama golpista, que incluye al expresidente y su equipo, podría ser juzgado en septiembre, afirma el comentarista de GloboNews. Por eso, los bolsonaristas insisten en que la única manera de que el país sea “perdonado” por Trump es aprobando una amnistía amplia, general e irrestricta para los golpistas. Sin embargo, no hay un momento viable antes del receso parlamentario, indica Cruz.
El ataque de Trump llegó justo cuando Lula atravesaba una grave crisis de popularidad, la peor de sus tres mandatos. Pero una encuesta del gobierno muestra que los índices de aprobación del petista han repuntado entre la mayoría de la población, según indica Bela Megale, columnista de O Globo.
“Lula ya venía en ascenso desde que el gobierno adoptó la retórica de ‘ricos contra pobres’ y la justicia fiscal, que consiste en cobrar impuestos más altos a quienes más ganan. Este tono fue adoptado por el Presidente y sus ministros tras el enfrentamiento del gobierno con el Congreso por el aumento del IOF (Impuesto a las Operaciones Financieras)”, sostiene la periodista especializada en la vida política en Brasilia.
“Ahora, los ministros de Lula ven el embrollo por el aumento de aranceles de Trump como una herramienta más que ha impulsado al Presidente en temas cruciales para los brasileños, como la soberanía nacional”, afirma Megale. Y agrega: “Para disgusto de Jair Bolsonaro y sus aliados, quienes siguen lidiando con la gestión del aumento de aranceles de Trump, funcionarios del gobierno informaron que Lula se ha mostrado ‘muy animado’ y que considera este un paso importante para recuperar su liderazgo”.
Bolsonarismo acorralado
En la otra vereda, en tanto, el tarifazo de Trump parece haber aislado al bolsonarismo, según apunta el diario El País. Jair Bolsonaro envió hace meses a Eduardo, su hijo y diputado, a Estados Unidos para que se dedicara a tiempo completo a la misión de hacer lobby ante la administración republicana y congresistas. El jefe de la oposición brasileña apostó fuerte por la ayuda de Washington a la vista de que su juicio avanzaba más rápido que los proyectos parlamentarios para amnistiarlo. El Supremo Tribunal Federal espera dictar sentencia en septiembre. Se juega pasar los próximos 40 años en prisión.
Mientras Bolsonaro intenta salir del aislamiento con una campaña en la que apunta a que la culpa por el tarifazo es toda de Lula, arrecian las voces desde la centroderecha que animan a los más moderados del bolsonarismo a romper con el líder, agrega el periódico español.
En medio de este escenario, Eduardo Bolsonaro declaró este lunes al diario O Estado de Sao Paulo que no regresará a Brasil por ahora y que, aunque lo lamenta, renunciará a su mandato. El congresista afirmó que tomó esta decisión porque estaba seguro de que, si regresaba, sería “perseguido y arrestado” por el juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes.
“Por ahora no voy a regresar. Mi fecha de regreso es cuando Alexandre de Moraes ya no tenga poder para arrestarme... Me estoy sacrificando para mantener viva la esperanza de la libertad”, añadió.
El diputado federal publicó este domingo un video en las redes sociales pidiendo a Trump que castigue a De Moraes y a otros políticos brasileños con la Ley Magnitsky, que permite la imposición de sanciones económicas a acusados de corrupción o graves violaciones de derechos humanos.
Por su parte, la exprimera dama Michelle Bolsonaro leyó este sábado una carta dirigida a Lula en la que lo critica y pide “diálogo” para resolver la crisis de la sanción anunciada por Trump. “Brasil observa y espera un gesto lúcido que realmente traiga paz a nuestro país. Es hora de deponer las armas de la provocación, de cesar el redoble de los insultos y de izar la bandera del diálogo y la paz”, afirmó.
Según O Estado de Sao Paulo, la postura de Michelle difiere de la de Eduardo Bolsonaro, quien se ausentó de su escaño en la Cámara de Diputados para residir en Estados Unidos, donde afirma estar trabajando para lograr sanciones contra Brasil. Eduardo ha argumentado que aprobar una amnistía “amplia, general e irrestricta” por los incidentes del 8 de enero de 2023, que incluya a su padre, impediría que Trump siguiera adelante con las sanciones.
En tanto, el mismo día en que se espera que la Procuraduría General de la República (PGR) presente sus alegatos finales en la causa penal del núcleo 1 de la investigación que investiga el desarrollo de un plan golpista en el país, el expresidente Jair Bolsonaro declaró este lunes que quieren “destruirlo”.
“Quieren destruirme por completo -eliminarme físicamente, como ya lo han intentado- para finalmente alcanzarte. Ciudadano común. Tu libertad. Tu fe. Tu familia. Tu forma de pensar”, escribió Bolsonaro en redes sociales.
Sin mencionar a la PGR ni al Supremo Tribunal Federal (STF), el expresidente afirmó que “quieren silenciar a quienes se les oponen” y preguntó: “¿Qué democracia permite que solo un bando hable, piense y exista?”.
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