Angela Merkel denuncia clima de odio contra refugiados
El gobierno alemán expresó su indignación por protestas y violencia de grupos neonazis en Sajonia.
El símbolo de la intolerancia en Alemania, tras el fin de semana de tumultos provocados por extremistas de derecha contra los refugiados, se llama Heidenau, y se encuentra en la región de Sajonia, bastión del partido anti-inmigrantes Pegida.
La jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, fue tajante: condenó la violencia, y definió "vergonzoso" el clima de odio que ha marcado los últimos días con "imágenes impactantes".
Al margen del encuentro bilateral mantenido con el presidente francés, Francois Hollande, Merkel pronunció palabras durísimas, que demuestran lo serio que se toma la situación: "Es asqueroso que los neonazis intenten propagar un clima de odio".
La indignación, de todos modos, abarca a su juicio un fenómeno más amplio y alarmante: "Padres que toman de la mano a sus hijos para ir a protestar ante un centro de acogida", subrayó. "Una circunstancia de este tipo es vergonzosa", afirmó.
En Heidenau, el pasado viernes, durante la batalla campal que se desató tras una manifestación de simpatizantes del partido neonazi NDP, resultaron heridos 30 agentes de policía.
Y el domingo, en los enfrentamientos entre manifestantes de derecha y de izquierda en la pequeña ciudad al norte de Berlín, otras tres personas sufrieron contusiones.
El clima es incandescente. El delegado de la Política de Extranjería de la ciudad pidió medidas de protección reforzadas para los inmigrantes: hacen falta vigilantes y vídeo-vigilancia para garantizar la seguridad de los centros, dijo.
Además pidió que se prohíban las manifestaciones.
En tanto, aumenta de forma clara el número de ataques a las estructuras destinadas a alojamientos para los refugiados.
Hoy también se registró un incendio en Baden Wuerttenberg, donde un edificio en reestructuración que iba a ser convertido en centro para solicitantes de asilo fue quemado.
Alemania afronta un desafío, incluso desde el punto de vista de la gestión: el ministro del Interior, Thomas de Maizi, dio a conocer las estimaciones sobre los solicitantes de asilo para 2015: cerca de 800.000 personas, es decir más del doble de lo calculado hasta ahora.
Al mismo tiempo, el gobierno aclaró que el país, a la larga, no podrá hacerse cargo de hospedar el 40% de los inmigrantes que llegan a Europa.
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