El longevo extra de Hollywood que atiende pacientes en Iquique

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José Santos Tudera en el Hospital de Iquique, donde es cirujano de urgencias.

El cirujano José Santos Tudera (86), además de ser uno de los médicos de más edad en el sistema público, también llegó a la pantalla grande. Participó en películas como Lost command y 55 días en Pekín, en los años sesenta. Se define como multifacético e inquieto, y se rehúsa a colgar el delantal. "Aún puedo aportar", dice.


El cirujano José Santos Tudera, de 86 años, es uno de los médicos más longevos en el sistema público de salud y quizás el único que durante su juventud trabajó de extra en películas como Lost command (1966) y 55 días en Pekín (1963). Multifacético e inquieto, se niega a jubilar porque, según dice, "la jubilación no es buena y aún puedo aportar al servicio público".

Tudera sorprende desde el primer momento. Llega todos los días a la urgencia del Hospital Regional de Iquique puntual a las 8.00 horas, para realizar cirugías menores a pacientes. Siente que aún tiene algo que aportar al servicio público y por lo mismo se rehúsa a jubilar: "Me gusta lo que hago, me mantiene activo", explica, mientras sostiene en sus manos un estetoscopio. Para quienes han trabajado con él, no solo le gusta lo que hace, sino que "ama su profesión". Y le han escuchado en reiteradas oportunidades decir que solo dejará la urgencia "cuando Dios lo determine".

Hace poco cumplió más de 50 años en el sistema público, por lo cual fue premiado por el Colegio Médico de Iquique. "Tiene una tremenda disposición, voluntad y está comprometido con los pacientes que atiende, todos destacan su cercanía y lo quieren mucho. Claramente es un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones de médicos", dice Roberto Gálvez, secretario del Colegio Médico de Iquique.

Pese a la edad, su energía es la de un hombre joven. Fue el primer médico de su familia y, además, el precursor de que hijas, sobrinos, primos y gran parte de la descendencia optara por seguir la misma profesión. "Creo haber sido el ejemplo para mis hijos, sobrinos, nietos, bisnietos, ya que a la fecha somos 11, con diferentes especialidades", relata el médico Santos.

De estatura media, tez morena y rasgos asiáticos, sus hijas lo describen como un hombre multifacético y muy inquieto. Son esas características las que lo han llevado durante su vida a realizar diversas actividades, no necesariamente relacionadas con la salud. Su hija Patricia lo describe como un hombre muy completo, pues "además de médico, profesor y piloto, es un gran artista, mecánico, eléctrico, carpintero, modisto, pintor, escultor y dibujante; creo que lo único que no ha hecho es tocar un instrumento musical, pero lo intentó".

Santos hizo cursos de piloto civil cuando cursaba sexto de humanidades y siguió con Pedagogía Básica, pero desde niño siempre supo que quería estudiar Medicina, así que una vez que se le dio la oportunidad de hacerlo en la Universidad Complutense de Madrid, en España, no dudó en emprender el viaje. "Mi única meta de aquel entonces era estudiar Medicina y partí buscando realizar mi sueño", indicó.

Fue en el país ibérico donde conoció a su esposa, tuvo a sus tres hijos, y de forma inesperada se vio enfrentado a una nueva faceta suya: la de extra de películas. Participó en el casting donde su aspecto oriental lo ayudó a ser seleccionado para interpretar a un vietnamita en la cinta Lost command, dirigida por Mark Robson y estrenada en 1966. Allí compartió escenario con actores como Alain Delon y Anthony Quinn. Casi 30 años después, un estelar nacional que era conducido por una ex Miss Universo reunió a Santos con Anthony Quinn. Este último lo abrazó y le dijo "fue un gusto haber trabajado contigo", lo que generó la satisfacción de Santos, ya que admiraba a los buenos actores, según relata otra de sus hijas, Elizabeth.

Sin embargo, esa experiencia en la pantalla grande no fue la primera, pues también participó en la película 55 días en Pekín, dirigida por Nicholas Ray, en 1963. El hacer de extra le parecía algo "diferente y entretenido", y además era una remuneración adicional para un estudiante extranjero, lo que venía bien para las finanzas familiares.

De vuelta en Chile fue médico general de zona, experiencia que vivió en Andacollo, y trabajó en el Hospital San Borja antes de volver a Iquique, donde se quedaría hasta hoy. Si bien encuentra que el sistema público de salud ha mejorado con el tiempo, "le falta mucho", dice, y se enfoca en el problema del déficit de especialistas. "El Auge es bueno, pero la falta de especialistas no permite su desarrollo en plenitud. Las listas de espera también son por falta de especialistas".

Esto, más el aumento de la población, se traduce, a su juicio, "en falta de una clara visión de futuro de parte del Estado".

Por lo mismo, aconseja "incentivar a los médicos generales como especialistas en el sistema, mejorar las condiciones salariales y destinar más recursos a la prevención en salud. Además, aumentar la oferta de especialización entre los jóvenes, poniendo acento en las más áreas más falentes".

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