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Nicolás Cataldo: “Ponerle cupos al FES es una contención para evitar que ocurra lo del CAE; sería irracional no tener la prevención”

El ministro aborda las indicaciones al proyecto que busca dejar atrás el Crédito con Aval del Estado y se refiere a la postura del Socialismo Democrático tras la victoria de Jeannette Jara, militante del PC como él. “No es fácil asumir una derrota de esa magnitud”, dice.

MARIO TELLEZ

“Hay una comprensión de que es necesario legislar”. Así resume el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, el pulso al Congreso luego de que el gobierno ingresara indicaciones al proyecto que supera el CAE y crea el sistema de Financiamiento para la Educación Superior (FES). En paralelo, el secretario de Estado y militante del PC también aborda el triunfo de su correligionaria Jeannette Jara en las primarias oficialistas.

¿El FES ahora tiene más apoyo?

Si el debate que se ha dado es honesto, diría que sí, porque nos hicimos cargo de la primera parte de inquietudes. La segunda tiene que ver con los ingresos de las instituciones y eso requiere más tiempo. El proyecto avanza y cuando logremos encontrar una solución en materia de financiamiento va a ser mejor.

¿A qué responde establecer cupos anuales? Con un límite deja de ser para todo quien lo quiera.

Sí y no. Lo que queremos es prevenir que ocurra lo mismo que con el CAE, donde se calculó que el uso iba a ser de 35.000 estudiantes y fueron más de 350.000. Buscamos contener una expansión inorgánica, pero resguardando las tasas de uso que han tenido los instrumentos.

Pero alguien podría no obtener financiamiento.

No, porque los cupos de la indicación son superiores a la tasa de uso real. Ponerle cupos al FES es una contención. Sería irracional que no tengamos la prevención.

También establecen un límite de pago que no evita que personas paguen más que lo que costó formarse. ¿Es para sostener la idea de solidaridad?

Es un diseño razonable que genera ingresos y establece una responsabilidad en quienes estudian con ayuda del Estado. Efectivamente, hay un componente de solidaridad.

¿Pero no es injusto aunque les haya ido súper bien en lo laboral?

Les fue súper bien con la ayuda del Estado y al Estado lo financian todos los chilenos. Por eso no creemos que sea injusto.

¿A qué responde la indicación sobre poder pedir sólo un porcentaje de financiamiento?

Es algo que nos plantearon respecto a la posibilidad de que las familias quieran contribuir en la educación de su hijo y que ellos no se lleven una carga posterior.

Pero eso apuntaba a ampliar los deciles de copago.

El gran tema que nos queda por resolver es el de los ingresos de las instituciones. Si es necesario incorporar la regulación de copago no lo vamos a descartar a priori. No está en nuestro diseño, creemos que puede llegar a ser innecesario, pero podría darse.

¿Afectó en las discusiones el altercado que tuvo el subsecretario Orellana con la diputada Arce?

No lo percibí en la comisión. Es un impasse que tiene una canalización por la denuncia hecha por la diputada y tendrá que ser ese camino el que resuelva.

¿Han proyectado el desenlace?

En términos políticos el escenario no sé si tiene mucho más desarrollo. Tampoco es nítido que opere la normativa a la que se alude (Ley Karin). Sí espero que cosas así no vuelvan a ocurrir.

¿Les afecta esto en el Congreso?

Espero que no. Sí creo que sienta precedentes de cómo se relacionan Parlamento y Ejecutivo. Sobre todo en un contexto en el que la violencia es un problema en el país y tenemos que verlo con altura de miras, despolitizándolo.

Hablando de política, ¿descarta ir al comando de Jeannette Jara?

No he pensado en un escenario de salida. Las dificultades que atraviesa la cartera son grandes como para estar perdiendo tiempo en otras discusiones. Si algo ocurre tendrá que ver con las necesidades de la candidatura y la conversación que se tenga con el Presidente. Soy amigo de nunca decir que algo no ocurrirá, pero mi esfuerzo hoy está acá.

¿Se ha abordado en el partido o con la candidata?

Lo que reflexionó el partido es que la candidata tiene la libertad de conformar equipos con una perspectiva amplia, de incorporar a las demás sensibilidades que constituyen el respaldo. Pero no se discutió de ningún nombre.

¿A nivel gobierno se habló?

Lo desconozco. Al menos en lo que a mí respecta, no.

Se ha dicho que parte del éxito de Jara es que no se le nota la marca comunista. ¿Comparte?

Nadie mínimamente informado desconoce su militancia. Estamos en este rol por ser militantes. Ella tiene características peculiares; carisma, capacidad de diálogo, de negociación, que la llevó a ser exitosa siendo ministra y eso es probablemente más importante.

Pero es evidente que ella ha tratado de desmarcarse.

Lo interpreto como una señal de amplitud, porque lo relevante era dar esa señal de que se convierte en la candidata de un sector.

¿Pero no es asumir que ser PC tiene una carga electoral?

No creo. No comparto aprensiones de periodos de Guerra Fría. No veo que sea factor significativo en la población chilena, considerando un padrón electoral con incorporación masiva de jóvenes y un PC que ha sido varias veces gobierno. No sé cuál es la razón para tener temor a un partido con 113 años de historia institucional.

¿Le sorprendió la victoria aplastante de Jara?

Sorprendió a todos. Nadie genuinamente va a decir ‘me esperaba este resultado’. Uno percibía posible un triunfo, pero la magnitud dejó a todos sorprendidos.

¿El electorado duro del oficialismo se izquierdizó?

Chile ha demostrado varias veces que no es un país de izquierda o derecha, sino que sus necesidades las interpretan de mejor manera, en distintos ciclos, proyectos políticos diferentes.

Aunque equiparó otras elecciones votó menos gente de la esperada. ¿Preocupa al gobierno?

La preocupación es gobernar, no incidir en el proceso electoral. Lo que sí puedo es distinguir una primaria oficialista de una de oposición. Esta fue la primaria oficialista más votada desde que existen. Y eso es significativo.

El programa se ha transformado en moneda de cambio en el Socialismo Democrático. ¿Cuánto debe ceder la candidata?

No me corresponde evaluar. Pero discrepo. El Socialismo Democrático, el mismo día de la primaria, presentó su adhesión.

Pero hubo actitudes contrarias.

Las personas pueden decidir hacer lo que estiman conveniente, pero los partidos son los que ordenan el respaldo.

¿Y se puede exigir lo que se quiera para el programa?

La discusión de los contenidos se pone sobre la mesa. No sólo es una firma en el Servel, es también una convergencia de ideas que se plasman en un diseño y eso la candidatura lo tiene muy claro.

¿En la construcción programática da igual que el candidato sea del PC?

No es que dé lo mismo, pero todos saben que debíamos respaldar al candidato que ganase. No es un problema a priori.

¿Ha sido el Socialismo Democrático poco generoso para reconocer el triunfo?

Es natural tener una sensibilidad mayor frente al resultado. No es fácil asumir una derrota de esa magnitud, hay que comprenderlo en esa perspectiva. Lo que importa es la realidad y la realidad se expresa en los resultados, que ya están sobre la mesa.

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