Los manglares, un tipo de biomasa formado por árboles, se han expandido enormemente en la costa atlántica de Florida (EE.UU.) a medida que ha disminuido la frecuencia de las heladas, según un estudio que publica la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

El análisis de los datos recopilados por satélites durante veintiocho años, realizado por la Universidad de Maryland y el Centro de Investigación Ambiental del Instituto Smithsonian, muestra que entre 1984 y 2011 la costa floridiana desde Miami hacia el norte ganó más de 1.240 hectáreas de manglares.

Los manglares toleran la sal en la zona de mareas cercana a las desembocaduras de cursos de agua dulce en las costas tropicales, y tienen una gran diversidad biológica con numerosas especies de crustáceos, peces, aves y moluscos. 

"La marcha de los manglares por la costa llegando tan al norte como San Agustín es un ejemplo notable de la forma en que los impactos del cambio climático se expresan en la naturaleza", señala el artículo.

Además, añade que "el aumento de las temperaturas lleva a nuevos patrones de clima extremo lo cual, a su vez, causa cambios mayores en las comunidades vegetales".

Los bosques de manglares empujan a los pantanos salobres, señaló por su parte el profesor de entomología de la Universidad de Maryland, Daniel Gruner, uno de los autores del estudio.

"Esto es lo que podemos esperar que ocurra con el cambio climático: un ecosistema reemplaza a otro", indicó Gruner.

"Pero a esta altura no tenemos información suficiente como para pronosticar cuáles serán las consecuencias de largo plazo", enfatizó.

Los manglares prosperan en las aguas costeras calmas y poco profundas en los trópicos, y los pantanos salobres ocupan ese nicho ecológico en las zonas templadas.