Cineteca Nacional inauguró nueva sede para preservación de películas
Ubicada en Ñuñoa, el lugar tendrá bóvedas climatizadas, laboratorios, bodegas y oficinas. Allí se guardarán más de 2000 películas, que abarcan más de un siglo de cine chileno.
Después de estar condenado en casi toda su historia a ser un país sin memoria fílmica, hoy la restauración y preservación cinematográfica está pasando un momento estelar en el país. Esta semana, en el Festival Internacional de Cine de Valparaíso, se están exhibiendo cuatro películas recientemente recuperadas, y hoy, se inauguró la sede Ñuñoa de la Cineteca Nacional, la que dará un impulso fundamental al trabajo de rescate de la tradición fílmica del país.
La ceremonía contó con la presencia de la Ministra de Cultura Paulina Urrutia, quien destacó el trabajo de la Cineteca Nacional en los últimos años, la que "ha impulsado y hecho surgir una conciencia amplia respecto a la conservación y rescate del material", como dijo. La nueva sede, emplazada en la calle José Domingo Cañas, inmediatamente al lado de donde funcionó un ex centro de torturas durante el Régimen Militar, tiene 2500 mts. de superficie, destinados a bóveda climatizada, bodegas y oficinas administrativas. La bóveda, que es el lugar en que se se mantienen las películas, tiene 200 M2, y está acondicionada a una temperatura constante de 15 grados y una humedad de 35%, la norma autorizada por la Federación Internacional de Archivos Fílmicos (FIAF), que garantiza que los materiales pudan tener una vida útil de más de 100 años.
En el acto de hoy, al que concurrieron nombres importantes del cine nacional, como los cineastas Silvio Caiozzi, Cristián Sánchez y Marcelo Ferrari, los actores Luis Alarcón y Lorene Prieto, las historiadoras Jacqueline Mouesca y Alicia Vega, y productores como Abdullah Omnidvar y Arnaldo Valsecchi, el Director de la Cineteca Nacional, Ignacio Aliaga, hizo hincapié en la cantidad de valioso material que será conservado en la sede: 2.000 materiales en celuloide, con 1450 rollos en 35mm, 2000 rollos en 16mm, 160 rollos en 8mm, e incluso dos rollos en 9,5mm, formato que se usaba en el cine mudo.
Aliaga informó además que algunas de las primeras piezas que han sido restauradas, ahora estarán disponible para venta en DVD, e incluye algunos de los primeros registros hechos en el país, como Un paseo a Playa Ancha (1903), Funeral de Luis Emilio Recabarren (1924), terremoto (1939), y Recuerdos del Mineral del Teniente (1918), entre otras joyas de la primera etapa del cine chileno.
En su labor de preservación, la Cineteca Nacional ha restaurado desde sus inicios las películas Imágenes antárticas (1956), de Emilio Vicens; terremoto (1939), material anónimo sobre el cataclismo de Chillán; Largo Viaje (1967), de Patricio Kaulen; La mano del muertito (1948), de José Bohr, y Combate de box-Tani Loayza (1925), filmación anónima hecha en Nueva York. Además, se han digitalizado otras siete producciones.
Carmen Brito, la restauradora titular de la Cineteca Nacional, es quien ha dirigido este valioso trabajo de rescate. "Hemos corrido en relación a cómo estábamos antes", sostiene. "Hemos hecho muchas cosas, por primera vez tuvimos cuatro largos restaurados este año, con copias en cine. Nosotros pasamos años sin hacer nada, y ahora sí hemos hecho bastante", cuenta.
La próxima labor de Brito y su euipo de la Cineteca Nacional, será Un viaje a Santiago, filme de Hernan Correa realizado en 1959. "Para el próximo año vamos a tener cuatro restauraciones, al menos", finaliza.
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