Cámaras de eco y polarización en el debate constitucional de las redes sociales
Conozca algunos conceptos que permiten reflexionar sobre política y su relación con las redes sociales.
La campaña para el plebiscito del 25 de octubre ya inició y la herramienta principal para difundir la propaganda, las ideas y, eventualmente, debatir son las redes sociales. En este contexto, una de las principales preocupaciones que se ha observado en el debate público son las formas en que se marcan posiciones políticas y se discute a través de las distintas plataformas, generando la percepción de una creciente polarización.
Sin embargo, en estas opiniones existe una falta de claridad conceptual, utilizando términos equivocadamente con la intención de deformar el debate en la esfera pública, ¿qué dice la literatura respecto a los debates políticos y las redes sociales?
En primer lugar, es necesario distinguir los conceptos de cámara de eco y de filtro de burbuja. El primer concepto hace referencia a la auto segmentación que hacen las y los usuarios de las redes sociales respecto a las cuentas que siguen en su territorio digital. La evidencia señala que, en general, las personas siguen a usuarios/as que tienen un pensamiento y una opinión similar. De este modo, por decisión, los usuarios siguen cuentas que se ajustan a sus propias convicciones, evitando cuentas que compartan contenidos que no son de su agrado. En cambio, el segundo concepto hace referencia a la segmentación algorítmica que las mismas redes producen para filtrar el contenido que las personas visualizan en sus “páginas de inicio”. Como resultado de ambos procesos, se genera una segmentación del territorio digital entre dos o más comunidades con afinidades similares.
En segundo lugar, es necesario entender el concepto de polarización. En esta idea, es requisito que existan dos o más grupos que se distingan de manera clara, donde los integrantes de cada grupo sepan distinguir el grupo interno (nosotros) de aquellos que no pertenecen a su grupo (otros-ellos). Hasta aquí, aún no existe polarización, pues para que ello ocurra deben existir posiciones contrapuestas, de este modo, la literatura sugiere distinguir dos tipos: polarización ideológica y polarización afectiva. Mientras la primera hace referencia a una división en el grado de acuerdo y desacuerdo respecto a diversos tópicos ideológicos, valóricos y de políticas públicas, la segunda hace referencia a la animosidad que existe entre los partidarios de distintas posiciones políticas. Si bien estos dos tipos de polarización se pueden distinguir analíticamente, ambas se influencian mutuamente.
En suma, pueden existir dos o más grupos distinguibles, pero ello no implica necesariamente que exista polarización. En el territorio digital es muy común encontrar la división de estos grupos pero como consecuencia de la formación de cámara de eco conjugado con los filtros de burbuja. Una vez que esas cámaras de eco marcan posiciones claras por una u otra posición, y estos grupos presentan diferencias en el contenido ideológico o producen animosidad contra el grupo externo se puede hablar de polarización. Por cierto, todo esto se distingue de la polarización percibida, la que se refiere a la idea de que entre determinados grupos existe una polarización ideológica y/o afectiva.
Considerando todo lo anterior, la pregunta por el grado de polarización que se forma en las redes sociales a propósito del debate constitucional y el plebiscito próximo, entre #Apruebo y #Rechazo, solo puede tener una respuesta empírica. Asumir que existe un alto clima de polarización sin realizar un análisis concreto es una opinión poco fundada y basada, probablemente, en la cámara de eco y los filtros de burbuja en la que la persona que emite dicha opinión está inserta.
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