Rucalhue no es un caso aislado: Multigremial alerta que 66% de violencia en Macrozona Sur son atentados incendiarios
Aunque los hechos de violencia han disminuido respecto del año pasado, los ataques incendiarios siguen siendo la modalidad predominante en la Macrozona Sur. La organización de La Araucanía advierte que la violencia persiste y llama a reforzar el control territorial y desarticular a los grupos violentos para evitar nuevos atentados como el ocurrido hace casi un mes.
Cerca de las 2:30 de la madrugada del domingo 20 de abril, la tranquilidad en la Central Hidroeléctrica Rucalhue, ubicada en la comuna de Quilaco, región del Biobío, se vio interrumpida por el rugir de las llamas. Al menos 12 sujetos armados irrumpieron en el recinto, intimidaron a los guardias y prendieron fuego a la maquinaria, dejando un saldo de 50 vehículos y maquinarias destruidas.
El megaatentado de Rucalhue, el más grande desde 1997, fue solo uno de los cuatro hechos de violencia que marcaron el mes de abril en la Macrozona Sur, según el último informe de la Multigremial de La Araucanía. Pese a que los hechos violentos disminuyeron un 53% en comparación con el mismo período del año anterior (abril), los atentados incendiarios continúan siendo el método más recurrente, representando el 66% de los ataques.
Respecto a los 602 hechos de violencia registrados a pesar del estado de excepción, Patricio Santibáñez, presidente de la Multigremial de La Araucanía, señaló que “lamentablemente, los grupos terroristas y violentos continúan operando. Aunque en niveles menores que hace un par de años, siguen activos y ejecutan cada mes entre cuatro y cinco hechos de violencia graves, algunos de ellos de gran magnitud.”
Los atentados incendiarios predominan
El informe detalla que, de los cuatro ataques registrados en abril, dos ocurrieron en la región del Biobío y dos en La Araucanía. El atentado en Rucalhue fue el más destructivo, afectando 48 camiones y tres máquinas. En otro incidente, en el sector de Ercilla, se reportó un ataque armado, evidenciando que la violencia no se limita a los incendios.
Santibáñez explicó que la reducción significativa en los hechos graves de violencia comenzó cuando el estado de excepción empezó a regir de manera completa, reemplazando el estado de excepción acotado. Desde entonces, la baja se ha mantenido de forma persistente, y desde febrero de 2024 hasta la fecha los niveles se han estabilizado en torno a cuatro a seis hechos graves por mes, sin cambios significativos. “Lamentablemente, nos hemos acostumbrado a esta situación. Las autoridades parecen conformarse con esa cifra, pero desde acá exigimos que esta debe tender a cero. Los grupos deben ser completamente desarticulados, porque, mientras ello no ocurra, seguimos tolerando hechos de violencia graves,” afirmó.
Además, advirtió que esta situación no solo afecta la seguridad, sino también el estigma que pesa sobre la región, por lo que es necesario un periodo prolongado sin violencia para que el ánimo de los inversionistas pueda mejorar.
Sebastián Naveillán, presidente de la Asociación de Agricultores Malleco, destacó los avances en seguridad gracias al estado de excepción en la región, pero advirtió que aún persisten problemas. “Se ha avanzado en la seguridad en la zona, pero eso no quiere decir que se haya terminado la inseguridad”, afirmó. Naveillán explicó que la violencia ha impactado gravemente al sector agrícola, donde “hay campos que fueron tomados por mucho tiempo, y esos fueron campos que salieron del sistema productivo”.
Ante la magnitud del ataque en Rucalhue, el gobierno anunció la presentación de una querella por Ley Antiterrorista. Según el ministro de Seguridad, Luis Cordero, “los hechos son muy graves. El Ejecutivo ha decidido iniciar la recopilación de antecedentes, porque se va a querellar por Ley Antiterrorista.”
Sobre el megaatentado, Patricio Santibáñez señaló que “es razonable, aunque lamentable, que estos grupos, al enfrentar mayores dificultades y menos facilidades para ejecutar sus ataques, opten por atentados mucho más grandes y fuertes, aunque menos frecuentes, ya que mantienen sus capacidades operativas disponibles“.
Aunque algunas personas han sido detenidas, la mayoría permanece activa. Santibáñez recordó que, incluso antes del atentado en las centrales de Rucalhue y la muerte de los carabineros, ya se había registrado una disminución en los ataques, pero aun así ocurren hechos gravísimos. Esto reafirma, dijo, la necesidad de desarticular completamente a estas células y grupos terroristas, ya que mientras esto no ocurra, el peligro latente de violencia de alta gravedad continuará.
Violencia concentrada en La Araucanía y Biobío
El informe de la Multigremial también muestra que el 76% de los ataques se concentra en la región de La Araucanía, mientras que el Biobío representa el 24%. En cuanto a las provincias, Malleco lidera con el 62% de los hechos, seguida por Arauco (17%), Cautín (14%) y Biobío (7%).
Santibáñez señaló que desde que comenzó el estado de excepción general, la violencia ha bajado más rápido en Arauco que en La Araucanía. En Arauco ocurren solo entre el 10% y 20% de los hechos violentos, y esto se debe principalmente al mayor control territorial que ha logrado la Marina, que trabaja coordinada con Carabineros.
Por ejemplo, en la reciente detención de Tomás Antihuen luego de estar prófugo por ocho meses tras el triple homicidio de los carabineros en Cañete, los marinos ingresaron primero al lugar, mostrando un control efectivo. En cambio, en La Araucanía hay zonas donde las fuerzas no logran mantener el control, como en el fundo Pidenco, y allí los grupos violentos actúan con más libertad. Santibáñez destacó que en esta región falta una estrategia más ofensiva para desarticular estos grupos y recuperar el control territorial.
Finalmente, la Multigremial alertó sobre la necesidad de una estrategia más efectiva para enfrentar la violencia en la zona, dado que los atentados incendiarios continúan siendo el método preferido por los grupos responsables.
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