Histórico

ARCO Madrid celebra 35 años con más de 200 galerías y una nueva sede en Lisboa

Este jueves parte la feria de arte más importante de España, con presencia de tres galerías chilenas. Carlos Urroz, director del evento, habla sobre la estabilidad de la feria y su salto internacional.

El clima era totalmente adverso en España para el arte contemporáneo cuando Feria ARCO Madrid abrió sus puertas en 1982. Con un coleccionismo casi inexistente, la idea de iniciar un encuentro internacional de arte parecía más un capricho que una necesidad real. Un dato a la causa es que recién cuatro años después se abriría el Reina Sofía como centro de arte, y en 1992 como museo de arte contemporáneo.

A pesar de la precariedad del circuito, la galerista Juana de Aizpuru estaba convencida de dar el paso, logrando entusiasmar al entonces director de Ifema, un gran salón de eventos que por esos días se estaba construyendo en la capital para acoger todo tipo de ferias y congresos. Así nació ARCO 82, la primera edición de la feria que esta semana cumple 35 años.

Con altos y bajos, el encuentro sigue siendo uno de los más importantes del mundo y un verdadero puente entre la producción artística latinoamericana y el mercado europeo. Así lo afirma Carlos Urroz, quien ha dirigido ARCO Madrid los últimos cinco años y quien ha logrado sortear la última crisis económica que golpeó a España. “Nos vimos afectados pero logramos replantearnos. Lo mismo sucedió con la crisis del 92. ARCO ha probado ser una feria  estable, y nuestra estrategia ha sido privilegiar la calidad por sobre la cantidad y el tamaño de la feria”, cuenta Urroz a La Tercera.

Prueba de la buena salud que sigue teniendo ARCO Madrid es que en mayo próximo abrirá una nueva versión en Lisboa, Portugal, bajo la misma consigna: una feria boutique, pequeña pero extremadamente exigente en cuanto a la selección de sus participantes. "Lisboa pasa por un momento de esplendor, es la mejor plataforma para expandirnos", dice Urroz.

Por ahora, sin embargo, el director se concentra en los últimos detalles del evento madrileño que abre sus puertas entre el jueves y el domingo y que por su aniversario estará enfocado más bien en los recuentos que en homenajear a un país  especial, como ha sido la tradición en los últimos 20 años. Esta edición de ARCO Madrid recibirá a 221 galerías del mundo, destacando la selección de 33 que han sido importantes para la historia de la feria, reunidas en la sección Imaginando otros futuros. Están la inglesa Lisson Gallery con Joride Voight, la belga Zeno X que trae obras de Michael Börremans & Mark Manders; la parisina Chantal Crousel; la brasileña Luisa Strina, con Alexandre da Cunha & Fernanda Gomes y la galería Marian Goodman, que presenta a John Baldessari & Tino Sehgal.

Además como actividad inédita, este año diferentes espacios no habituados a estas expresiones, recibirán intervenciones de arte contemporáneo, como Casa árabe que acogerá el proyecto del artista palestino Khalil Rabah, el espacio Estudio Tabacaleras tendrá al brasileño Adriano Amaral y el Museo Arqueológico Nacional recibirá la instalación de la barcelonesa Fina Millares, entre otras.

La comitiva chilena

Una asistente habitual a la feria es la chilena Isabel Aninat, que junto a su galería participa en la sección general de ARCO Madrid. En el stand reunirá obras de sus artistas más políticos: tendrá fotografías de Juan Castillo y Lotty Rosenfeld, además de  La vida nueva, acción de arte realizada en Nueva York por Raúl Zurita, quien se une a los artistas representados por la galerista chilena. Mientras entre los más contemporáneos están Mónica Bengoa, María Ignacia Edwards y Catalina Mena.

Mientras que la sección Solo Project, donde las galerías invitadas se enfocan en la presentación de un artista en especial y que este año gira entorno a la relación entre el arte, la danza, el teatro y el humor; participan dos galerías locales. D21 exhibirá (y de paso homenajea) la obra del artista Carlos Leppe, fallecido en 2015. Se trata de la performance Sala de espera (1980) con registro inédito de la época. Mientras que el debut de la galería Patricia Ready en el evento es con el trabajo de la artista joven Patricia Domínguez quien muestra la video instalación Los ojos serán lo último en pixelarse, donde usa como figura central a un caballo que le sirve para hablar sobre el moldeamiento cultural entre Chile y España.

ARCO Madrid también fue una de las primeras ferias luego de Basel que comenzó a incluir programas de conversación y charlas sobre arte contemporáneo, llevando la experiencia de la feria a algo más allá que sólo la adquisición de obras. La práctica luego se ha ido extendiendo a los cientos de ferias de arte que nacen en todo el mundo. A pesar de eso, Carlos Urroz es cauteloso en hablar sobre el coleccionismo español. Para él todavía faltan varios años para que se asiente. “No tenemos una real tradición de coleccionismo y por eso hay que mantenerse siempre trabajando en eso. Pero es cierto, si a principio de los 90  los coleccionistas eran poco más que 20, hoy a las actividades vienen más de mil. Yo veo el vaso medio lleno”.

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