Colleges y Bachillerato: Las alternativas para los que están indecisos
Con mallas flexibles y que abarcan todas las áreas del conocimiento, los Colleges y Bachilleratos son una alternativa ideal para los estudiantes que aún no saben claramente qué carrera seguir.

Hicieron falta 373 años para el concepto de college aterrizara en Chile, tomando en cuenta que el primero del mundo fue creado en 1636 por la U. de Harvard. Fue la Universidad Católica la que comenzó a aplicar oficialmente el concepto en 2008, generando algún debate, ya que otras instituciones también reclamaron ofrecerlo desde hacía varios años, aunque con otros nombres.
Más allá de las discusiones, los colleges hoy, junto con los bachilleratos, son una alternativa real, sobre todo para quienes que no están seguros o para quienes, teniendo clara la ruta profesional, no encuentran ninguna carrera que satisfaga sus expectativas. ¿Qué diferencia a ambos programas?
No sólo hay una diferencia en cuanto a duración (mientras los bachilleratos duran dos años, el college de la UC dura cuatro años), también hay razones de fondo.
EXPLORAR CONOCIMIENTOS
Los bachilleratos suelen tener un ingreso común. Por ejemplo, en el de la U. de Chile los estudiantes del área científica y humanista se ven expuestos a la gama completa de asignaturas, por dos años. Luego, eligen una carrera.
"Un estudiante que continuará sus estudios en Derecho tiene una asignatura de biología con la misma exigencia, laboratorios y visión, que aquel que seguirá en Kinesiología", explica Jorge Babul, director del Bachillerato de la U. de Chile.
En el College, por su parte, se egresa con el grado de licenciado después de cuatro años, y para optar a un título profesional existen programas especialmente formulados, o bien, se puede ir directamente por un posgrado. Para ello se construye la carrera mediante una combinación de majors (concentraciones mayores) y minors (concentraciones menores) de diversas áreas.
Pese a esta amplitud, los estudiantes deben tomar un paquete de cursos que mantengan una coherencia en torno a una disciplina (como química, física o historia) o área temática (cambio climático, relaciones internacionales, por nombrar algunas) y profundizar en ella hasta obtener su grado académico.
"La idea es que los alumnos clarifiquen la vocación y que el major elegido vaya en función de lo que quieren hacer en el futuro en términos profesionales", comenta la directora de Desarrollo del College UC, Paulina Rodríguez.
Las ventajas de un sistema así son que permite a lo alumnos conocer todas las vertientes del conocimiento para tomar una decisión informados. "Les permiten conocer las aulas universitarias y definirse vocacionalmente. Al que tenga clara su tendencia, le permite ganar tiempo y llegar a puntualizar finalmente su opción", señala Rodrigo Fuenzalida, director del IV Ciclo del colegio San Ignacio El Bosque.
Coincide el director del Bachillerato en Ciencias y Humanidades de la Usach, Francisco Javier Gil: "Salvo excepciones, los estudiantes que ingresan al bachillerato de la Usach no tienen tomada una decisión, pero la ventaja de este tipo de programas es que el alumno puede decidirse bien avanzados sus estudios universitarios, con lo que se evitan frustraciones".
También han sido pensados para jóvenes con facilidad por los estudios, aquellos a los que les va bien en todas las asignaturas del colegio y, por lo mismo, no tienen claro lo que más les gusta.
Sin embargo, también es una vía para llegar a carreras a las que no se pudo ingresar directamente, especialmente a las más exigentes como Medicina. En las universidades están conscientes de ello, pero no lo consideran un peligro. Hasta lo consideran válido.
"Hay alumnos que buscan eso, pero como en el college se encuentran con un universo tan amplio de conocimientos, algunos cambian su opción. Es válido, muestra que el sistema, sin ser perfecto, permite llegar a destino, porque el mérito académico, como sea, igualmente corre", comenta Paulina Rodríguez.
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