Histórico

Celos, poder y venganza: Teatro Municipal estrena Otello, de Giuseppe Verdi

La ópera, a cargo de Pablo Maritano, se presentará a partir del 2 de agosto.

En 1871, y tras el éxito indiscutido de Aída, el compositor italiano Giuseppe Verdi (1813-1901) decidió poner fin a su carrera. Autor de clásicos como La Traviata, Don Carlos y El Trovador, para entonces ya se había consolidado como el personaje más influyente de la escena europea.

Llevaba casi una década de silencio cuando dos de sus mejores amigos -su editor Giulio Ricordi y el director Franco Faccio- lo visitan en su residencia de Milán con una propuesta irresistible: montar Otello. A Verdi siempre le fascinó la obra de Shakespeare. De hecho, en 1847 ya lo había intentado con Macbeth, pero sin el éxito esperado. Lo que realmente lo convenció fue la inclusión de Arrigo Boito como libretista, con quien ya había trabajado en Simón Bocanegra. El mismo Faccio, por su parte, asumiría la dirección del montaje. A pesar del escepticismo inicial, Verdi acepta con la condición de reservarse el derecho a cancelar el estreno en último minuto. De regresar a los escenarios, tenía que ser en gloria y majestad.

Los ensayos comienzan y rápidamente se expanden los rumores. Las dudas se disiparon el 5 de febrero de 1887 en La Scala. Al terminar el espectáculo, la victoria era evidente: el telón se levantó más de 20 veces en el saludo final. Verdi, otra vez, había alcanzado la cima.

HOMENAJE A RAMON VINAY

Noche de tormenta. El pueblo espera expectante la llegada de Otello, general veneciano y gobernador de Chipre, quien acaba de derrotar a la flota turca. Lo acompañan Montano, Roderigo y Yago, un astuto alférez que, motivado por los celos, le hace creer a Otello que su esposa Desdémona lo engaña con Cassio, otro de sus colaboradores.

"Todos los personajes son como un espejo del otro. En el caso de Otello y Yago, me interesa trabajarlos como una contracara: funcionan como un aparato donde uno desarrolla el deseo de destrucción del otro", comenta el director de escena Pablo Maritano.

En el marco del denominado Año de Shakespeare (por la celebración del 450 aniversario de su nacimiento), la historia se repetirá en el Teatro Municipal de Santiago a partir del 2 de agosto. Kristian Benedikt (Otello), Evez Abdulla (Yago) y Keri Alkema (Desdémona) lideran el elenco internacional que se presentará junto a la Orquesta Filarmónica -dirigida por Antonello Allemandi- y el Coro del Teatro Municipal.

A dos semanas del estreno, el tenor lituano Kristian Benedikt -quien ha interpretado el rol de Otello por tres años y en más de 40 ocasiones- no esconde su nerviosismo. "Es mi primera vez en Latinoamérica y en Santiago. Esta visita es muy especial porque, a mi juicio, el tenor chileno Ramón Vinay es el mejor Otello de todos los tiempos", agrega Benedikt, que sólo en enero cantó la ópera en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, dirigido por el afamado conductor Valery Gergiev.

Vinay nació en Chillán en 1911 y, especialmente durante la década de los 50, se hizo mundialmente conocido por su rol de Otello. "Para mí sería un honor poder conocer a su familia e invitarlos a una de las presentaciones en el Municipal. También me gustaría visitar su tumba. Respeto muchísimo su talento", afirma emocionado.

"Mi primer maestro en Lituania solía interpretar a Otello. Yo lo acompañé desde joven en el rol de Cassio. Un día, fuera del escenario, se acercó para decirme que yo encarnaría, con éxito, ese anhelado rol principal. Hoy, 20 años después, mi sueño y el de mi profesor se hizo realidad".

Conseguirlo no fue fácil. Verdi compuso Otello a sus 74 años de edad y, dada su madurez musical, el resultado fue una pieza totalmente distinta a las anteriores. En sus propias palabras, se trataba de la creación de un artista libre y no la de un "sirviente de los teatros". Atrás quedaron las arias deslumbrantes. En Otello lo que prima es el drama. De hecho, podría decirse que en el ocaso de su carrera, Verdi se acercó, como nunca antes, al estilo de su rival contemporáneo: el alemán Richard Wagner (1813-1883).

"Con el tiempo, y casi por accidente, descubrí mi verdadera voz: me sentía mucho más cómodo como tenor dramático que como tenor lírico. Y esa capacidad es fundamental para interpretar a Otello. En este caso no basta con cantar. Se necesitan dotes de actuación, pues Verdi le imprimió una gran profundidad interior al personaje".

Y agrega: "La influencia de Wagner es innegable. Por ejemplo, deja de lado los quiebres y pausas entre los números para construir un drama fluido, algo así como un respiro sin interrupciones. Otello es la pieza que corona su trayectoria". Benedikt reconoce que todos estos ingredientes hacen de Otello su rol favorito: "Estoy feliz con este personaje y siempre entrego lo mejor de mí. Sólo espero no defraudar a los seguidores de Vinay", finaliza.

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