Dos estudios e investigaciones recientes aportan nuevas pistas en lo que se refiere al control a la hora de reducir el apetito. O, lo que es lo mismo, adelgazar sin pasar hambre, especialmente en aquellas personas que realizan una dieta de control de peso.

El primero de los estudios revela que una de las mejores formas de reducir el apetito es hacer ejercicio, ya que según los datos obtenidos en la investigación, un programa de 3 meses de movimientos aeróbicos reduce de manera significativa la grasa corporal, aunque sin modificar la alimentación habitual en sí.

EJERCICIOS
Según comentó el doctor Henry Anhalt, una de las personas encargadas del estudio, la cantidad de peso perdido y la reducción de las calorías diarias están relacionadas directamente con los niveles en la sangre de una proteína llamada Bdnf (factor neurotrófico cerebral).

En palabras del propio Anhalt, "es bien posible que el aumento de este compuesto pueda suprimir el apetito", indicando incluso que los participantes del estudio habían logrado a su vez disminuir la presión arterial.

COMER DESPACIO
El segundo estudio, publicado en la edición del pasado mes de "American Journal of Clinical Nutrition", demostró que comer despacio ayuda a bajar de peso, ya que aquellas personas que durante una investigación masticaban lentamente, consumían en torno a 70 calorías menos.

Y es que comer lento no sólo ayuda a bajar de peso y mejorar la digestión, sino que también permite disfrutar y tomar consciencia de lo que se está saboreando.