La familia de inversionistas perjudicada por el conflicto del cementerio en Valparaíso

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La sospecha de tumbas con agua y la prohibición de nuevos entierros, dictaminada por Salud, manchó el nombre de la concesionaria, que ya despidió a más de la mitad de sus trabajadores.


Lo primero que hace Higinio De Cea Chicano (65) -auditor, casado, cinco hijos- en el cementerio parque que administra en Playa Ancha, Valparaíso, es mostrar el fondo de una sepultura, completamente seca.

"No hay una gota de agua en El Consuelo", afirma.

De Cea y su familia se adjudicaron la concesión de las 2,9 hectáreas del Cementerio N°3 en 2015, en un concurso que, afirma, "fue legal". Lleva 30 años trabajando en el rubro. Antes, como gerente comercial y gerente general de la inmobiliaria Isacruz, "la primera empresa de cementerios parque de Chile".

Pero su experiencia no impidió que la alarma por las tumbas con agua se extendiera hasta El Consuelo.

El 15 de julio, la seremi de salud prohibió inhumaciones en los nuevos cementerios tipo "parque" que funcionan al interior del tradicional Cementerio N°3 de Playa Ancha, coronado por su vecino, el faro Punta Ángeles: el paño que administra De Cea, y el que dirige la Corporación Municipal (Cormuval) desde 2005.

La autoridad objetó, en ambos casos, falta de resolución sanitaria, aunque ningún cementerio municipal de Valparaíso cuenta con este permiso. Así han funcionado por casi 150 años.

Pero la seremi además observó que, en el cementerio parque de la Cormuval, "no existe drenaje para el escurrimiento de aguas subterráneas". Por este motivo, su gerente, Marcelo Garrido, tendría que haber pagado una multa de 70 UTM. En efecto, la corporación ya admitió que existe al menos una tumba con agua. Por esta razón encargó un estudio hidráulico, para saber si hay más.

Por su parte, El Consuelo debe resolver "la carencia de cierre perimetral" del camposanto, incumplimiento que le significó una sanción de 35 UTM. Sin embargo, esta "campaña del terror" por las tumbas inundadas ha terminado por empañar la gestión de la familia De Cea. En los últimos días, han recibido a 700 clientes "angustiados por las sepulturas inundadas".

"El drama de la gente es ese, que sus deudos estén flotando. Ninguno menciona la resolución sanitaria", afirma De Cea. Toda la situación, le provoca "un nudo en la garganta. Estamos sufriendo por una situación injusta. Ya despedimos a trece personas, de 18, que estaban contratadas".

"Contrato trucho"

A Higinio De Cea también le duele que el alcalde lo haya metido a él y sus socios –René y Tamara Becker, Rafael de Cea, Rafael Guzmán y María Gloria Villegas- "en el mismo saco" de las concesiones que ha terminado –Total Transport, Eagle Care, Feza, Don Javier– por significar un perjuicio para las arcas municipales.

En base a un informe de la Contraloría Regional, que detectó irregularidades en el acuerdo suscrito entre la sociedad que representa De Cea y la Cormuval, Jorge Sharp afirmó que "es un mal negocio. Un contrato trucho. Si yo hubiera, como municipalidad, administrado ese paño, podríamos haber proyectado una ganancia de 6 mil 400 millones de pesos", dijo el alcalde.

Frente a ello, De Cea responde. "Nuestra oferta es mayor, de $6.762.301.561, a 30 años plazo. Esta licitación favorece a los clientes, a la Cormuval y a nosotros, que nos conformamos con una rentabilidad razonable".

La corporación además solicitó modificar el contrato, en julio 2018. "La Cormuval necesitaba más plata", dice De Cea, por cuanto le propuso asumir los gastos de mantención, de competencia municipal, por diez años. A cambio, solicitó reducir los costos de inversión en infraestructura, lo que significa no construir una capilla y velatorios.

Con esta modificación, señala el gerente, la Cormuval terminará ganando $11.862.301.561. "El alcalde está mal informado, por las cifras que da. Mal asesorado. Yo lo emplazo para que me diga qué concesión le da tres veces más de lo que gana el concesionario".

Pese a ello, la alcaldía evalúa terminar con la concesión. "En el caso del contrato, se ha evaluado ponerle término o bien modificarlo para obtener condiciones más favorables a los intereses de la ciudad".

Por su parte, De Cea espera que "la concesión siga su curso", aunque no descarta presentar una demanda. "Sería la última opción, si no llegamos a un acuerdo. Nosotros vamos a defender la concesión".

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