Histórico

Arqueólogos revelan fosa de 2.500 años con 8 millones de perros momificados

Los restos se encontraban cerca del templo del dios de los muertos Anubis en Egipto, y se cree que los canes fueron sacrificados como ofrenda cuando aún eran cachorros.

En 2011, Paul Nicholson de la Universidad de Cardiff anunció el descubrimiento en Saqqara, Egipto, de la mayor necrópolis animal de la historia: una fosa común del siglo IV a.C. con alrededor de 8 millones de perros momificados.

El hallazgo supuso de inmediato un nexo entre la cultura egipcia y el dios de los muertos Anubis, comúnmente asociado con la figura de un chacal o un perro, más aún considerando que los canes recién nacidos pudieron ser ahogados o envenenados para ser convertidos en ofrenda. Sin embargo, quedaban estudios por realizar y había que desentrañar los misterios de la enorme cueva.

Hoy, cuatro años después, Nicholson presentó el resultado de su investigación. Según un artículo en la revista Antiquity, la catacumba es finalmente una serie de enormes galerías subterráneas ubicadas junto al templo de Anubis, en un entorno frecuentado por sacerdotes, mercaderes, videntes y guías que ayudaban a los peregrinos a dirigirse a los distintos templos, incluyendo a los criadores de animales que posteriormente serían momificados para convertirlos en ofrenda.

Las oscuras galerías subterráneas datan de los años 747-332 a.C. y constan de un pasillo central de 173 metros con corredores de 140 metros de un extremo a otro. En cuanto a las momificaciones, un 92% pertenece a perros y el resto a halcones, babuinos, un ibis (ave de tamaño pequeño), chacales, zorros, gatos y mangostas.

Según la investigación, al parecer no existía un requisito especial para acceder a los ritos, y la idea era entregar a los animales como ofrenda a los dioses. Sin embargo, no se encontraron en ellos vestigios de estrangulamiento o golpes, por lo que se sugiere los éstos morían de hambre o deshidratación y luego eran momificados.

El estudio habla de una importante actividad económica relacionada con estos ritos y cuantifica la importancia de los animales para los egipcios, en este caso, como uno de los precedentes más antiguos del turismo, teniendo en cuenta que por cada dios existía un templo, con sus respectivas catacumbas y peregrinaciones.

Asimismo, también se reveló el curioso descubrimiento de un Aegirocassis benmoulae, un gigantesco vertebrado marino que vivió hace 48 millones de años, aunque no está claro si los egipcios notaron la existencia de sus fósiles cuando construyeron la tumba.

Fuente: LiveScience

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