Catalejo, el reservado proyecto para reemplazar el Fasat Charlie
En 2014 el Estado Mayor Conjunto activó un plan para comprar un nuevo aparato de observación. Chile además evalúa sumarse a futuro satélite de telecomunicaciones argentino.

El Fasat C o Charlie es el único satélite de observación que Chile tiene en el espacio. Fue diseñado para asegurar un tiempo de operaciones de cinco años, los que se cumplen en diciembre, aunque puede seguir operando después de esa fecha si no reporta fallas o sufre algún incidente catastrófico producto de basura espacial. Como sea, después de ese plazo su rendimiento comienza a ser decreciente.
Frente a este escenario, Chile activó silenciosamente un plan para renovarlo, a través del Estado Mayor Conjunto (EMCO) que agrupa a todas las ramas de las Fuerzas Armadas y que depende del Ministerio de Defensa.
El plan recibió el nombre de Catalejo y se inició formalmente el tres de noviembre de 2014, con el nombramiento del jefe de proyecto, el general de Aviación Eduardo Peña, a través de una resolución del jefe del EMCO, según confirmaron fuentes de defensa a La Tercera.
Civiles y militares
Si bien está radicado en el Estado Mayor, Catalejo es un plan que depende del Ministerio de Defensa, el que a su vez integra el Consejo de Ministros para el Desarrollo Espacial, instancia creada en 2014 y conformada por otros 11 ministerios, que trabajan en el diseño de una nueva institucionalidad en esta materia para el país, que no cuenta con una agencia espacial permanente y recursos propios.
Por esta razón, y como el futuro satélite debe responder tanto a objetivos civiles y militares, un mes antes del inicio del proyecto Catalejo, se pidieron al resto de los ministerios sus requerimientos satelitales, los que aún no llegan en su totalidad, según explicaron las mismas fuentes consultadas.
Quienes conocen de este proceso aseguran que la participación de organismos de áreas distintas a la de defensa es importante, porque se requiere contar con la suficiente información proveniente de experiencias obtenidas del empleo del Fasat Charlie, así como de las especificaciones y capacidades requeridas para el nuevo satélite.
Uno de los requerimientos más comunes es el de imágenes satelitales, pero no el único. Si bien éstas se pueden comprar a terceros sin contar con un satélite propio, según pudo conocer este medio existe una necesidad estratégica al interior del gobierno, donde existe la tesis que “la capacidad espacial del Estado es un elemento de largo plazo que se construye en base a la generación de independencia tecnológica”.
Hoy el Fasat Charlie es la parte espacial del denominado Sistema Satelital de Observación Terrestre (SSOT), cuyo componente terrestre y de recepción está en manos del Grupo de Operaciones Espaciales (GOE), de la Fuerza Aérea.
Su capacidad de observación la realiza a través de dos sensores ópticos, que permiten operar en situaciones de emergencia y catástrofes. Asimismo, entrega imágenes que se emplean en seguridad interior, vigilancia, planificación, ordenamiento territorial y control de los medio ambientes terrestre y marítimo.
También se ha utilizado para apoyar el proceso de exploración de nuevos yacimientos solicitados por Codelco, así como imágenes especiales para el Instituto Forestal.
Futura licitación
El proceso que lleva adelante EMCO se desarrolla bajo el proceso de inversiones normado por el Decreto Supremo Nº134, firmado por los ministros de Defensa y de Hacienda. En el documento se establece la metodología para la preparación, presentación y evaluación de proyectos de inversión de las Fuerzas Armadas.
Hoy el proyecto Catalejo se encuentra en la etapa de Evaluación Preinversional, específicamente en la fase de Perfil, durante la cual se hace el levantamiento de lo que demanda el país y la estimación de costos. Estos antecedentes luego se usan para diseñar la licitación final, en la etapa de Inversión.
En enero el gobierno estimaba que un aparato costaría unos US $130 millones. ¿Cómo se financiará? No está confirmado, pero una vez terminada la etapa del Perfil del proyecto se sabrá si el financiamiento será de la Ley de Presupuesto o de la Ley Reservada del Cobre o de ambas.
Una vez que estén los recursos, el plazo estimado para contar con un nuevo satélite se estima que será de cuatro años.
La competencia en este tipo de industria es alta. Ya a la licitación del Fasat Charlie llegaron cerca de 20 empresas.
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