Histórico

Carlos Ruiz Encina: "Le tengo afecto a Boric, pero está muy mal asesorado"

Las directrices de Izquierda Autónoma, uno de los movimientos estudiantiles de mayor proyección del país, están determinadas por el pensamiento de un hombre de 51 años. Se llama c, ex mirista en el exilio, fundador de la SurDA y director de Sociología de la U. de Chile. Luego del quiebre entre el llamado "tronco histórico" y el diputado Gabriel Boric, el académico entrega su versión del conflicto, analiza el avance de la reforma educacional y visualiza el futuro del sector.

Eduardo Ruiz Contardo, Clotario Blest y Ernesto "Che" Guevara se abrazan en algún lugar de La Habana. La imagen, tomada en 1960, está inmortalizada en el Museo de la Revolución. A Carlos Ruiz Encina (51) se le hace difícil esconder el orgullo cuando la recuerda. Su padre, el hombre de la foto, fue un académico socialista que realizó extensivos estudios del proceso previo a la ascensión de la Unidad Popular antes de asumir como director del Departamento de Sociología de la U. de Chile entre 1970 y 1973. Tras el Golpe de Estado, tuvo que asilarse en México, donde se consolidó como uno de los catedráticos latinoamericanistas más importantes de la época. "Trabajó en el Departamento de Sociología de la Unam (Universidad Nacional Autónoma de México) y fue uno de los académicos más respetados. Se mantuvo ligado al PS. Siempre lo veía en la Casa de Chile", recuerda Luis Maira, también asilado en Ciudad de México.

Desde hace un par de años, Carlos Ruiz ocupa el mismo cargo que tuvo su padre durante el gobierno de la UP. Durante los 17 años de Pinochet, él vivió su propio exilio en Panamá, Cuba y varios países europeos junto a su madre, María Isabel Encina, y su hermano, Rodrigo Ruiz. Por estos días, la facultad está en paro, por lo que tiene tiempo para tomarse un café en el Starbucks del mall adyacente al campus para conversar de política en un momento complicado para el movimiento que fundó por 2010 junto a ex estudiantes de la U. de Chile, Izquierda Autónoma (IA) y su centro de estudios, Nodo XXI, del cual Ruiz es presidente y que debe abandonar su sede a fin de mes, debido a falta de financiamiento. Ambas instancias son continuadores naturales del trabajo que el propio Ruiz había comenzado durante los 90 con el colectivo la SurDA.

Ruiz heredó tempranamente sus convicciones de izquierda de sus dos padres. "Mi madre también fue socialista, mirista y feminista", agrega, como para tomarle el peso a la tradición política familiar. Sin embargo, su reflexión del sector lo llevó a romper con muchas de las tradiciones de la vieja izquierda, aquella que representaban sus padres. Fue por eso que a principios de los 80 lo expulsaron del MIR en Cuba. "Lo que tenemos es una izquierda que trae un agotamiento de modelo desde el siglo XX. Aquí nadie va a pedir que se haga un culto al poncho y a la zampoña. Creo que esta generación no tiene por qué ser nueva sangre de viejos fracasos", señala.

Como sociólogo, Ruiz viene escribiendo desde comienzos del siglo XXI acerca de la "desarticulación social" posterior al gobierno militar y de cómo la Concertación blindó los espacios de poder en nombre de la "gobernabilidad democrática". En su último libro, De nuevo la sociedad (2015), el sociólogo plantea que los movimientos estudiantiles de 2006 y 2011 son la prueba de que la ciudadanía se sacudió la apatía y está nuevamente presionando colectivamente por "derechos sociales". "Creo que ahora estamos en un pre-2011", advierte de entrada el académico, quien se rehúsa a decir "Nueva Mayoría" y sigue hablando de "Concertación", porque "no tienen nada de nuevo y nada de mayoría".

Pero justamente en ese ambiente de ebullición social, cuando su movimiento, la IA, parecía ganar más adeptos e influencia, el proyecto se quebró y perdió a su referente público, el diputado Gabriel Boric. Si bien el detonante final de la ruptura fue una reunión de varios dirigentes (entre ellos Ruiz) con la ministra de Educación, Adriana Delpiano, de la cual Boric no supo con antelación, los roces venían desde hace meses.

¿Qué hace un hombre de 51 años discutiendo la revolución con veinteañeros?

Para mí ha sido muy estimulante siempre trabajar con jóvenes en términos intelectuales (...). Después de 25 años de Concertación, tú no le puedes seguir echando la culpa de todo lo que pasa aquí a (Augusto) Pinochet. Entonces, ese chantaje de todos contra la derecha, que concitó muchas veces una imposibilidad de levantar discursos críticos por fuera de la Concertación, ya no opera. Y si en alguien no opera, es en los chicos, es en los jóvenes. A los jóvenes no les vas a decir que no pueden marchar, porque lo van a hacer igual. Ahí hay un cambio cultural muy fuerte.

Usted dice que estamos en un pre-2011, pero las movilizaciones de ese año se dieron en un contexto muy distinto: con un gobierno de derecha. Hoy no se entiende tanto si se considera que estamos bajo un gobierno que tomó casi todas las banderas de ese movimiento para su programa.

Hasta cierto punto, es cierto: la Concertación trató de usar las manifestaciones contra (Sebastián) Piñera. Ellos necesitan ocultar el 2006 para hacer aparecer todo el descontento como una reacción contra la derecha, cuando la verdad es que la diferencia entre el gobierno de Piñera y los demás es bastante tenue. Piñera parecía el quinto gobierno de la Concertación o al revés. Es difícil saber cuál es el original y cuál es la copia. Más allá de eso, el malestar con la educación es generalizado, pero es un malestar por la forma en que se produce la desigualdad en este país.

Así como no había forma de entender el 2011 sin el 2006, hoy vuelve a aparecer algo parecido. No se ha logrado producir ninguna orientación contundente en torno a la reforma educacional. Eso lo hemos discutido muchas veces con el ministerio. Izquierda Autónoma (IA) ha ido muchas veces al ministerio a discutir; la visita de la semana pasada no es la única. No hay ninguna novedad. Estuvimos con (Nicolás) Eyzaguirre dos veces, con la ministra (Adriana Delpiano) dos o tres veces. (Gabriel) Boric sabía de la reunión desde esa mañana. No sé quién le avisó. De Gabriel no me quiero referir mucho, porque no tengo ningún problema con él.

Usted se atribuye responsabilidad por haber llevado el autonomismo y las movilizaciones a las privadas. ¿Le parece icónica la toma de la Universidad Andrés Bello?

No fue una definición personal, sino una discusión que se dio en IA y Nodo XXI. Ahora el problema del documento presentado a la ministra es que estamos planteando que las universidades tradicionales pueden hacerse cargo de las privadas que cierren por lucro, baja calidad u otras normas. ¿Qué pasa? Que las universidades tradicionales van a decir "me baja el promedio". Hay un cierto conservadurismo de izquierda y corporativismo académico. Brunner escribió en El Líbero que por fin IA se abría a una propuesta racional y reconocía el modelo. Lo que manipula Brunner es que no estamos reconociendo el modelo, sino que una transformación va a tener que ser muy gradual, muy prolongada, por lo tanto hay que ver cómo en el camino nos vamos haciendo cargo de la gente más explotada y más vulnerable.

Por eso te digo yo que podría ser un nuevo 2011, aunque es difícil saber, no soy pitoniso. Pero se están juntando los ingredientes. Imagínate la decisión que tienen los secundarios para marchar por la Alameda sin permiso de la intendencia. Entonces ahora explota la universidad más grande del país, que es la Unab, que entiendo que pasó los 48 mil estudiantes.

De la declaración con la que se explicita el quiebre con Boric se desprende que hay gente en la izquierda que quiere ver fracasar la reforma educacional.

Efectivamente. Yo no soy pro este gobierno, pero permitir que eso pase me parece una irresponsabilidad. Nos dicen que somos vendidos por ir a conversar. Creo que sabemos colaborar y presionar por lo que nos parece justo. La posibilidad de que la reforma se frustre no es sólo responsabilidad de Bachelet, sino de todo el movimiento social. Hay que entender que una transformación, en el estado de desarticulación en que está la educación pública en este país, no la puedes reponer de la noche a la mañana. Una educación gratuita, de calidad, pública, implica que te tienes que hacer cargo de un sistema desquiciado que tiene comprometida a buena parte del país. Hasta ahora, con todo lo que hemos hecho, no se ha transformado nada. La pregunta como fuerza política es: ¿Nos quedamos siempre presos del criticismo? Intentar capitalizar políticamente el criticismo. Ahí se produce el quiebre en IA.

La ruptura

¿Es eso lo que se le critica a Boric?

No es a Gabriel. Creo que en IA se desató una compulsión por un ascenso rápido, donde se hablaba de carreras electorales muy personalistas, desafiantes a la idea de construir un proyecto autónomo. Eso empezó a desquiciar la discusión política dentro de IA. La directiva estaba quebrada desde antes de que la prensa empezara a escribir. Además, cierta prensa interviene mucho en la discusión interna, pero no quiero dar ejemplos. La versión que dan de la reunión con la ministra cuando IA llevaba más de tres semanas quebrada se empieza a producir por ciertos medios y no por la discusión soberana interna de sus miembros. No es Gabriel. El ya es una figura consolidada, un diputado.

Pero él representa al sector opuesto. 

Pero Gabriel viene de una tradición de construcción social. No es un diputado que se inventó debajo de la cama. Era dirigente de la Fech.

No le gustó esa reunión en el Mineduc. ¿Pudo hablar después con él?

Hablo siempre con Gabriel. Tiene todo el derecho a hacer la reflexión que quiera plantearse. Yo creo que está muy mal asesorado. No necesita esas cuestiones. Tengo la impresión, porque yo por él tengo afecto y respeto, además de comunicación, que aquellos que dicen que van a estar en este camino, si seguimos nos tenemos que encontrar. Es un problema casi geométrico. Y los que no, ahí se quedarán como gente que vino a buscar un espacio de manera oportunista en IA.

¿Es esta la clásica disputa de la izquierda entre formar movimientos de "masas" o de "cuadros"?

El quiebre se inicia en el denominado "proceso de convergencia". Ahí se incluyen nuevos actores. Se elige una directiva con un padrón gigantesco a nivel nacional. No recuerdo si duró dos o tres reuniones. Se empezó a discutir cómo se van a elegir candidatos para las municipales. Se empieza a ver cómo se deciden los puestos alcaldicios, Magallanes y Corral, algo así, y queda pendiente seguir avanzando de sur a norte, y al otro día nos enteramos por El Mercurio de Valparaíso que hay una proclamación de alguien que está sentado en la directiva (Jorge Sharp). En algún minuto empezaron a correr ofertas, que es algo que a mí me espantó mucho, que no sé dónde se puede estar ofreciendo algo así en IA. En una elección normal nadie puede ofrecer eso. Sentí que el diablo metió la cola acá.

En ese minuto se quiebra la dirección. No alcanzaron a pasar dos o tres reuniones. De ahí en adelante ya IA está funcionando con dos estructuras paralelas incomunicadas. Así que llevarle dos o tres puntos a la ministra en ese momento de incomunicación…

Esto ya pasó en la SurDA. ¿Por qué se quiebra ese movimiento?

Me salí mucho antes de eso, de hecho, el otro día leí que alguien en El Mostrador me responsabilizaba de llamar a votar por Bachelet en su primer gobierno. Yo nunca lo hice, estaba fuera de la SurDA. Sí me pidieron que los acompañara a una reunión con ella, como tres horas. Nos ofreció de todo. "Chiquillos, métanse al gobierno", nos dijo. Yo sólo los acompañé. Nunca he andado buscando cargos.

En esta ocasión, Bachelet también pidió algún apoyo en segunda vuelta.

Hay una columna que escribimos con Gabriel en El Mercurio a Bachelet. Le dijimos que estábamos dispuestos a votar por ella si definía qué significaba para ella "gratuidad". Porque tiene dos significados totalmente opuestos: o metes más presupuesto estatal para hacer más vouchers para que la familia crea que le sale gratis, pero sin reconstruir educación pública; o al revés, inviertes en educación para que tenga costo cero y se establece como derecho. ¿De cuál estamos hablando? Nunca hubo nada.

¿No llegaron a invitarlos con la candidata? Fue pública la invitación a los movimientos que estaban fuera y Giorgio Jackson, por ejemplo, fue al comando.

Ellos tuvieron una posición distinta; legítima, pero distinta. Nuestra posición fue pública y nunca hicimos eco de ofertas o juegos. No entramos en tratativas. El punto era muy claro y por eso lo hicimos público, pero igual nos preguntaron "¿por qué publican en El Mercurio?".

Y ahora criticaron a Andrés Fielbaum por su entrevista en El Mercurio.

Ahora algo me van a decir por dar esta entrevista con ustedes, seguro (ríe).

Lo que queda al final es que IA pierde a su principal liderazgo, que además aparece bien posicionado en las encuestas

Yo lamento la posición de Gabriel. Yo no pienso que vayamos a estar en trincheras distintas en la vida, pero por la forma en que se desarrollaron los hechos quedaron así las cosas. La locura Facebook es atroz. El debate por ahí se vuelve tóxico.

Alfredo Jocelyn-Holt escribió que toda la densidad del discurso de Gabriel Boric viene de usted. ¿Está de acuerdo con eso?

Eso hizo daño adentro. Me consta. Claro, son provocaciones, pero la verdad, para construir una fuerza política madura, esas cosas no deberían hacernos mella.

Entonces, ¿cuál es su aporte a la construcción política de Boric?

No sé si personal, si lo pudiera atribuir como una cosa personal. Gabriel se formó en el proceso en que empezamos a construir este proyecto, como cuando tomamos la decisión después de empezar a hacer incursiones electorales, para un mundo en el cual no era tradición hacer esto. Mi entrada ahí fue siempre poner las cosas en una perspectiva un poco más amplia. No me las quiero dar de nada, siempre fue un proceso colectivo. Y me consta con Gabriel que se construyó dentro de ese proceso. No creo que él intente presentarse como un hombre hecho a sí mismo y que no le debe nada a nadie, no creo. Gabriel nunca ha negado esa tradición. Ahora, todos lo que entran después no tienen nada que ver con ese tronco histórico.

A partir de lo que está ocurriendo, ¿cree que fue malo para IA que Boric fuera candidato a diputado? 

Yo no me arrepiento de ningún modo de la discusión que tuvimos cuando ellos avanzaron hacia las candidaturas. Incluso, con todo lo doloroso que ha ocurrido hasta ahora, el balance es positivo. Ahora, la vida en el Parlamento sí empezó a generar una serie de condiciones para las que estos estamentos no están lo suficientemente preparados. Y eso generó tensiones, que son tensiones de crisis de madurez. Ahora va a haber otros dirigentes que posiblemente van a pasar al Parlamento. Es posible que ahora sí quedemos con una bancada autonomista. Eso es posible. Y si podemos tener una candidatura presidencial realmente articulada, genial.

Su hermano Rodrigo ha quedado en el otro bando. Siempre han tenido discusiones políticas importantes, desde que militaban en la SurDA. El ha señalado en su Facebook que eso no daña la relación entre ustedes. ¿Lo ve usted de la misma forma?

Todo el mundo sabe que yo no tengo Facebook.

Consultado por Reportajes, Rodrigo Ruiz declinó dar una versión de su relación con su hermano. "No tiene relevancia", dice.

Convergencia de la izquierda

El ex vicepresidente de la Fech entre 2009 y 2011, Francisco Figueroa, conoció el pensamiento de Ruiz a través de la SurDA. Luego se integró a IA y trabajó de cerca con él en la fundación Nodo XXI. "Carlos no es un intelectual individual aislado", dice para explicar la sintonía que tiene un hombre de 51 años para trabajar con jóvenes. "Entendí que sabía para dónde iba la micro de la sociedad chilena. Es el principal responsable de que IA sea un intelectual colectivo, con dirigentes con pensamiento propio y capacidad de convencer. El organiza gente. Lo hace por la vía del diálogo racional, no por carisma. Es un productor de ideas", agrega Figueroa, quien, desde Londres -donde cursa un magíster- decidió quedarse dentro de la Izquierda Autónoma.

Ruiz acepta esa sintonía con los "chicos", ya que dice que son los únicos que no sienten el peso de la transición. Y ellos no sólo están en IA, sino también en otros nuevos movimientos de origen estudiantil.

Hoy, en Chile, hay muchos partidos y movimientos declarándose como de izquierda. ¿Por qué siempre aparecen disgregados? Pareciera que es imposible que se pongan de acuerdo o que logren esa convergencia de la que hablan.

Es una etapa como la de los años 20, de formación de construcciones políticas. Yo no daría por acabados los procesos de IA y de Revolución Democrática (RD). No estaría decretando que no van a coincidir mañana, incluso, no sé si orgánicamente. Esto se hace en un contexto de vacío de proyectos históricos enorme. Antes se decía "nosotros somos los representantes en Chile de la Revolución Rusa o Cubana". ¿Ahora de qué? ¿De Putin? El destino de los progresismos de América Latina en este rato es sumamente polémico. Debe haber una construcción de una izquierda alerta, intelectualmente rebelde. Hay mucho conservadurismo de izquierda, mucho. Uno de los sellos que nos hemos ganado desde la SurDA es pelear contra esas cosas.

¿Cuál es su evaluación del proceso de "colaboración crítica" de RD con el gobierno?

Yo respeto la forma en que ellos se han venido construyendo. Su camino no ha sido el nuestro. Han buscado la forma de incidir en las transformaciones, que no se han producido, por lo tanto, no lo han logrado. No lo ha logrado nadie. El diálogo político franco está dado en cómo destrabar ese camino de transformaciones. A mí lo que no me parece, sobre todo con el peso histórico que tiene el Partido Comunista en las instituciones de izquierda, es avalar lo que era una Concertación muy a mal traer. O sea, lo que hizo el PC fue comprar el boleto en el Titanic, sabiendo en qué terminaba la película. Yo ahí haría una distinción radical con la historia de RD.

¿Cuál es su opinión de Camila Vallejo?

El PC tiene que volver a encontrarse con la cultura comunista. Camila es uno de esos caminos que tienen a la mano y que ojalá no se la farreen. Camila es parte de las condiciones que se formaron en esta compulsión de cambiar al Chile de los últimos 40 años, es innegable su lugar en esta puja.

¿Se espera hacer un Podemos en Chile?

Yo creo que aquí va a tener que ser una articulación más amplia y a mí me parece, además, que la discusión dentro de la Nueva Mayoría tampoco cabe ya. Ya no son dos almas; hay más de dos ahí adentro, y las peores oposiciones a los intentos de reforma se han producido desde adentro de la Nueva Mayoría. Claro, ahora ahí hay que conversar y puntualizar. En principio, a ese nivel de declaración nos parece bien, estoy de acuerdo.

También está Marco Enríquez-Ominami. Hay gente de la SurDA en el PRO.

La SurDA integró las direcciones de Igualdad, el PRO, la Concertación, IA, creo que fue una escuela. Yo creo que el PRO nunca se ha abierto a un diálogo; creo que el personalismo que ahí primó era brutal. Sencillamente fagocitar de las articulaciones con otros sectores, entonces caímos en una suerte de partido personal y eso, ante la sociedad chilena más activa, es impresentable como modelo político.

¿Tiene intenciones de ser candidato?

Estoy en un esfuerzo colectivo. Tú no le puedes pedir a alguien que haga algo que tú no estás dispuesto a hacer. No  es mi leit motiv. Estoy contento con lo que hago.

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