Cannes 2016: la fiesta del cine en tiempos de emergencia
El festival más importante del mundo empieza hoy en una ciudad donde el temor a la amenaza terrorista parece una sombra frente a los nuevos estrenos de Woody Allen, Spielberg y Almodóvar.

Desde ayer una nueva especie humana se agregó a la fauna que el Festival de Cannes despliega año tras año. Se trata del militar con vestimenta de comando y subametralladora bajo el brazo. Durante todo el día previo a la inauguración del encuentro de cine más glamoroso del mundo y mientras llegaban las primeras estrellas, entre ellas Kirsten Dunst y Vanessa Paradis (en la foto), fue posible verlos pasearse de cuatro en cuatro y de esquina a esquina frente al llamado Palacio de Festivales, el corazón y cerebro del encuentro de la Costa Azul. Al lado de la ya tradicional puesta en escena de acelerados autos de lujo, yates de última generación y un hormigueante público que circula frente a una alfombra roja que se mira pero no se toca, el contingente castrense se instaló como signo inequívoco de que por una vez en la vida las explosiones puede que ocurran no dentro de la pantalla, sino que a su alrededor inmediato.
Durante los últimos días se ha instalado la sensación de que el Festival de Cannes, que comienza hoy y termina el 22 de mayo, es un razonable objetivo de ataques terroristas en un país que vive en estado de emergencia desde el ataque múltiple del 13 de noviembre de 2015 en París. Esa misma medida de seguridad, que permite entre otras cosas arrestos y redadas domiciliarias sin intervención judicial, vence cuatro días después del cierre del encuentro y parece una sombra de temor en medio de un encuentro que debe su razón de ser a la celebración artística, la exposición mediática, las fiestas en la playa y la vida nocturna en los cafés de las callejuelas del centro histórico de Cannes.
De acuerdo a los organizadores del 69 Festival de Cannes se reclutaron 500 operativos extras dentro del personal de seguridad y, aunque se esperan 200 mil personas, también es conocido que tras los hechos luctuosos de París se han producido más cancelaciones que lo habitual. La seguridad está instalada, o así se ha dicho, en los puntos estratégicos de entrada, desde la bahía de Cannes (“no habrá ninguna embarcación que quede sin revisar”, afirmó el alcalde de Cannes David Lisnard al diario Le Monde) hasta al aeropuerto de Niza, donde se hace un chequeo extra de identidad que hasta el año pasado no existía. También el edil ha publicitado bastante la contratación del experto antiterrorista y ex general de la Defensa israelí Nitzan Nurie, ante la posibilidad de un ataque múltiple similar a los de París y Bruselas.
Con una cámara de vigilancia cada 147 habitantes, Cannes es en este momento la ciudad de Francia con mayor cantidad de estos dispositivos per cápita, ubicados en semáforos, postes de alumbrado y portones de casas. También se extremarán las medidas de seguridad en las funciones de las películas, las fiestas y la entrada al Palacio de Festivales, aunque hasta ayer al menos la revisión (detectores de metales y chequeo de bolsos) era igual a la de los años anteriores.
A nivel cinematográfico, este clima ya habría provocado una baja en la programación: la película Paris is Happening, que describe una serie de explosiones concertadas en París, no fue seleccionada a pesar de que su director Bertrand Bonello es un favorito del certamen y sus dos últimas cintas han competido aquí.
El cine
Tal vez lo mejor para empezar un encuentro donde la agenda de la seguridad se apropia de su tradicional espíritu festivo es una buena comedia. En rigor aún no se sabe si la última película de Woody Allen es buena, pero al menos es uno de aquellos sainetes de época que hace casi de memoria, normalmente situados en los años 30 y protagonizado por estrellas de ayer y de hoy en Hollywood. Café Society, fuera de competencia, es la película elegida para abrir hoy el festival a las 20 horas, previa la ceremonia de apertura a las 19.15, que será con el clásico desfile de celebridades.
Por la cinta de Allen estarán Kristen Stewart, Jesse Eisenberg, Blake Lively y Corey Stoll, entre otros. Será, según informan los reportes de tiempo, una alfombra con paraguas, una característica ya clásica de la primavera del Mediterráneo, donde un día de sol siempre se puede dividir en antes o después de la lluvia. Realizada tras Un hombre irracional (que también estuvo acá el año pasado), Café Society cuenta los altos y bajos del voluntarioso Bobby (Jesse Eisenberg), un muchacho que sale de su Brooklyn natal con el objetivo de darle una vuelta a su vida en Hollywood, en el marco del elegante y exclusivo mundo artístico llamado Café Society. Poco más se sabe de esta cinta de Allen, que a los 80 años mantiene la costumbre de evitar filtraciones sobre la trama.
Hoy también, en función vespertina, se muestra la primera película en competencia: Sieranevada, del rumano Cristi Puiu, un hijo pródigo del festival, que en el 2005 ganó Una Cierta Mirada con La muerte del señor Lazarescu. Esta cinta, que a pesar de su título transcurre enteramente en Bucarest, es un drama familiar sobre un brillante neurocirujano que busca reconstituir lazos familiares con su esposa y madre a un año de la muerte de su padre.
Uno de los títulos más esperados de Cannes 2016 es El buen amigo gigante, la fantasía de Steven Spielberg basada en una narración de Roald Dahl sobre cómo la pequeña Sophia entabla amistad con un gigante que la visita en las noches y que es un paria entre los suyos, el único amigable en una raza de ogros hostiles.
Entre los viejos conocidos que retornan tras varios años de ausencia está Jim Jarmusch, quien trae el documental Gimme Danger (sobre el grupo The stooges, fuera de competencia) y Paterson, filme sobre un chofer de bus que es al mismo tiempo taxista y que algunos ya se arriesgan a decir es una eventual candidata a la Palma de Oro. Otro que podría tomar por primera vez en sus manos el prestigioso galardón es Pedro Almodóvar, un habitual de Cannes que nunca ha ganado y que presenta Julieta, acerca de una mujer en busca de la reconciliación con su hija.
Hablando de números fijos en la competencia, este es el año en que les toca competir a los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne, esta vez con su largo La fille inconnue, drama sobre una doctora en busca de la identidad de una paciente que murió al rehusar tratamiento. Otro francoparlante que no es francés y que no pierde ninguna cita en Cannes es el canadiense Xavier Dolan, quien a los 27 años va ya en su sexta película: Juste la fin du monde, un drama sobre un escritor terminal que retorna a casa para contar a todos la verdad de su enfermedad. La película trae un reparto galo de alta cotización, empezando por Gaspard Ulliel y siguiendo con Marion Cotillard, Léa Seydoux y Vincent Cassel.
Dos actores de Hollywood traen películas dentro y fuera de competencia, respectivamente. Se trata de Sean Penn, que estrena The last face, filme protagonizado por su ex novia Charlize Theron y Javier Bardem sobre médicos en Africa, y Jodie Foster, que exhibirá El maestro del dinero, sobre cómo un gurú financiero televisivo (George Clooney) es hecho rehén en el estudio.
Este año Cannes también contará con la participación de los directores chilenos Pablo Larraín y Alejandro Jodorowsky, que ya estuvieron en la Quincena de Realizadores en el 2012 y 2013, respectivamente. Larraín presenta este viernes Neruda, sobre la persecución del poeta por el gobierno de González Videla, y Jodorowsky muestra el sábado Poesía sin fin, la visión de su propia juventud en la bohemia intelectual santiaguina de los años 50.
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